Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 29 de marzo de 2003
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Economía

Carlos Marichal

Irak y la guerra de los medios

Uno de los aspectos más singulares y repugnantes de la actual guerra consiste en que se lleva a cabo como un gran negocio. La estrategia de la campaña ha sido impulsada y es dirigida por un núcleo duro de ejecutivos de grandes corporaciones que ocupan altos cargos en la administración Bush. En el campo operativo es el complejo militar-industrial el que lleva a cabo la destrucción con el armamento más moderno y costoso de la historia. En cuanto a la propaganda, son las grandes empresas de los medios estadunidenses las encargadas de propagar el discurso guerrero en periódicos, radios y televisión.

Para ninguno de los medios resulta más rentable esta guerra que para la empresa de Rupert Murdoch, dueño de Fox News Corporation. Murdoch no es solamente el magnate de medios más poderoso del mundo, sino además es el puente estratégico entre los tres aliados guerreros: Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Murdoch es dueño de dos de los periódicos más belicistas y de mayores ventas, el Sun, de Londres y el New York Post. Pero también es propietario del más distinguido, London Times, y de las principales cadenas de periódicos de Australia. A ello se agrega su control de las empresas televisivas y de cable Fox News, Fox Sports y de películas, Twentieth Century Fox. Esta incluye la red mundial de Sky, que cubre el planeta, incluyendo China, donde una sucursal tiene más de cien millones de televidentes.

El mensaje guerrero, racista y prepotente es una de las características más manifiestas de Fox News. Conviene analizar su discurso para entender la guerra propagandística que han lanzado Murdoch y las demás empresas de medios de Estados Unidos. Una de las principales estrellas actuales de todas las noches en Fox News es un siniestro personaje que se llama Geraldo Rivera, quien hace el papel de corresponsal de guerra aventurero: una noche en Turquía, luego con las tropas estadunidenses en Afganistán y más tarde con los marines en Kuwait. Se especializa en programas orientados a difundir cápsulas de propaganda bélica para el consumo de las grandes masas de televidentes estadunidenses que habitualmente se dedican a ver los programas deportivos que transmite Fox a carretadas. Pero ahora, en vez de deportistas, las estrellas son los generales retirados que aparecen en pantalla para transmitir un mensaje concentrado de odio contra los pueblos árabes y de orgullo en sus bombas, tanques y misiles.

Estos programas mediáticos son parte esencial de la campaña militar en términos políticos. Para los guerreros de Washington y Londres es esencial asegurar que sólo se transmita un mensaje favorable a la invasión y ocupación de Irak. Ello explica la creciente evidencia de que en Estados Unidos se ha impuesto una fuerte censura a los medios para evitar las opiniones disidentes y enterrar la información sobre las protestas mundiales en contra de la guerra. Desde hace meses, los magnates de los medios han estado preparando esta ofensiva. La alianza entre las grandes empresas de comunicación, la administración de Bush y el Pentágono se ha ido afianzando de manera notoria y constituye un enorme peligro actual y a futuro para la libertad de expresión.

Rupert Murdoch es un especialista en promover estas alianzas nefastas. Su influencia puede medirse por el hecho de que el primer ministro británico, Tony Blair, reconoció hace años que debía su elección en parte fundamental al apoyo del popular London Sun. Desde hace decenios, en su natal Australia, Murdoch siempre fue aliado estratégico de los políticos en el poder, fuesen laboristas o conservadores. Y luego de 1985, cuando Murdoch se nacionalizó estadunidense, comenzó a forjar lazos con políticos en California, casa matriz de su imperio, y luego en Washington. Su estrategia siempre fue sencilla: convertir sus medios en órganos de propaganda sobre crímenes violentos, escándalos y deportes. Ha comprado numerosos equipos deportivos y en épocas de paz se dedica a la venta de deportes. Pero actualmente es más rentable la venta de la guerra. Todo se trata de un negocio, en este caso un gigantesco negocio de la muerte en Medio Oriente que le produce altos réditos a Murdoch y a sus aliados Bush y Blair.

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