MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
El fantasma del general Custer recorre Irak y Wall
Street
Histeria en los mercados ante la perspectiva de una
guerra larga
A LOS SAGRADOS MERCADOS financieros, bursátiles
y cambiarios del planeta ya no les gustó la posibilidad de que la
guerra contra Irak se prolongue "más allá de lo planeado"
y, por ello, que se desvanezca la posibilidad de obtener pingües ganancias
a corto, muy corto plazo.
LOS JUGOSOS CONTRATOS ofrecidos por el guerrero
Bush para "reconstruir" Irak y la inminente "administración" imperial
de una de las regiones petroleras más ricas del planeta, convincentemente
"estimularon" las "razones" financieras de Occidente, en el entendido de
que una guerra rápida se traduce en rápidas ganancias.
PERO EL FANTASMA DEL general Custer no sólo
recorre los campos de batalla en Irak, sino los ávidos centros financieros,
bursátiles y cambiarios del mundo, mismos que ayer reaccionaron
-histéricos, como es su costumbre- ante la posibilidad de que la
brutal guerra "sea más dura y más larga de lo que inicialmente
se creyó".
EN ESE SENTIDO, UN reporte de la agencia Reuters
señala que la bolsa de Nueva York caía más de 3 por
ciento al mediodía de ayer, mientras los precios petroleros aumentaban
más de un dólar el barril. El dólar se depreciaba
frente a las grandes divisas del mundo y el oro ganaba valor, casi 4 dólares
la onza, al aumentar el número de bajas estadunidenses y británicas,
al tiempo que las tropas de invasión que buscan derrocar al presidente
iraquí se encontraban con una endurecida resistencia. Analistas
militares temen que la carga hacia el norte haya sido tan rápida
que las líneas de suministro para las tropas reporten problemas
y sean vulnerables a un ataque.
ENTRE
LAS REACCIONES, vale la pena citar las siguientes: "Creo que el mercado
estaba demasiado optimista sobre la naturaleza rápida y quirúrgica
de las operaciones y se está dando cuenta de que tendremos un conflicto
difícil y costoso", dijo James Luke, administrador de cartera de
BB&T Asset Management, mientras Rupert Thompson, estratega de acciones
de E. Trade Securities, aceptó que "la semana pasada el mercado
supuso que la guerra estaría terminada en una semana... Ahora es
más probable que pasen semanas y que haya un combate complicado
en Bagdad". Martin Mayne, de NM Rothschild, en Sydney, Australia, reconoció
que "el pasado viernes, al cierre de las operaciones en Nueva York, había
mucho optimismo de que la guerra fuera a terminar rápido, e incluso
quizá hubo gente que pensó que podría terminar en
el transcurso del fin de semana... Pero ahora se está dando cuenta
que el avance no será tan ligero". Un operador de la bolsa madrileña
anotó que "el mercado había incorporado en los precios de
los activos la probabilidad de que esta guerra fuera rápida y la
volatilidad que estamos viendo en el mercado proviene de un cambio en esa
percepción".
CON EL ANUNCIO DEL guerrero Bush y el inicio de
las hostilidades, los principales mercados financieros del mundo celebraban,
jubilosos, el fin de la "incertidumbre" y el "nerviosismo" del que fueron
víctimas durante largo, largo tiempo, reportando generosos incrementos
en sus indicadores. Sin embargo, la cruda les llegó antes de tiempo:
ayer, las acciones europeas bajaron y el promedio industrial Dow Jones
de la bolsa de Nueva York se dirigía hacia su mayor caída
en una sola jornada desde septiembre, registrando un descenso de 3.32 por
ciento, después de un alza sostenida durante ocho días, culminada
el pasado viernes con la mejor ganancia semanal desde 1983.
OTROS DOS MERCADOS bursátiles pertenecientes
a la "coalición" en contra de Irak, Londres y Madrid, reportaron
fuertes bajas en sus principales indicadores: 3.1 y 4.04 por ciento, respectivamente.
París (CAC 40) bajó 5.67 por ciento y Francfort (DAX) 5.2
por ciento). El índice FTSE Eurotop 300, que refleja el comportamiento
de las principales bolsas europeas, se redujo 4.2 por ciento. Los analistas
aseguraron que "parte de la caída" fue consecuencia de la toma de
ganancias, después de las alzas de dos dígitos que tuvieron
los principales mercados desde mediados de marzo.
SIN LUGAR A DUDAS, la guerra sicológica
puede ser más efectiva y devastadora que el peso de las armas y
en este sentido, anota Reuters, las fotografías y videos divulgados
el pasado domingo sobre soldados estadunidenses capturados y muertos, "fueron
un balde de agua fría para el optimismo de los inversionistas de
que la guerra pudiera terminar rápidamente".
LOS PRECIOS PETROLEROS internacionales no podían
escapar a esta circunstancia. Ayer, el crudo Brent del Mar del Norte
-una de las referencias obligadas- para entrega en mayo reportó
un alza superior a 2 por ciento en Londres, desde el mínimo en cuatro
meses al que bajó la semana pasada, como resultado del "cambio de
perspectiva" de los mercados en torno a la guerra contra Irak, y luego
de que Nigeria informó sobre la cancelación temporal de 40
por ciento de su producción de oro negro a causa de enfrentamientos
étnicos. El crudo ligero estadunidense, el West Texas Intermediate,
también para entrega en mayo, registró un incremento de 1.19
dólares por barril en Nueva York, fijándose en 29.81 dólares,
monto aún lejano del máximo en 12 años -39.9 dólares-
que observó antes del inicio de las hostilidades. "El mercado petrolero
se ha estado comportando -durante la semana pasada- como si hubiera llegado
la paz, pero el nivel de resistencia iraquí sugiere que la guerra
podría prolongarse", de acuerdo con Adam Sieminski, analista de
Deutsche Bank.
LOS MERCADOS, PUES, otra vez "nerviosos de los
nervios".
Las rebanadas del pastel:
COMO VAN LAS COSAS, nada raro sería que
la historia del general Custer y la batalla de Little Bighorn se repitiera...
El soberbio George Armstrong Custer -fanático del sometimiento de
la población indígena y su confinamiento en reservas- y su
Séptimo Regimiento de Caballería fueron aniquilados, el 25
de junio de 1876, por Toro Sentado y Caballo Loco, quienes comandaban una
coalición de siux, arikara, cheyennes, arapahoe y otras tribus defensoras
de su territorio... Lo que el hombre blanco presumía como una rápida
y fácil victoria, se convirtió en el mayor desastre militar
del ejército estadunidense luego de la Guerra Civil, sin contar
Vietnam... Hoy el Séptimo Regimiento de Caballería -robusto,
motorizado y blindado- reporta sensibles bajas durante su confiada presencia
en Basora, al sur de Irak.