BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Choque de nacionalismos en Irak (no de civilizaciones):
emergencia del chiísmo
Una guerra llena de insania mental
El "choque y pavor" lo sufre el ejército invasor
ENTRE LOS ESCOMBROS de la guerra en Irak yace metafóricamente
el cadáver de Samuel Huntington y su manual tóxico El
choque de las civilizaciones (cuyo subtítulo es aún más
sugerente: La reconfiguración del nuevo orden mundial; una obsesión
del nepotismo dinástico de la familia Bush). En forma asombrosa
se está escenificando más bien un "choque de los nacionalismos"
con la notable emergencia del chiísmo iraquí en el sur del
país, que se constituyó en un factor preponderante para obstaculizar
el despliegue del ejército invasor angloestadunidense que libra
su guerra preventiva terrorista. Mata de risa que los nada asépticos
medios anglosajones, los peores desinformadores del planeta, cataloguen
como "terrorista" a la población autóctona que defiende su
hábitat básico.
LOS CADAVERES DE los estrategas conceptuales anglosajones
están a la medida de los cadáveres en el campo de batalla.
En medio de las "complicaciones" del ejército de EU en el sur chíita,
uno de los arquitectos de la preventiva guerra terrorista fue obligado
a renunciar como presidente del organismo consultivo del Pentágono:
Richard Perle, apodado el Príncipe de las tinieblas por su
infinita perfidia. Valiéndose de su influyente puesto, el israelí-estadunidense,
quien, además director del The Jerusalem Post (otra fuente
desinformativa), fue atrapado in fraganti en sus transacciones mercantiles
inmundas con presuntos "enemigos" de EU (en el papel, por lo menos): el
grupo saudita de Osama Bin Laden y los chinos (en fechas recientes; no
antes del 11 de septiembre) ¿No es acaso Richard Perle el mejor
aliado de todo el grupo mafioso del Irán-contras que regresó
al poder en la Casa Blanca hoy ennegrecida?
RICHARD PERLE Y el también israelí-estadunidense
Paul Wolfowitz, el poderoso subsecretario de Defensa, persuadieron al fácilmente
sugestionable Baby Bush, de que al simple asomo del ejército
angloestadunidense la población chíita del sur iraquí
(60 por ciento de los 27 millones de la población total) lo recibiría
como "liberador". Sucedió todo lo contrario, y eso que el ejército
invasor todavía no ingresa al sector sunita árabe en el centro
de Irak (20 por ciento de la población), donde provocará
mayor hostilidad.
NO
HACE MUCHO, Wolfowitz (otro candidato al Museo de las Momias) había
asegurado en The Philadelfia Enquirer que el operativo bélico
del ejército de EU en Irak se asemejaba al desembarco en Normandía,
cuando fue efectivamente recibido como "liberador" y provocó el
derrumbe del gobierno títere de Vichy. Se nota que las creencias
teológicas de Wolfowitz han contaminado su desempeño, que
ha desacoplado la teoría alucinatoria con la práctica real.
UNO DE LOS principios básicos de la salud
mental radica en el de la realidad y, como decían los geniales dramaturgos
griegos (cuyos sucesores contemporáneos se han pronunciado gallardamente
contra la invasión angloestadunidense), "cuando los dioses desean
acabar trágicamente con alguien lo hacen perder primero el juicio".
El mismo presidente número 43 -lo expresamos con responsabilidad
y serenidad jurídico-siquiátrica-, podría ser objeto
de una destitución por insanidad que contempla la enmienda 25 -no
faltarán voces en el Congreso o en los medios para empezar a promoverla.
OTRA INSANIDAD (esta preventiva guerra terrorista
está repleta de insanidad mental) es el pretendido triunfo sico-bélico
(mejor dicho sicodélico) del modelo del "Choque y pavor" de Harlan
Ullman -quien funge ahora como alto asociado del Centro Internacional de
Estudios Estratégicos, que desea "privatizar" el petróleo
de México con el ITAM, los juniors del PRI, los cordobistas-zedillistas
central-banquistas, los sharonistas locales y los polkos panistas. El sharonista
Ullman es otro cadáver en potencia, y quienes le han infligido el
"choque y pavor" al ejército invasor anglosajón han sido
justamente los chiítas del sur y los sunitas del centro de Irak.
