La fiesta, custodiada por miles de policías
y soldados para prevenir ataques de narcos
En el carnaval de Río, manifiesto por la paz
y en contra de la guerra
Los desfiles de las principales escuelas de samba, que
concluyen hoy, han transcurrido en calma; sin embargo en los alrededores
del sambódromo han muerto por lo menos 12 personas
REUTERS Y AFP
Rio de Janeiro, 3 de marzo. Con una explosión
de alegría, música y color, y custodiado por miles de policías
y soldados para prevenir ataques de narcotraficantes, el carnaval de Río
de Janeiro dirigió al mundo un mensaje de paz y contra la guerra.
En los desfiles, en un repleto sambódromo, más
de 60 mil personas se plegaron hasta la madrugada del lunes a los contagiosos
ritmos de las escuelas de samba, que en sus alegorías ensayaron
también mensajes contra el hambre, en sintonía con los tiempos
políticos que vive Brasil.
Los desfiles de las principales escuelas de samba, que
se iniciaron en la noche del domingo y continuarán hasta el martes,
transcurrieron en calma tras una semana en la que traficantes de drogas
orquestaron una ola de ataques en Río de Janeiro, que llevaron al
presidente Luis Inacio Lula da Silva a ordenar la movilización del
ejército para contener el crimen organizado.
El rito del carnaval, la mayor fiesta popular de Brasil
que cada año congrega cientos de miles de turistas, repitió
la puesta en escena de cuidadas y deslumbrantes coreografías protagonizadas
por miles de anónimos bailarines y músicos, acompañados
por llamativas mujeres.
Actrices y modelos, desde la mítica Susana Vieira
-estrella de populares telenovelas brasileñas- hasta Susana Werner,
ex novia del astro de futbol Ronaldo, y Luciana Giménez, famosa
por haber tenido un hijo con Mick Jagger, mostraron sus cuerpos en el sambódromo
ante el delirio del público.
"Mientras el mundo se prepara para una guerra de destrucción
y codicia, Brasil vive una fiesta de paz y de alegría. Ese es nuestro
mensaje", dijo emocionado Joasinho Trinta, responsable del desfile
de la escuela Grande Río y con 40 años de experiencia en
carnavales.
El hambre, condenada a muerte
La
escuela de samba de Trinta, famosa por el lujo que imprime a sus presentaciones
en el sambódromo, recibió una ovación del público
al presentar, en una de sus fantasiosas alegorías, al hambre, que
fue condenada a muerte en la silla eléctrica.
La escuela Imperio Serrano también sumó
mensajes contra el hambre, que sufren al menos 22 millones de personas
en Brasil y cuyo combate ha sido declarado prioridad por Lula.
Los desfiles transcurrieron en calma luego que la policía,
apoyada por el ejército -cuyas tropas con ametralladoras se desplegaron
en las afueras del sambódromo-, organizara un inédito operativo
con más de 30 mil agentes que incluyó la escolta de las coreografías
de las escuelas de samba, chequeos de los cuerpos antibombas y hasta agentes
infiltrados entre el público.
El operativo Guanabara de patrullaje militar de
la ciudad comenzó en la tarde del viernes junto con el carnaval,
que se extenderá hasta el mediodía del miércoles.
Las bandas de narcotraficantes sembraron el terror en
Río durante la semana pasada al quemar autobuses del transporte
público y ametrallar comercios, supuestamente como una forma de
protestar ante las duras medidas policiales tomadas en su contra.
Aparece la violencia
La fuerte presencia de policías en las calles no
impidió, sin embargo, que la violencia apareciera, aunque en forma
aislada. Un joven de 24 años murió y un adolescente de 14
años resultó herido en la madrugada del lunes tras recibir
disparos cuando esperaban un autobús en el centro de la ciudad,
dijo el coronel Joao Gilberto Guimaraes, de la Policía Militar de
Río.
Desde el lunes pasado la violencia ha provocado al menos
12 muertos en Río.
Asimismo, un hombre resultó muerto y otros tres
heridos a balazos en la madrugada de este lunes en los alrededores del
sambódromo de Río de Janeiro, después que intentaron
asaltar a personas que se preparaban para desfilar con su escuela de samba,
informó la agencia Estado.
Según la fuente, la policía no fue capaz
de identificar a los autores de los disparos.
Los marginales habían atacado en grupo a bailarines
de la escuela de samba Caprichosos de Pilares, utilizando una técnica
que en Río de Janeiro llaman arrastrao (arrastrón),
una especie de avalancha en la que van asaltando a quien encuentran por
el camino.
En ningún momento las decenas de miles de personas
que acompañaban el desfile de carnaval desde las tribunas percibieron
lo que ocurría en el exterior del sambódromo.
Los sangrientos hechos, sin embargo, no impidieron que
cientos de miles de turistas, llegados desde todo el mundo, disfrutaran
de las playas y las comparsas callejeras de la ciudad.
Agentes de la policía civil, militar y federal,
hombres de la guardia municipal y soldados de las Fuerzas Armadas patrullan
sin descanso la ciudad, en especial las zonas turísticas y las proximidades
del sambódromo.