El artista francés presenta exposición
en la Biblioteca de México
De Léobardy utiliza las sombras para reflexionar
sobre la realidad
Traza el contorno de las formas con tinta china y obtiene
la imagen de la imagen
MERRY MAC MASTERS
Reflexionar sobre la realidad, por medio de las sombras,
es lo que hace la obra del pintor francés Michel de Léobardy
(París, 1949), que bajo el título ¿Realidades o
sombras? concluirá exhibición el 30 de este mes en la
Biblioteca de México.
De acuerdo con Plinio el Anciano, la invención
de la sombra y de la pintura, no son más que una, recuerda el artista.
La muestra de obra realizada de 1987 a 2001, empieza con tres pequeños
óleos en los que un metro plegable proyecta una sombra sobre la
pared. Nada más que De Léobardy prefiere las sombras hechas
a la manera de los niños, para quienes más bien son figuras
u objetos.
En
seguida realizó seis sombras de un compás, a fin de jugar
con la idea de cuál era la mejor. Siguen las tres sombras de una
balanza romana, nada más que ya no aparece el objeto. ¿Qué
es lo más importante, entonces, la sombra o el objeto? Aquí
se demuestra que ''el pintor no sabe qué es la realidad". En su
búsqueda, lo ''visible" no es sinómino de lo real.
Representar a transeúntes
Artista de formación, De Léobardy ha dicho
de sus estudios: "Acababa de entrar en la Escuela Nacional Superior de
Bellas Artes en París. No me sentía del todo bien. Después
de 1968, los profesores no se atrevían a decir nada y aquellos que
tenían el valor de expresarse se volvían ininteligibles.
Salí rápido de ese lugar. Necesitaba aire".
''Deseo -asegura De Leóbardy- hacer obras sencillas
que las personas puedan sentir; no me importa si las comprenden o no".
También ha hecho monotipos, que como son de una sola impresión,
es una manera de decir que ''las cosas no son permanentes".
En 1990, el artista cambió de taller. Desde su
ventana, en un séptimo piso, le dieron ganas de ''representar a
los transeúntes. Con su sombra, por supuesto. Siete pisos más
abajo, el muro es el piso, una pantalla. Para alguien que dibuja, todo
va muy rápido. Un plano rápido hecho más o menos de
memoria no me satisfacía. La solución fue tomar fotos".
Proyectó, entonces, una transparencia sobre una
hoja de papel pegada a una contraplaca. Trazó el contorno de las
formas con tinta china. Obtenía la imagen de una imagen. Superponía
capas de color. Las sombras se deformaban y los personajes también,
para al fin deshacerse.
Dibujo a partir de las tijeras
Concluida esa serie, siguieron los collages o intervenciones,
hechos a base de recortar papeles antiguos. Como escribe el crítico
Santiago Espinosa de los Monteros, ''el dibujo no sale ahora de su mano,
sino de las tijeras que crean largas tiras de papel".
La exposición ¿Realidades o sombras?
se presentó el año pasado en la Casa de Francia. Ahora, para
que la pueda ver un público mayor se ha trasladado a la Biblioteca
de México (Plaza de la Ciudadela 4, Centro Histórico).