Hasta ahora se están enterando en Washington y en Londres de la
valentía legendaria del notable pueblo iraquí en su conjunto,
que desde que nace vive la transfiguración de las hazañas
míticas de Gilgamesh, la grandeza de Hammurabi, la gloria de Nabucodonosor,
la bravura de Saladino y la sapiencia de Harún El-Rachid: forjados
por el soplo de la arcilla divina en la "tierra de los dos ríos"
que significa Mesopotamia, y donde se ha empantanado el ejército
invasor que pretendía concluir la guerra con su Nintendo bélico
en un santiamén del milenarismo apocalíptico bushiano.
LOS ESTRATEGAS "de papel" del gobierno de Bush
se basaron en el levantamiento de los chiítas contra Saddam expulsado
de Kuwait. Como de costumbre, de acuerdo con las cotizaciones de la geopolítica
en Washington, los chiítas fueron abandonados por el presidente
número 41. De allí que pocos de los chiítas iraquíes
se traguen el cuento de la "liberación" 12 años después
de su abandono por el padre del actual presidente.
LA RESISTENCIA DE los chiítas del sur contra
todas las falsas expectativas que creyeron quienes desconocen la profundidad
sicológica de sus moradores, epitomiza un despertar nacionalista
que supera el simplismo de "lucha religiosa" del choque de civilizaciones
del tóxico Huntington, contaminado por el israelí-británico-estadunidense
Bernard Lewis y su "guerra perpetua" entre chiítas y sunitas en
Irak.
NI DUDA CABE que los chiítas del sur han
sufrido agravios y vejaciones por parte del gobierno central sunita, abultados
por los medios desinformativos de Washington y Londres. Pero resulta y
resalta que los chiítas iraquíes prefieren el gobierno de
Saddam a uno de Bush (como la mayoría del género humano),
lo cual es más que sensato. Seguramente los líderes del chiísmo
iraquí leyeron el proyecto de "privatización" (una genuina
expropiación) de su petróleo en la riquísima región
de Basora, avalado por el Pentágono, y que, después de la
propuesta al respecto de Ariel Cohen, del Heritage Foundation, ha sido
retomada en forma más cínica por Amity Schlaes (Financial
Times 25.03.03) que alienta la sepultura del petroestado iraquí,
que seguramente será extensivo, en caso de tener éxito (en
la región chiíta y kurda) no solamente a todas las petromonarquías
de la región, sino también al petróleo "estatizado"
de México y Venezuela.
ANTES DE LA invasión angloestadunidense,
la región chiíta de Basora producía 1.7 millones de
barriles diarios (MBD) de los 2.4 MBD del total. Según Pétrostratégies
que dirige el armenio Pierre Terzian, en el sur chiíta se localizan
los dos superlativos yacimientos de los pletóricos 13 del país:
Rumaila-sur, con una producción de 700 mil barriles al día,
y Rumaila-norte, con 300 mil. Más importante que el puerto mercantil
de Um Qasr es la península de Fao, poblada por chiítas y
principal centro de almacenamiento de crudo hacia los puertos de Mina Al-Bakr
y Al-Anaya. Naturalmente que los chiítas iraquíes no desconocen
la superestratégica relevancia petrolera de su región y no
les ha de haber gustado la idea de que un gobernador militar, el general
Tommy Franks (amigo de escuela en Midland, Texas, de Laura, la esposa de
Baby Bush), si es que no lo renuncian antes por inepto. Tampoco
ignoran los chiítas iraquíes que el títere seleccionado
por Washington como interlocutor principal es el frívolo (literalmente)
Ahmed Chalabi: paradigma de la corrupción medio oriental.
