CATALEJO
Jaime Avilés
ƑQuién va ganando?
BUSH QUERIA HACER esta guerra en invierno, pero el estira y afloja de Hussein ante los inspectores de la ONU, los interminables forcejeos en el Consejo de Seguridad y el movimiento mundial por la paz lo obligaron a iniciar la invasión el día que nació la primavera. Ahora sus tropas tienen un enemigo más: el calor del desierto.
BUSH APOSTO SU destino a cuatro cartas: la diplomacia coercitiva (basada en presiones y amenazas), la supremacía tecnológica (las bombas más inteligentes y devastadoras jamás vistas por el hombre), la superioridad numérica en el campo de batalla (casi 300 mil soldados) y la propaganda como instrumento de terror (que produjo el efecto contrario). Todo le ha salido al revés porque, como se dice en el teatro, cometió un miscasting (escogió mal a los actores protagónicos de la obra).
BUSH ENCOMENDO la organización de sus fuerzas armadas al empresario Donald Rumsfeld (que pagó sobornos para evadir el servicio militar) y, en cambio, dejó la diplomacia a cargo de Colin Powell (especialista en el arte de la guerra). Hoy los resultados están a la mano: el general redujo a escombros la impresionante coalición internacional que encabezaba la Casa Blanca y el tecnócrata consiguió que las tropas de Estados Unidos se equivoquen a cada paso.
BUSH NO OLVIDARA el domingo 23 de marzo de 2003: sus estrategas cayeron en las más ingeniosas emboscadas, sus combatientes sufrieron importantes bajas en una ciudad tan pequeña como Nasiriya (muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros, algunos de ellos texanos para colmo), su artillería derribó un bombardero inglés en Kuwait, su fuerza aérea perdió un avión en Bagdad, su retaguardia se estremeció cuando un soldado yanqui lanzó tres granadas contras sus propios compañeros de armas, también en Kuwait; tres periodistas de la televisión británica desaparecieron cerca de la frontera turca y su aparato de propaganda debió reconocer que, pese a lo que había afirmado en las vísperas, las tropas imperiales no han capturado ninguna posición estratégica de Hussein.
BUSH APARECIO en la televisión occidental, el propio domingo por la tarde, con los hombros caídos, los ojos sin brillo, las multiplicadas arrugas, sin maquillaje, a flor de piel. Doce horas después (4:00 am en Washington, mediodía en el golfo Pérsico), la televisión iraquí mostró a un Hussein sereno, bien comido y descansado, lleno de agilidad mental, pronunciando en vivo y en directo un mensaje feroz y a la vez triunfalista, para elevar la confianza de su pueblo pero sobre todo para cubrir de pimienta y mostaza los hot-cakes del desayuno de los estadunidenses.
EN TERMINOS DE imagen, cabe preguntarse, Ƒquién va ganando? La respuesta la ofrecieron ayer los mercados: el precio del petróleo volvió a subir y las bolsas se hundieron entre el desconcierto y el temor, mientras continuaban los tropiezos militares del Pentágono.
[email protected]