No confía en las inspecciones porque ayudan a los engaños de Hussein, afirma el presidente
"El juego se acabó", advierte Bush a Irak; el ataque, dentro de poco
Emite Washington una alerta mundial ante posibles atentados a intereses y ciudadanos de EU
61% de estadunidenses estima que hay motivos suficientes para invadir, revela nuevo sondeo
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 6 de febrero. "El juego se acabó", advirtió hoy a Irak el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. En el último momento, la Casa Blanca convocó esta tarde a los medios de comunicación para entregar una breve declaración del mandatario estadunidense, quien estuvo acompañado sólo por su secretario de Estado, Colin Powell.
Interrumpiendo los programas de la televisión nacional, Bush apareció ante las cámaras para dejar claro que el proceso de inspecciones se ha agotado y que Estados Unidos impulsará una segunda resolución en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) autorizando la guerra.
Aparentemente la Casa Blanca se envalentonó por el creciente apoyo público en este país a la acción militar contra Irak después de la presentación de Powell ayer ante el Consejo de Seguridad.
Aunque Powell no logró cambiar la postura de tres de los cinco miembros permanentes del mecanismo, en este país las encuestas registran este jueves que 61 por ciento de los estadunidenses cree que hay pruebas suficientes para justificar la guerra; siete puntos más que hace una semana.
"Saddam Hussein será parado", afirmó hoy Bush. Después de felicitar a Colin Powell por su presentación en la ONU, Bush declaró que Estados Unidos no tiene confianza en las inspecciones.
"Puede esperarse ahora que Saddam Hussein comenzará otra ronda de concesiones vacías y negaciones transparentemente falsas. Sin duda jugará un juego de engaño de último minuto. El juego se acabó".
Apela al Consejo de Seguridad
En su escueta presentación, el mandatario republicano buscó de-jar en claro que tal vez el único paso pendiente antes del comienzo de su guerra contra Irak, es la decisión de la ONU.
"El dictador de Irak está tomando su decisión. Ahora las naciones del Consejo de Seguridad tienen que tomar la suya", dijo. Estados Unidos, agregó, "daría la bienvenida y apoyaría" una nueva resolución definitiva.
El juego de Bush es buscar una segunda resolución muy sencilla, la cual sólo determinaría que Hussein no está cumpliendo con sus obligaciones ante el Consejo de Seguridad, por lo que habrá "se-rias consecuencias", el idioma di-plomático para la acción militar.
Por el momento, este baile di-plomático se pondrá en escena el 14 de febrero, la próxima sesión programada del Consejo de Seguridad sobre el tema de Irak.
Pero Bush advirtió que si la ONU no aprueba esta segunda resolución, Estados Unidos "con una creciente coalición de naciones" está resuelto a ponerse en acción "para defendernos y desarmar al régimen iraquí".
Bush resumió las acusaciones presentadas por Powell el miércoles anterior, y añadió detalles es-pecíficos para subrayar su punto principal de que el gobernante iraquí representa una amenaza directa a Estados Unidos.
Hussein, sostuvo el presidente estadunidense, ha emitido órdenes a sus comandantes militares autorizando el uso de armas químicas en los campos de batalla contra tropas estadunidenses, y dijo que Irak tiene vehículos a control re-moto que, que de ser lanzados desde embarcaciones cercanas a las costas estadunidenses, podrían atacar cientos de kilómetros en el interior de Estados Unidos.
Recordó también que un diplomático estadunidense fue asesinado por "terroristas" apoyados por Hussein. "El peligro que representa Saddam Hussein alcanza a todo el mundo", concluyó.
Con estas declaraciones, Bush buscó alimentar la tendencia en las encuestas públicas, subrayando la amenaza directa a los estadunidenses representada por Hussein y sus supuestos vínculos con las redes "terroristas" implicadas en ataques y atentados, tanto en Estados Unidos como en Europa, incluyendo el del 11 de septiembre de 2001.
Para reforzar este clima de ur-gencia, el Departamento de Es-tado emitió una alerta mundial este jueves para los estadunidenses en el extranjero ante posibles ataques terroristas contra objetivos o ciudadanos de este país.
Lo que es difícil confirmar es si este acto supuestamente "sorpresivo" de Bush fue parte de una coreografía ya diseñada para intensificar la presión no sólo contra Irak, sino también contra los principales poderes del Consejo de Seguridad de la ONU que cuentan con el poder del veto y que siguen resistiendo la acción militar contra Irak.
En este análisis, la declaración de Bush al Congreso a finales de enero, la presentación de Powell ayer en el Consejo de Seguridad y las declaraciones presidenciales de hoy son parte de la misma campaña de propaganda para fomentar apoyo a los objetivos estadunidenses ya en desarrollo.
Analistas como Lee Feinstein, ex alto funcionario del gobierno de Bill Clinton, creen que a fin de cuentas Rusia y China decidirán a favor de apoyar la acción militar, y que Francia podría ceder a un grado donde en lugar de usar su veto sólo se abstenga.
Pero no se puede descartar que algo desconocido ocurrió hoy pa-ra provocar esta reacción urgente del presidente de Estados Unidos.
Un acto programado fue la presentación de Powell en el Senado, donde afirmó que el desenlace de este enfrentamiento diplomático con Irak se producirá "en unas cuantas semanas".
El secretario de Estado aseguró que el apoyo europeo a Estados Unidos se está incrementando. "Más y más países se están dando cuenta de que esto no puede seguir así de forma indefinida", dijo.
Agregó que un incremento del número de inspectores en Irak es irrelevante sin un cambio de actitud del gobierno de Hussein.
Horas después, estaría parado al lado de Bush escuchando que ya se descartó la posibilidad de tal cambio de actitud.