Editorial Joaquín Mortiz publica nueva edición
Garro concibió su novela como un homenaje a Iguala, Guerrero
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Elena Garro escribió Los recuerdos del porvenir en 1953, 10 años antes de su publicación. Se encontraba en Berna, Suiza, enferma. Según le contó al crítico Emmanuel Carballo (cita una carta en el libro Protagonistas de la literatura mexicana), escribió la novela, la primera de su bibliografía, después ''de un estruendoso tratamiento de cortisona".
La concibió como un homenaje a la ciudad de Iguala (Guerrero), a su infancia, ''y a aquellos personajes a los que admiré tanto y a los que tantas jugarretas hice".
Guardó la novela en un baúl, junto a algunos poemas que le hizo a Adolfo Bioy Casares (''el amor loco de mi vida y por el cual casi muero").
En 1960, su hermana Estrellita recogió en la ciudad de Nueva York el baúl en el que Elena Garro había abandonado Los recuerdos del porvenir y se lo entregó en Francia:
''La novela estaba medio quemada. Yo la puse en la estufa en México y Helenita (la hija que tuvo con Octavio Paz) y mi sobrino Paco la sacaron del fuego. De manera que tuve que remendarla."
En la actualidad se considera a Los recuerdos del porvenir, junto a Pedro Páramo, del jalisciense Juan Rulfo, una de las obras esenciales de la literatura mexicana.
Como parte de las conmemoraciones por el también 40 aniversario de su fundación, la Editorial Joaquín Mortiz acaba de publicar, entre otras obras, una nueva edición de Los recuerdos del porvenir.