Desocupados levantan bloqueos luego que el gobierno se declaró dispuesto a dialogar
Fracasa la audiencia de conciliación entre los sectores de Duhalde y Menem
Ningún candidato alcanza 18% en las preferencias para la elección presidencial: sondeo
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 6 de febrero. La difícil elección interna peronista continuó en medio de una actitud judicial de escasa credibilidad, con el fracaso de la audiencia de conciliación entre los sectores del presidente Eduardo Duhalde y del ex mandatario Carlos Menem, mientras los movimientos de piqueteros (desocupados) levantaron los bloqueos de calles, rutas y accesos a la capital que habían iniciado la víspera luego que el gobierno se dijo dispuesto a escuchar sus reclamos.
Por otra parte, el juez Norberto Oyarbide parece ahora apresurado por dictaminar si hubo un complot contra el ex presidente Fernando de la Rúa, quien renunció el 20 de diciembre de 2001 ante un estallido popular. El martes, el renunciante mandatario había convalidado la tesis, expresada por el periodista Miguel Bonasso, de que hubo una conspiración y que el actual presidente Duhalde habría adelantado el final de la entonces Alianza gobernante (Unión Cívica Radical y Frente País Solidario), en una presunta reunión en Estados Unidos con el nicaragüense Francisco Aguirre, antiguo agente de la CIA, y en presencia de Hugo Anzorreguy, quien fue, nada menos, jefe de los servicios de inteligencia de Carlos Menem.
Oyarbide, un juez protegido del menemismo, que en los útlimos tiempos utilizó una serie de estratagemas para no llegar a resultado alguno en las investigaciones sobre las cuentas de Menem en Suiza, está muy activo en esta causa, lo que provoca supicacias. Muchos observadores entienden que si hubo complot los hombres del menemismo fueron la parte más activa, ya que sus punteros (activistas) barriales actuaron como si estuvieran coordinados en los saqueos sin que actuara la policía.
Estos movimientos judiciales se dan en momentos en que los representantes de Menem y Duhalde no logran ponerse de acuerdo sobre la realización de las elecciones internas para definir el candidato peronista a las elecciones presidenciales de abril. La audiencia conciliatoria había sido citada por la juez María Servini de Cubría, otra allegada al menemismo. Ahora, la juez tiene que decidir sobre una acción de amparo promovida por el menemismo para que se declare la obligación de comicios internos, cuando un congreso nacional del Partido Justicialista (peronista) había decidido suspender las elecciones y habilitar a los tres candidatos peronistas a presentarse directamente en las presidenciales.
En los últimos sondeos electorales, Néstor Kirchner, gobernador de Santa Cruz y considerado el candidato de Duhalde, encabeza las encuestas seguido por tres competidores con cifras similares, que oscilan entre 11 y 13 por ciento: Carlos Menem; Elisa Carrió, de Alternativa para una República de Iguales (ARI), y Adolfo Rodríguez Saá, peronista. Ante la pregunta de por quién no votarían, Menem encabeza las cifras con 69 por ciento.
Lo cierto es que en las preferencias ninguno llega siquiera a 18 por ciento. Pero por otra parte, la pueblada del 20 de diciembre de 2001, que mostró el hartazgo de la sociedad con los políticos tradicionales y ante la corrupción del modelo impuesto, no ha logrado consolidarse más allá de la constante protesta callejera.
La izquierda, propensa a las divisiones, parece dejar pasar un momento único en la historia del país, con el bipartidismo tradicional (radicales y peronistas) en crisis, en algunos casos terminal.
Lo que queda de tiempo de gobierno para Duhalde no es un jardín de rosas. En estos días, mientras el gobierno anunciaba sus acuerdos con el Fondo Monetario Internacional que trajeron sólo aumentos a tarifas de servicios, se conocieron datos alarmantes sobre la situación social: 21 millones de poco más de 36 millones de argentinos son pobres. Las cifras de la pobreza son más fuertes en el castigado noroeste, donde 69.4 por ciento vive bajo la línea de la pobreza, de ellos 35.1 por ciento está en la indigencia.
En tanto, los piqueteros decidieron levantar las protestas iniciadas esta semana, luego que se inició un diálogo con el gobierno y que el lunes pasado, por primera vez, sectores privados accedieron a mantener reuniones con dirigentes de los desocupados. Los piqueteros exigen "trabajo genuino ya", mientras un proyecto estatal estudia destinar el pequeño subsidio que da el gobierno para que sirva como parte de un salario mínimo empresarial. Otro tema candente en este confuso ambiente prelectoral es el de los ahorristas que reclaman su dinero atrapado en su valor original (dólares), y las miles de personas amenazadas por el remate de sus casas tras la debacle de 2001, cuando los títulos de estas deudas están en manos de poderosos bancos.