Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 25 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Mundo
GUERRA CONTRA IRAK

Contundentes imágenes contradicen el guión de propaganda sobre la "liberación"

Se desmorona la guerra sicológica, elemento clave en la ofensiva de EU

Reitera la CIA dudas sobre vínculos Hussein-Bin Laden y la compra iraquí de uranio

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 24 de marzo. La guerra sicológica, elemento clave de la ofensiva estadunidense contra Irak, comenzó a desmoronarse este fin de semana cuando la televisión iraquí difundió imágenes de varios soldados estadunidenses capturados, y también cuando el guión de propaganda sobre una "guerra de liberación" fue puesto en entredicho frente a crecientes pruebas de que las tropas estadunidenses no eran objeto de una bienvenida universal como "liberadores" por parte de la población del país invadido.

La guerra de propaganda sufrió otro golpe esta semana cuando funcionarios de la CIA reconocieron en declaraciones al Washington Post que siempre han dudado de informes sobre la importación por Irak de uranio para bombas nucleares desde Africa, así como de los vínculos entre Saddam Hussein y Osama Bin Laden.

Estas versiones han sido particularmente importantes en la guerra de propaganda, ya que el propio presidente George W. Bush las había ofrecido como argumentos para justificar la acción bélica, aparentemente a pesar de las objeciones de sus propias agencias de inteligencia.

Los militares estadunidenses han dedicado enorme esfuerzo a la guerra de propaganda en torno a Irak, informando todos los días de sus comunicaciones con "altos oficiales militares iraquíes" que estaban supuestamente a punto de rendirse, y llevando a periodistas adonde podrían captar imágenes y palabras sobre la entusiasta bienvenida de civiles iraquíes a las tropas estadunidenses que llegaban a sus pueblos.

Esta estrategia, dirigida tanto a los militares iraquíes como a la opinión pública en Estados Unidos, funcionó durante los primeros días. Además los reportajes sobre las armas estadunidenses convirtieron a algunos de los medios en lo que un comentarista describió como centros publicitarios para sistemas de armas particulares; con todo y gráficas, fotos y admiradas descripciones de su poder.

Pero las comunicaciones globales instantáneas, la Internet y la contrapropaganda iraquí están minando una multimillonaria campaña estadunidense de relaciones públicas. Después de que la televisión iraquí difundió imágenes de soldados estadunidenses capturados y muertos, el Pentágono fue obligado a dejar de sostener que ninguno de sus elementos había sido capturado.

Minutos después el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, contratacó, condenando a los medios por haber difundido estas imágenes, pues mostrarlas, afirmó, era una violación de la Convención de Ginebra. El teniente general John Abizaid calificó los videos de "repugnantes" y criticó específicamente a la cadena Al Jazeera por haberlos transmitido. "Considero que mostrar estas imágenes es absolutamente inaceptable", afirmó. Estados Unidos aparentemente se refiere al artículo 13 de la convención, que señala que los prisioneros de guerra deben ser protegidos de toda "intimidación, insultos y curiosidad pública".

Estos comentarios lograron persuadir a los grandes medios de televisión en Estados Unidos de no repetir la trasmisión de estas imágenes por lo menos durante un día, y pocos periodistas estadunidenses optaron por señalar, en contraste a las objeciones oficiales, las imágenes transmitidas durante los pasados tres días de soldados iraquíes capturados o rindiéndose.

Este domingo el Washington Post publicó en su primera plana la fotografía de un combatiente iraquí capturado a quien soldados estadunidenses le vendaban los ojos. Hoy Human Rights Watch condenó tanto a las fuerzas armadas iraquíes como a las estadunidenses por violar los derechos de los prisioneros de guerra al permitir que sean exhibidos en público.

Pero a pesar del intento de censura, ya para hoy varios periódicos publicaron las imágenes de los soldados estadunidenses capturados y estas imágenes también estaban disponibles en Internet. Como resultado, algunos programas de televisión local empezaron a trasmitir versiones editadas de estas imágenes. Estas, combinadas con información de que ya son 59 las muertes de la fuerza invasora y siguen produciéndose bajas, han entorpecido la propaganda del Pentágono sobre un avance rápido y sin mayores problemas hacia Bagdad.

Nadie duda que el poder abrumador de la fuerza estadunidense finalmente logrará imponerse en este conflicto, pero el problema para los que se preocupan de la "imagen" de esta guerra es su costo. Varios periodistas han señalado que "se empieza a sentir la realidad" de lo que es una guerra, y con ello la impresión de que podría durar más y causar más derramamiento de sangre de lo que indicaba la propaganda inicial. CNN reportó este lunes que el apoyo público a la guerra se había reducido levemente.

Todo esto, junto con la duda expresada nuevamente por la CIA sobre algunas de las acusaciones contra Irak que justificaron esta guerra, complica el panorama aquí. "Bush se agarra de dudosas acusaciones contra Irak", fue la cabeza del Post en una de varias notas publicadas la semana pasada, que detallaban las dudas de la CIA en torno a la existencia de algún vínculo entre Osama Bin Laden y Hussein.

El mismo diario refirió esta semana que la CIA había informado al gobierno de Bush que las acusaciones sobre la compra iraquí de uranio desde Africa no eran creíbles, pero Bush decidió usarlas en su informe a la nación. Poco después se comprobó que los documentos ofrecidos como prueba de estos señalamientos acerca del uranio eran falsificados.

Es cierto que el régimen de Hussein ha empleado armas químicas contra su propia población, y los funcionarios estadunidenses han reiterado su seguridad de hallar pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva al avanzar la campaña militar. Pero dada la historia de este tipo de acusaciones, algunos comentaristas han empezado a cuestionar si la opinión pública internacional aceptará esas pruebas cuando sean presentadas, o si sólo pensará que fueron plantadas por Estados Unidos como parte de su guerra de propaganda.

Un peligro que ahora se presenta al desmoronarse el guión de propaganda oficial es un mayor cuestionamiento a la estrategia estadunidense. Esto ha llegado a tal grado que los propios periodistas preguntan ahora por qué no se está usando mayor fuerza, incluso en zonas civiles. Durante la conferencia de prensa de este lunes en el Pentágono, algunos periodistas preguntaron si los militares no estaban colocando a sus fuerzas en riesgo al no atacar centros civiles donde podrían estar escondidas fuerzas enemigas.

Cuando lo prometido en la propaganda no se cumple -en este caso una campaña militar rápida, con poca resistencia y bajas reducidas- podría presionar a los militares a tomar decisiones de ataques aún más intensos y contra objetivos más allá de los estrictamente militares para poder seguir mostrando triunfos y reducir incidentes que ponen en tela de juicio el plan bélico.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año