Luis Javier Garrido
El terciopelo
El nerviosismo de Vicente Fox ante las elecciones intermedias de 2003 lo está llevando no sólo a violar una y otra vez las leyes electorales del país, sino a quebrar sus "acuerdos" con el priísmo y a exhibir toda la podredumbre de su régimen.
1. Las declaraciones de Eduardo Fernández, ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), afirmando que en la campaña de 2000 los Amigos de Fox lavaron dinero con iguales técnicas que la delincuencia organizada y que existe un operativo de Estado para encubrir estos ilícitos (24 de febrero), han puesto en entredicho la supuesta "transición de terciopelo", entendida como un acuerdo a espaldas y en contra de la nación entre dos presuntos grupos delictivos, los salientes tecnócratas priístas y los entrantes empresarios foxistas, y han evidenciado una vez más que existe un grupo de empresarios protegidos por el foxismo que siguen delinquiendo por encima de los derechos de los mexicanos.
2. En México no podrá existir un estado de derecho en tanto la justicia siga sometida al Ejecutivo, como ahora que Fox ha decidido que los delitos financieros del Fobaproa permanezcan impunes y no se investigue el financiamiento ilegal de su campaña, y se permita además acusar y juzgar en juicio sumario a quien lo señala por una serie de ilícitos que muy probablemente cometió.
3. El aspecto más relevante de las imputaciones que hace Fernández a Fox y a su claque no es el hecho de que plantea de nuevo temas capitales como: a) la forma ilegal en la que llegó a la Presidencia, utilizando un descomunal financiamiento ilegal procedente en lo esencial del extranjero y de origen oscuro, o b) la impunidad con la que actúan los integrantes de los Amigos de Fox, quienes, como miembros de una presunta organización delictiva, antes y después de trasuntarse en Vamos México se han comportado con la prepotencia que les da saber que están protegidos por un operativo de Estado, como los del salinismo, asumiendo con la misma lógica priísta que los intereses privados del foxismo son los del país, y ni siquiera c) el de la muy probable consolidación del narcopoder en el gobierno panista de Fox.
4. Lo verdaderamente grave para la administración foxista, de ahí la torpe reacción nerviosa de Fox, es que los señalamientos del ex presidente de la CNBV han puesto ante la mirada de los mexicanos al grupo de empresarios que pretenden ser dueños del país y que, protegidos por Salinas y Zedillo, resultaron los principales beneficiarios del fraude histórico del Fobaproa (reconvertido en IPAB), el mayor en la historia de América Latina, cuyas empresas financiaron ilegalmente la campaña foxista a cambio de protección ante sus crímenes financieros, y que ahora financian Vamos México con el mismo interés. La amenaza de Fernández de dar a conocer la podredumbre del régimen foxista cimbró las estructuras financieras y económicas nacionales, pues de divulgarse nuevas precisiones sobre los beneficiarios de las políticas del gobierno y sus actividades ilícitas, así como los vínculos de éstos con Fox y Zedillo, se generaría el mayor escándalo en la historia financiera y política de México, y se demostraría, de paso y una vez más, que no ha habido "cambio" en el país, que quienes se beneficiaron de las políticas del salinismo siguen beneficiándose en el sexenio de Fox y que no hay transición.
5. El secreto bancario, invocado como derecho de quienes siguen defraudando a México, se ha convertido en la piedra angular de la impunidad del foxismo, de tal suerte que sabiéndolo Fernández amenace a quienes gobiernan con el arma favoritas de ellos: el chantaje. El régimen foxista se ha sustentado sobre todo en eso: en el secreto bancario. En que no se conozca la verdad de sus tejemanejes.
6. El problema central no es por consiguiente el del acusador ni las formas que utiliza, como plantean los medios orquestados desde Los Pinos, sino el de fondo. No es que Fernández haya encubierto a esos empresarios en el Fobaproa o que actúe desde el priísmo, sino que con evidencias está presentando a dos de los colaboradores presidenciales, Lino Korrodi y Carlos Rojas, como hampones, y a Fox como el capo mayor.
7. Las preguntas de los días recientes conducen a lo mismo: Ƒpara que habrá querido Vicente Fox con tanto ahínco llegar a la Presidencia de México? ƑPara seguir imponiendo y profundizando, con toda la fuerza del Estado, las políticas neoliberales de Salinas y de Zedillo, que sólo benefician a unos cuantos? ƑPara mantener un control férreo del pueblo a través de los medios masivos de comunicación? ƑPara seguir utilizando al sector corporativo priísta y a los líderes charros a fin de proseguir el despojo a trabajadores y campesinos? ƑPara utilizar las mismas estructuras de poder y prácticas del priísmo a fin de hacer prevalecer los intereses de banqueros y empresarios sobre los derechos del pueblo? ƑO, sobre todo, para proteger mejor los intereses de un reducido grupo de empresarios, entre los que se encuentran él y sus amigos?
8. La noticia de que los Fox siguen violando el marco legal con motivos electorales y de que Marta Sahagún, luego de haber sido acusada de peculado por el priísmo mexiquense (24 de febrero), organizara otro mitin de panistas mexiquenses, ahora en Los Pinos y con prominentes empresarios (27 de febrero), no fue ante lo que acontece, sino un escándalo menor, aun cuando entre los presentes estuviesen empresarios de la misma historia.
9. Las evidencias de que en la campaña de Fox hubo no sólo financiamiento ilegal proveniente de México y del extranjero, sino lavado de dinero a través de las cuentas de Lino Korrodi y de Carlota Robinson, presentadas por ex funcionarios bancarios, configuran un gravísimo elemento más de descrédito para Fox, quien podrá evitar un juicio político, pero no el de los mexicanos ni mucho menos el de la historia.
10. Quien gobierna el país no tiene, antes de cumplir la mitad de su mandato, la dignidad necesaria para ocupar el cargo ni mucho menos la autoridad moral y política para enfrentar las graves cuestiones nacionales ni las internacionales, como la anunciada guerra de Washington contra Irak.
