Presentarán libro que reúne sus ensayos publicados en los Perfiles de La Jornada
La obsolescencia, drama mayor de la enseñanza, dice Florescano
Las instituciones educativas de México deben proponer nuevos métodos de aprendizaje, sugiere
''La compulsión nacionalista adquirirá fuerza'' frente al contexto mundial, vaticina el historiador
MONICA MATEOS-VEGA
La fortaleza de un pueblo es su identidad, su memoria, y ambas son transmitidas mediante la educación. Por eso es importante que México mejore sus métodos de enseñanza, ''hay que darle una atención muy especial al sistema educativo, tan deteriorado y en crisis", considera en entrevista Enrique Florescano, quien mañana presentará su libro Historia de las historias de la nación mexicana, conformado por ensayos que abren ''una nueva ventana para reconstruir el discurso histórico y las concepciones sobre identidad nacional".
El historiador agrega que no se puede entregar el sistema educativo a una secretaría o a un sindicato sin una revisión exhaustiva de aquél por parte de críticos, especialistas, profesores, políticos, pero sobre todo, de la sociedad civil porque ''necesitamos cuidar ese bien para enseñar mejor y formar mejores ciudadanos, sin las deficiencias tan grandes que padecemos".
Instituciones científicas en riesgo
Florescano incluye en Historia de las historias... un ''registro" de esa realidad: ''Quizá el drama mayor que enfrenta la institución académica mexicana es su envejecimiento, su obsolescencia. Por una combinatoria siniestra (crisis económicas, crecimiento constante de la población estudiantil, disminución progresiva de los ingresos, imprevisión programática), la universidad pública y el aparato cultural del Estado dedicado a la investigación son establecimientos envejecidos.
''La UNAM, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, El Colegio de México y la mayoría de las universidades estatales laboran con un personal que en su mayoría sobrepasa los 45 o 50 años de edad. Y aun cuando esta situación era previsible hace dos décadas, ni sus directores ni las secretarías correspondientes del Estado formularon programas de jubilación dignos para sus profesores e investigadores, seguidos de un programa de contratación para las nuevas generaciones.
''El resultado es ominoso: nuestras instituciones científicas más importantes y prestigiosas están amenazadas de muerte fatal a corto plazo porque el mal que las corroe está volviendo obsolescente a su personal y sus conocimientos."
La alternativa, señala el historiador, ''sería una presencia más decisiva de los directores de esas instituciones ante la Secretaría de Hacienda y los responsables de la conducción política del país para hacerles ver el drama que tenemos enfrente si no se crea un programa de retiro digno y un sistema que permita rejuvenecer nuestras universidades".
Esta falla de la política educativa del Estado, puntualiza Florescano, ''ha beneficiado a las escuelas privadas".
Contra la memorización
Otro tema complicado en este rubro es la enseñanza de la historia, ''la cual es pésima en todos los niveles. Los niños dicen que la clase de historia es la peor, la más aburrida, la que no soportan.
''Hay que revisar por qué se utilizan métodos tan atrasados como la memorización, cargar de datos y fechas a los alumnos en vez de enseñarles el sentido real de los grandes momentos y actos que van cambiando la historia. Este es uno de los dramas del sistema educativo mexicano.
''La gran tarea del país consiste en revisar dónde están las fallas e inventar métodos nuevos para romper con esas deformaciones tan graves".
En Historia de las historias... -ensayos que fueron publicados originalmente en los Perfiles de La Jornada- se plantea una revisión de la forma de interpretar el pasado, lo cual deja claro, entre otros aspectos, que en cualquier época los peligros que acechan al mundo hacen que resurjan las historias nacional, local o regional de cada pueblo.
Aunque el interés por la memoria colectiva es un fenómeno universal, Florescano considera que ''en México y en América Latina hay mayor propensión a leer historia porque no está claro el futuro y es difícil el presente. Los países con mayor desarrollo científico no le prestan tanta atención al pasado".
No obstante, frente al panorama mundial que se vive, ''la compulsión nacionalista adquirirá fuerza". Ante la tragedia de la guerra, agregó el historiador, ''estamos clarísimos de que ninguna nación en el mundo quiere que exista ni un Estado ni un ejército que decida por todos. Ahora lo vivimos dramáticamente. Por eso debemos estar conscientes de que defender a la nación es defender las opciones tanto políticas, como culturales y lingüísticas.
''No podemos someternos a la voluntad de un solo país, porque se puede convertir en lo que estamos viendo ahora: en una situación vesánica, loca, sin ninguna justificación moral ni política. Por ello la historia volverá a ser el gran almácigo, el gran centro condensador de la memoria política y cultural de los pueblos."
Logros y presencias sociales
Al pasar el tiempo, prosigue Enrique Florescano, lo que sobrevive es, precisamente, ''la memoria de la nación, la identidad del pueblo alrededor de la nación. Y en este momento tenemos una historia mucho más democrática, más plural, como nunca antes en la historia de México.
''En la época prehispánica sólo existía la historia que imponía el fuerte, en la época colonial se impuso la interpretación cristiana del pasado, en el siglo XIX se impuso el canon de la construcción del Estado nacional que también es el que aplasta la producción de historia regional o de género, porque lo que impuso fue la construcción de la unidad, la homogeneidad de la nación.
''Ahora escuchamos todas las interpretaciones de la historia: las liberales, las marxistas, las conservadoras. Todas están presentes, unas más vivas que otras dependiendo de la fuerza social que tienen detrás.
''Está ampliación de las interpretaciones de la historia nos dan una historia más democrática que, a escala social, se refleja en un reconocimiento de la diversidad étnica y cultural, entre otros aspectos. Y ello nos da una idea más exacta de las diferentes raíces del país, de los diferentes logros y presencias sociales", concluye.
Historia de las historias de la nación mexicana, de Enrique Florescano, se presenta este jueves a las 18:30 horas en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología (Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec). Participarán Sergio Raúl Arroyo, Jean Meyer, Lorenzo Meyer y el autor.