Su obra constituye ''un monumento a la historiografía
de la ciencia'', define el historiador
Humboldt nos legó su amor al conocimiento científico:
Trabulse
El estudioso alemán fue el verdadero precursor
de Charles Darwin, estima Jaime Labastida
Se le considera el segundo descubridor de los países
que recorrió, como es el caso de Cuba
MONICA MATEOS-VEGA
El
legado más importante de Alejandro de Humboldt, a 200 años
de su llegada a México (La Jornada, 23/03/03), es el amor
al conocimiento científico, el cual mantuvo a lo largo de su vida
como forma máxima de expresión de la inteligencia humana,
afirma Elías Trabulse en entrevista con La Jornada.
En ese sentido, agrega el historiador, la vastísima
obra de Humboldt constituye ''un monumento a la historiografía de
la ciencia, pues la articulación en una unidad de todas las áreas
que tocó permiten no solamente conocer el mundo físico, sino
también tener una idea sobre la naturaleza del cosmos y pasar del
puro conocimiento a la sabiduría".
Para Jaime Labastida, otro experto humboldtiano, el legado
del científico alemán "es doble y tiene que ser visto siempre
de esa manera, pues de lo contrario se mutila" la percepción de
su obra: "por una parte debemos subrayar la aportación universal
a la ciencia hecha por Humboldt, que no es poca y sigue viva. Por otra
parte está su aportación directa a la investigación
y al conocimiento de lo que ahora es nuestro país, junto con todo
lo que hizo en cuanto a investigación directa en las tierras americanas.
"Humboldt fue el verdadero precursor de Charles Darwin,
el científico de la naturaleza más importante de toda la
primera mitad del siglo XIX, un hombre que estableció comparaciones
de carácter universal que permitieron una comprensión más
completa del planeta. En cada país que recorrió se le admira
como el segundo descubridor de ese país."
En el caso de Cuba, incluso, en la Universidad Humboldt
de Berlín existen un par de estatuas dedicadas a Guillermo y Alejandro
de Humboldt, explica Labastida: "a los pies de la estatua de Alejandro,
la Academia de Ciencias de Cuba puso una placa en los años 40 dedicada
al que considera 'el segundo descubridor de Cuba'".
Humboldt, reitera el escritor, "no es un simple aplicador
de métodos científicos, es un creador de ellos".
Más allá del laboratorio
Elías
Trabulse puntualiza que para el barón alemán la ciencia no
era un conocimiento puramente objetivo, sino un forma de interpretación
de la naturaleza y del universo. "Esa es su aportación: trascendió
la especialización del científico concreto que está
en el laboratorio haciendo exclusivamente una reacción química,
a la comprensión global de todos los fenómenos de la naturaleza
como una unidad. Por eso su última obra se llama Cosmos y
es heredera quizá del romanticismo filosofico naturalista alemán
de principios de siglo, pero todavía con una versión ilustrada,
totalizadora y enciclopédica del mundo. Eso es lo que hace falta
hoy en un momento en el que persiste la atomización y pulverización
del conocimiento científico.
-¿Humboldt recupera el espíritu humanista
del Renacimiento?
-Más que eso: conjuga la visión humanista
y enciclopédica del siglo XVIII, de la Ilustración, del Siglo
de las Luces, y es uno de los representantes más conspicuos de la
Ilustración europea porque amalgama tanto la visión enciclopédica
francesa como la filosofía totalizadora naturalista alemana. Debido
a su conocimiento de ambas corrientes pudo hacer una obra de esas dimensiones.
-No obstante su gran obra, da la impresión de que
en la actualidad Humboldt es poco estudiado.
-Humboldt tuvo una época de esplendor durante el
siglo XIX, en el que fue leído por cualquier persona que quisiera
conocer la América española: era la referencia obligada.
Recordemos que la minería mexicana de inversión inglesa de
los años 30 del siglo XIX partió del optimismo sobre la riqueza
minera de México que aparece en su Ensayo político sobre
la Nueva España que se difundió en Inglaterra en resúmenes
y en libros extractados directamente de su obra. Recordemos que uno de
sus grandes admiradores fue Darwin, quien leyó Viaje a las regiones
equinocciales y se enamoró de esa forma de hacer ciencia: viajando.
''Después,
hacia fines de siglo XIX, viene un eclipse de Humboldt porque mucha de
su obra parece obsoleta, se piensa que ya no refleja la realidad estadística
o física, pues mucha de su información ya había sido
superada científicamente. No se percataban de que su visión
global no puede ser superada precisamente porque es una visión filosófica
y humanística de la ciencia. En eso radica su gran valor y su legado.
"Hacia mediados del siglo XX volvió a tener un
resurgimiento con investigaciones de muy variado tipo. Los trabajos en
México de José Miranda, de Juan Antonio Ortega y Medina,
de Jaime Labastida, de Leopoldo Zea y de otros historiadores volvieron
a poner a Humboldt en el escenario histórico de México. Hoy
en día su figura ha crecido mucho, no sólo en América
sino en Europa, lo han redescubierto. De justicia, México le debe
a este pensador un gran homenaje.
"En este 2003 es importante difundir el legado de Humboldt:
su visión científica y estética del mundo, pues si
un artista supiera de ciencia enriquecería mucho su perspectiva
y viceversa. Ciencia y arte no son actividades excluyentes sino complementarias
y es lo que Humboldt dice y hace. Su obra Cuadros de la naturaleza
es eso: una vision estetica del mundo pero apoyada en datos científicamente
comprobados, en la investigación, en la medición, en la cuantificación.
Nosotros hemos divorciado ciencia y arte.
-¿Por qué ha pasado eso?
-Por la especialización, que ha hecho que las dos
culturas se separen: la cultura de los humanistas y artistas, y la de los
científicos. Ambos se jactan de ignorar lo que el otro hace, y eso
es una actitud que los limita y recorta su visión y perpectiva.
La ciencia y el arte no son excluyentes, al contrario, son perfectamente
complementarios porque el hombre es eso, es raciocinio y sensibilidad.
Por eso la vida y obra de Humboldt resultan tan atrayentes.