VIENTOS DE GUERRA
Ivanov ratificó a Powell que la vía
diplomática "aún no está agotada"
Rusia espera que EU modifique el texto de la nueva
resolución contra Irak
Deben ampliarse los plazos antes de considerar que Hussein
"desaprovechó su oportunidad"
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 6 de marzo. En la víspera de la importante
reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones
Unidas (ONU), cuyos miembros conocerán este viernes el informe de
tres meses de labores de los inspectores de armas en Irak, Rusia aboga
por que Estados Unidos no someta a votación el actual proyecto de
resolución que autoriza el uso de la fuerza.
El Kremlin cree que no está agotada la vía
política y diplomática en Irak, según ratificó
esta tarde por teléfono el canciller Igor Ivanov a su colega estadunidense,
Colin Powell, pero ello no le quita a Moscú la certeza de que Washington,
en cuestión de semanas o incluso días, lanzará un
ataque militar contra el régimen de Saddam Hussein, con o sin el
consentimiento de la ONU.
A
pesar de las declaraciones tranquilizadoras de los voceros oficiales, hay
signos que apuntan en ese sentido. Uno de los más claros es la celeridad
con que el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso comenzó
hoy a instrumentar la decisión política de desalojar de inmediato
a los cerca de 700 ciudadanos rusos, diplomáticos incluidos (salvo
los funcionarios de guardia que permanecerán en el búnker
de la embajada bajo cualquier circunstancia) que trabajan en Irak.
Coincidentemente, y esto tampoco contribuye a restar dramatismo
a la situación, este mismo día la misión diplomática
de Irak en Moscú hizo público su agradecimiento a los rusos
que han expresado el deseo de viajar al país árabe como escudos
humanos, pero anunció que no concederá ni una sola visa
más con ese fin y que se pidió a los que ya están
ahí que regresen a Rusia.
Mientras tanto, el canciller Igor Ivanov viaja a Nueva
York convencido de que Estados Unidos tomará en cuenta la reciente
declaración conjunta de Francia, Rusia y Alemania, a la cual se
sumó hoy China, en la cual estos cuatro países, tres de ellos
con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, reiteran que aún
es posible resolver la crisis iraquí sin recurrir a la fuerza.
Así como la corriente en favor de la paz que encabeza
Francia considera "innecesaria" una nueva resolución, también
admite en el documento que las inspecciones "no pueden durar indefinidamente".
En esta última concesión, se comenta aquí,
puede estar el eje de la propuesta que Ivanov negociará a puerta
cerrada con Powell, dentro de una estrategia coordinada con sus colegas
francés, alemán y chino.
Ante la falta de consenso entre los miembros permanentes
del Consejo de Seguridad, Rusia no piensa que Estados Unidos llegue al
extremo de retirar su borrador de resolución, lo que en otra época
equivaldría a reconocer como improcedente el uso de la fuerza, tan
sólo para salvar el último obstáculo y, tras dar por
muerta a la ONU, hacer la guerra por su cuenta y riesgo.
Rusia espera que Estados Unidos acepte modificar el texto,
consciente de que se tendría que añadir al borrador de resolución
un párrafo que establezca los plazos y las condiciones que debe
cumplir Irak, antes de que el Consejo de Seguridad pueda concluir que Hussein
"desaprovechó su última oportunidad".
La paz obtendría un respiro, si bien todavía
es grande el riesgo de que no haya acuerdo en torno a los términos
del ultimátum a Hussein y, entonces, Estados Unidos opte por redoblar
sus presiones para conseguir el apoyo formal de México y otros miembros
del consejo hasta alcanzar un mínimo de nueve para iniciar la guerra.
Con esta mayoría como justificación, incluso
si alguno de los miembros permanentes aplica finalmente su derecho al veto,
Estados Unidos se dará por "legitimado" para hacer la guerra.
El gobierno de George W. Bush, con el mismo cinismo con
que encubre los motivos verdaderos para lanzar un ataque contra Irak, sabe
que Francia, Rusia y China se oponen, en realidad, a que Estados Unidos
decida por sí solo a qué régimen derrocar y cuándo.
Por lo mismo, un eventual veto de Francia, Rusia o China,
o uno de las tres juntas, podría poner en entredicho el liderazgo
que pretende arrogarse Estados Unidos, pero no vendría acompañado,
como sucedía en los tiempos de la guerra fría, del
peligro de ser atacado con armas nucleares.
Hasta ese punto, es obvio, nadie saldrá en defensa
de Saddam Hussein.