El objetivo es la paz, dice Aguilar Zinser en un agitado primer día de trabajo

Asumió México la presidencia de un fracturado Consejo de Seguridad

El embajador en la ONU sólo será un moderador de sesiones, considera José Luis Soberanes

México asumió ayer la presidencia rotatoria de un Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fracturado, con una agenda enfocada en la invasión de Estados Unidos a Irak y el papel que la ONU jugará tras el conflicto. El embajador mexicano ante el organismo, Adolfo Aguilar Zinser, resaltó que su objetivo es la paz, en medio de un agitado primer día de trabajo, durante el cual se reunió en privado con los otros 14 miembros del consejo y el secretario general, Kofi Annan.

Reconoció el diplomático que, por definición y mandato de la Carta de la ONU, es muy limitado el papel de presidente del consejo, pero la voluntad del gobierno de México es contribuir al multilateralismo y fortalecimiento de Naciones Unidas.

Mientras, y sin sobrestimar el peso de este cargo, diputados de PRI, PAN, PRD y PVEM atribuyeron a México el papel de portavoz del diálogo y la paz, pues no tendrá ninguna facultad extraordinaria y menos se podrá imponer a la postura belicista de Estados Unidos y Gran Bretaña.

No puede esperarse un cambio...

En un tono similar se expresó el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, quien consideró que la presencia de México en la presidencia del consejo no va a modificar la situación actual del conflicto en Medio Oriente.

Precisó que el embajador Adolfo Aguilar Zinser sólo ''será un moderador de las sesiones'', por lo cual, insistió, no se puede esperar un cambio en la situación. México es ''uno más entre los 15 integrantes'' del organismo, pero el hecho de que Aguilar Zinser lo presida ''no quiere decir que asume un órgano ejecutivo'', puntualizó.

En tanto, en el Senado de la República, el Partido de la Revolución Democrática resaltó la necesidad de que este órgano legislativo siga muy de cerca las tareas que México desarrollará en el Consejo de Seguridad, a fin de respaldar tanto al Ejecutivo federal como al embajador en Naciones Unidas en la difícil encomienda que significa impulsar los acuerdos y los cambios necesarios a favor de la paz y de un nuevo orden internacional.

Durante su primer día de trabajo como presidente del consejo Aguilar Zinser dijo que, para México, la ONU es una prioridad y el fortalecimiento que le pueda dar es algo central en este momento. Así, subrayó que intentará rescatar la unidad del organismo. En conferencia de prensa señaló que su objetivo es la paz, luego de aclarar que a partir de ayer el canciller Luis Ernesto Derbez será el que le manifieste la posición mexicana a seguir ante el conflicto iraquí.

En una cuestión de procedimiento, el diplomático discutió de manera individual con cada uno de los otros 14 miembros del organismo y con el secretario general de Naciones Unidas el programa de trabajo que planea realizar en los próximos 30 días. Es un proyecto muy bien pensado, dijo a la prensa el embajador del Reino Unido, Jeremy Greenstock, después de reunirse con el representante mexicano. Por su lado, el embajador de Estados Unidos, John Dimitri Negroponte, refirió que el encuentro con su homólogo de México ''anduvo muy bien. Ello da cuenta de la buena relación y cooperación que existe entre nuestras dos delegaciones y a título personal'', aseguró.

La función de la presidencia del Consejo de Seguridad consiste en coordinar el trabajo durante un mes; los asuntos burocráticos precalendarizados (renovación de mandatos de misiones de paz y debates específicos) y lo que surja en la agenda internacional.

México recibe una instancia internacional fracturada, por el fracaso de sus miembros para dar una salida diplomática a la crisis iraquí y por el desdén de Washington al decidir lanzar su ataque militar sin su aprobación.

Por otra parte, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el priísta Gustavo Carvajal Moreno, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, insistió en que México no tiene ninguna facultad extraordinaria en la presidencia del consejo, ni tampoco ninguna posibilidad más que de coordinación y propuesta. En este contexto, el embajador Aguilar Zinser tiene que jugar el papel de portavoz del diálogo y la paz.

Bernardo de la Garza, coordinador de la bancada del Partido Verde Ecologista de México, también observó un mínimo de posibilidad de cambio en el rumbo del conflicto. ''No se puede hacer nada, porque es una posición bastante acotada. El gobierno del presidente Vicente Fox Quesada cometería un error si pretende que se podrá detener o dar un giro al conflicto en territorio iraquí. No hay que crear falsas expectativas'', recomendó el diputado.

A su vez, el secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores, el panista Tarcisio Navarrete, aceptó que en la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU el representante de México no podrá decidir.

''México debe centrar sus propuestas en la orientación que debe tener la ayuda humanitaria en Irak. Mediante una diplomacia fina podrá proponer soluciones para evitar más derramamiento de sangre'', puntualizó.

Mientras, en el Senado de la República, el legislador perredista Ricardo Gerardo Higuera hizo notar que es innegable que en estos momentos la ONU debe realizar las tareas tendientes a negociar el cese inmediato de las hostilidades en Irak. Asimismo, dijo que es de gran importancia que Naciones Unidas haga valer los acuerdos de la Convención de Ginebra para garantizar los derechos humanos de la población civil y de los prisioneros de guerra, así como coordinar la ayuda humanitaria internacional y participar en la reconstrucción del territorio iraquí.

ROBERTO GARDUÑO, ENRIQUE MENDEZ, ANDREA BECERRIL, VICTOR BALLINAS Y NOTIMEX