La Academia se reserva el derecho de cancelar la ceremonia por el conflicto en Irak
Expresiones contra la guerra, el protagonista estelar de los Oscar
Susan Sarandon y Dustin Hoffman, entre otros, portarán distintivos de paz en el acto0
Will Smith y su esposa, y el director Aki Kaurismäki anunciaron que no asistirán a la velada
DPA, REUTERS Y AFP
Junto a las gigantescas estatuas del dorado Oscar que adornan la entrada del Teatro Kodak de Hollywood, este año habrá solamente 12 cámaras de todo el mundo en lugar del habitual grupo de 500 paparazzi que se suelen disputar la mejor sonrisa de las estrellas. Y es que a muchos famosos les preocupa la idea de que el mundo los considere frívolos e indulgentes si se lanzan a una fiesta mientras Irak está siendo bombardeado.
Algunos, como el actor estadunidense Will Smith y su esposa Jada, y el cineasta finlandés Aki Kaurismäki, simplemente han anunciado que no asistirán a la velada. Otros irán, pero estarán vestidos con oscuros trajes en lugar de sexis escotes y elegantes smokings.
Hunter Bodyn está decepcionado. A su protesta contra la guerra en Irak delante del Teatro Kodak se le sumaron pocas personas. El estadunidense sostiene en la mano un ejemplar del diario Los Angeles Times que informa sobre los "ataques quirúrgicos con misiles". En letras rojas escribió tres veces sobre la portada la palabra lies (mentiras). Sólo una decena de jóvenes cineastas está con él. "La mayoría de las grandes estrellas está en contra de la guerra" asegura Boydn. "Pero sólo pocos de ellos lo dicen públicamente".
Quizá no esté equivocado. Los organizadores de los Oscar, los grandes estudios y la cadena televisiva ABC están preocupados ente la posibilidad de que la gala del 75 aniversario se convierta en plataforma de protesta de los famosos contra la guerra.
Apuesto cualquier cosa a que las estrellas harán declaraciones políticas, dice el publicista de Hollywood Tom O'Neill, quien recuerda que cadenas de televisión en todo el mundo, con un total de más de mil millones de espectadores, seguirán en directo la ceremonia. Una tentación demasiado grande para los opositores a la guerra entre los astros, particularmente en la entrega.
Los empleados ya desmontaron las tribunas para los espectadores y la prensa que habían levantado frente al teatro Kodak y enrollaron la alfombra. "Quien hubiera dicho que llegaría el día en que la industria del entretenimiento ya no quisiera hablar sobre sí misma", comentó Melissa Rivers, una de las periodistas que habitualmente charla con los actores antes de la gala.
''Digan lo que quieran, pero con buen gusto''
La Academia comunicó que es "consciente de que debido a la guerra muchos invitados famosos se sentirían incómodos haciendo entrevistas y posando para las cámaras". Daniel Day-Lewis, postulado como mejor actor por Pandillas de Nueva York, dijo que le parecía "obsceno estar bailando sobre la alfombra roja mientras moría gente".
Seguramente no hubiera sido el único que habría repetido estas palabras ante las cámaras. El español Pedro Almodóvar, candidato en las categorías de mejor director y guión original por Hable con ella, calificó la guerra de "una catástrofe, que afecta a millones de personas".
El escritor y director Michael Moore, postulado en el rubro de documental por Bowling for Columbine, no pierde oportunidad de manifestarse en contra del presidente estadunidense George W. Bush.
En la ceremonia sólo podrán hablar ante el micrófono si ganan. "En los 45 segundos que les pertenecen pueden decir lo que quieran, en el marco del buen gusto"; dijo Gil Gates, el productor del show. Las estrellas que oficien de presentadoras de cada uno de los premios, en cambio, recibieron instrucciones de callar.
Claro que nadie espera que Susan Sarandon y Dustin Hoffman, miembros activos de la iniciativa Artistas Unidos para la Victoria sin Guerra, se atengan a esas reglas. Lo que no se sabe es si sus palabras serán trasmitidas por televisión. ABC ya anunció que en el caso de que lleguen noticias importantes desde el frente interrumpirán la trasmisión para comunicarlas.
Artistas Unidos para la Victoria sin Guerra, un grupo de más de 130 celebridades que han hecho campaña contra la guerra, produjo un prendedor especial de paz para la ceremonia. Artistas como Dustin Hoffman, Julianne Moore, Jim Carrey, Ben Affleck, Michael Moore y Kirsten Dunst accedieron a usarlo en la noche de los Oscar. Otros piensan usar una paloma de la paz o un pedazo de cinta adhesiva en sus vestidos o trajes de frac.
La cinta adhesiva se ha convertido en el símbolo de protesta tras recibirse con ironía el consejo del gobierno de comprarla para sellar temporalmente las habitaciones en caso de ataque químico o biológico. "La gente está buscando expresar sus sentimientos y emociones con dignidad", dijo el productor Robert Greenwald, fundador de Artistas Unidos.
Por lo pronto, la ceremonia de los Oscar sigue adelante por el momento, pero sus organizadores no excluyen que el desarrollo de la guerra en Irak acabe dando al traste con el evento más esperado por todo Hollywood, que seguirá hasta el domingo con el corazón en un puño. "Estamos en momentos de crisis e incertidumbre y se plantea la cuestión de si la ceremonia sigue adelante. Y la respuesta es sí. Como han visto en las dos noches anteriores, la situación (en Irak) es tan impredecible que queremos, como el propio presidente estadunidense, mantener todas las posibilidades abiertas y ser flexibles. Así que no voy a especular sobre en qué condiciones podemos o no podemos aplazar", afirmó el presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, Frank Pierson.
Cambian joyas por francotiradores
Por cualquier contingencia, Hollywood ya se revistió de las más altas medidas de seguridad de su historia para albergar una ceremonia con un tono excepcionalmente sobrio y más con posibles discursos pacifistas por parte de muchos de los actores y cineastas contrarios a la guerra de Irak.
La ceremonia de los Oscar estará sometida a estrictas medidas de seguridad en previsión de ataques terroristas, con estrellas que han elegido limusinas blindadas y jets privados para acceder a la gran velada del cine.
Fuentes policiales dijeron que las medidas de seguridad para la celebración del domingo serán las más severas en los 75 años de historia de los premios de la Academia, en tanto Estados Unidos avanza en su invasión de Irak.
Los costosos vestidos y las rutilantes joyas darán lugar a francotiradores, agentes encubiertos y perros rastreadores de explosivos, en caso de que los premios efectivamente se entreguen como esperan los organizadores, aunque en un estilo más sobrio.
"Tendremos oficiales vestidos de civil mezclados en la multitud, tendremos vigilancia aérea y muchas otras medidas", dijo el jefe de la Policía de Los Angeles, William Bratton. "Estamos usando todos los recursos para este acontecimiento".