EL CHIISMO IRAQUI no solamente defiende su riqueza
petrolera, sino también protege su riqueza espiritual en dos principales
centros sagrados de Najaf y Kerbalá, que han sido desacralizadas
por los bombardeos y la presencia del ejército invasor angloestadunidense.
LA "SORPRESA" PROVINO de la prestigiada escuela
teológica de la ciudad sagrada de Najaf, desde donde sus principales
ayatolas y mulás acordaron emitir una fatwa (orden clerical) con
el propósito de repeler al invasor angloestadunidense. Y aquí
se metió en serios problemas todo el operativo de "liberación",
porque con o sin Saddam en el poder, se augura una guerra de guerrillas
intensa y prolongada que pone en riesgo todo el proceso de "privatización"
del petróleo en la región de Basora, cuyos yacimientos han
sido capturados por el ejército invasor.
NO SE DEBE soslayar que los chiítas de Irak
(17 millones) pertenecen a la etnia semítica árabe, mientras
los chiítas de Irán (alrededor de 65 millones) son de origen
ariopersa, quienes bajo el agua se han colocado en una "neutralidad
preactiva": se pronuncian contra la guerra que no impiden, pero favorecen
el "derrocamiento de Saddam" (Hoomán Peimani; Asia Times
23.03.03). Queda claro que para los chiítas iraquíes el factor
nacionalista se ha sobrepuesto e impuesto al factor religioso, lo cual
desecha toda la basura del choque de las civilizaciones promovido por los
círculos de la globalización financiera que abominan al "Estado-nación"
al que han contribuido en socavar, pero que a la primera oportunidad resucita
de entre los "muertos" decretados por la desinformación de los multimedia
anglosajones.
SI EL SUR chiíta de Irak es de por sí
muy complejo, la política geoestratégica de la teocracia
de los ayatolas de Irán es sumamente comlpeja y sutil, por lo que
habría que ser muy cuidadosos con los "juegos de tres bandas" que
suele practicar Teherán, donde fue inventado el ajedrez. Una cosa
es lo que se dice y otra la que se hace bajo el agua. Existe un
adagio sobre el comportamiento de los chiítas, a quienes se les
señala de "cambiar mil veces de postura con tal de no perder" (Alf
Albe Ua La Galbe). El impulso nacionalista de los chiítas iraquíes
árabes ha sido de tal magnitud que hasta el ayatola Muhamed Baqr-al
Hakim, de la etnia árabe de los chiítas iraquíes,
que jefatura el grupo SCIRI (por sus siglas en inglés de Supremo
Consejo de la Revolución en Irak) y su brazo armado la Brigada Badr
de 20 mil milicianos que operan con el apoyo de la teocracia de los atayolas
chiítas de Irán (no olvidar su origen étnico ariopersa),
ha tenido que rectificar su postura de coqueteo con el gobierno Bush: ahora
pide la salida de las tropas anglosajonas del sur de Irak (que nunca había
osado pedir) después del derrocamiento de Saddam. Lo mismo había
sucedido con el Hezbollah chiíta libanés que había
exigido el derrocamiento del sunita Saddam. Cuestión de matices
matriciales: la feroz resistencia de los chiítas árabes (pertenencia
étnica primordial) de Irak cambió las coordenadas del juego
geopolítico: los chiítas ariopersas de Irán y el Hezbollah
libanés habían apostado sus cartas al choque de las civilizaciones
de guerras religiosas entre chiítas y sunitas (que el gobierno de
Bush transmutó en un vulgar cheque de civilizaciones), pero en el
terreno militar los chiítas árabes de Irak se han aferrado
al choque de los nacionalismos: sunitas y chiítas iraquíes
contra el invasor angloestadunidense. El mismo choque de nacionalismos
se aplica en la región kurda de Irak, donde tres nacionalismos,
todos sunitas, luchan entre sí: el turco-mongol, el kurdo-ario y
el árabe semita.