Promueven académicos de la UNAM campaña
para que todas conozcan sus derechos
Empleadas del hogar: mal pagadas, sobrexplotadas y
sin protección
La actividad, casi inexistente en países desarrollados;
se ve mal tener servidumbre, señalan
KARINA AVILES
El trabajo doméstico en México es sinónimo
de desigualdad social, subdesarrollo, discriminación y racismo,
porque quienes lo desarrollan son personas de escasos recursos económicos,
en su mayoría, campesinos e indígenas, señalaron académicos
de la UNAM, al advertir que algunas de las mujeres que se dedican a esta
labor trabajan entre 12 y 18 horas al día y sus rangos de edad se
sitúan entre los 12 hasta los 60 años.
Con motivo del Día Internacional de la Empleada
del Hogar, que se celebró ayer, los especialistas se manifestaron
en favor de emprender una campaña para que todas las personas dedicadas
a estos trabajos conozcan sus derechos y se generen los mecanismos para
proveerles de seguridad social y pensión en caso de jubilación
o invalidez.
María Luisa González Marín, del Instituto
de Investigaciones Económicas, señaló que existe discriminación
salarial hacia las mujeres, pese a que son ellas quienes en su mayoría
desarrollan esa labor (89 por ciento).
Los académicos indicaron que el trabajo doméstico
es prácticamente inexistente en los países desarrollados,
donde no sólo resulta muy caro contratar a alguien para los quehaceres
del hogar sino que, además, se considera que toda la población
tiene los mismos derechos y obligaciones y, por tanto, es mal visto tener
"servidumbre".
En México la situación es distinta. De acuerdo
con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI), de 1990 a 2000, la población cuya ocupación principal
es el trabajo doméstico aumentó de 0.1 a 0.7 por ciento en
los hombres, y de 11.6 a 12.4 por ciento en las mujeres. Según el
INEGI, en el país hay un millón 700 mil trabajadoras del
servicio doméstico, de las cuales casi 10 por ciento se concentra
en el Distrito Federal.
Julia Chávez Carapia, coordinadora del Centro de
Estudios de la Mujer de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), señaló
que las cifras crecen debido a la situación económica del
país.
Explicó que las condiciones de las trabajadoras
domésticas son diversas, desde el grupo de edad al que pertenecen
hasta las remuneraciones que reciben. Sus edades van desde los 12 o 13
años hasta más de 60 años.
Según un estudio elaborado en la ciudad de México
por la académica de la ENTS, las remuneraciones que reciben se sitúan
entre los 50 y los 150 pesos por jornada, misma que por lo general no dura
ocho horas, pues se trata de una labor "de entrada por salida". En este
caso, el salario depende del tiempo laborado y la zona donde se presta
el servicio.
Otras trabajan de "planta" con una familia, donde se les
da techo, alimento, un sueldo menor que a las antes mencionadas y un día
de desanso, a cambio de estar disponibles entre 12 y 18 horas al día.
En promedio, las trabajadoras domésticas laboran 35 horas a la semana
y dedican otras 26 a los quehaceres en su hogar, después de la jornada
laboral remunerada.
Según el estudio, 80 por ciento de las trabajadoras
domésticas ocupa toda la semana en el trabajo, con horarios de 7
de la mañana a la 1 o 2 de la tarde, y el resto del día se
dedican a su familia.
Al apuntar la necesidad de que dichas trabajadoras ejerzan
sus derechos laborales, Alfredo Sánchez, del Instituto de Investigaciones
Jurídicas, precisó que esta relación laboral está
regulada por la Ley Federal del Trabajo en el régimen de trabajos
especiales y, paradójicamente, "pareciera que tienen menos derechos".