La acción, encaminada a privatizar zonas de la localidad Flor de Café

Grupo ligado al PRD pretende despojar de tierras comunales a bases zapatistas

Los simpatizantes del EZLN han recibido amenazas de que se derramará sangre

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ocosingo, Chis. 6 de febrero. Bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de la comunidad Flor de Café, perteneciente al municipio autónomo La Paz, en la región chol de Tumbalá (zona norte de Chiapas), denunciaron amenazas de expulsión y violencia por parte de miembros de la organización Kichañ Kichañob, ligada al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y al gobierno estatal.

Con amenazas de que habrá "derramamiento de sangre", los de Kichañob anunciaron que expulsarán a los zapatistas de la comunidad "en cuanto lleguen los ingenieros del gobierno a fraccionar". Las tierras "recuperadas" por bases de apoyo y simpatizantes del EZLN después del levantamiento de 1994 han permanecido en propiedad comunal, como fue el acuerdo al ocuparlas hace seis años.

Se repite la historia que se ha visto de forma reciente en los municipios autónomos próximos a Ocosingo (Ernesto Che Guevara, Francisco Gómez, Primero de Enero), donde el papel de Kichañob en Tumbalá lo juega la Organización de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao): ahora que el PRD participa en el gobierno estatal, las organizaciones "simpatizantes" de la autonomía dejan de serlo ante la oferta gubernamental de titular las tierras individualmente, lo cual, además de traicionar el acuerdo que llevó a los indígenas a fundar los poblados, abre la posibilidad de privatizar dichas tierras.

Semanas atrás, la comunidad Progreso Agua Azul, también del municipio autónomo La Paz, denunció que miembros de Kichañ Kichañob, encabezados por Marcos Torres López, habían abandonado la comunidad diciéndose expulsados, sin serlo.

Una minoría de 15 familias se refugió en Ignacio Allende y con el apoyo del ayuntamiento priísta de Tumbalá promovió la titulación de la propiedad en Progreso Agua Azul.

En Flor de Café, la minoría son los zapatistas, que aún sostienen la propiedad comunal. Ahora, un grupo mucho mayor de familias espera la titulación individual (y con ello los programas sociales) de manos del gobierno; para ello, se sumó a Kichañob.

Flor de Café se asienta en el que fuera el rancho La Paz, de Carlos Coll (hoy difunto), heredado por sus hijos. Entre éstos y el gobierno chiapaneco crearon la situación explosiva que hoy se vislumbra. Estas tierras "recuperadas" no habían sido indemnizadas. Eso permitió que el gobierno chiapaneco "adquiriera" las tierras de los herederos de Coll y las ofreciera a Kichañob.

"El gobierno les está comprando sus tierras (a los de Kichañob) y ya no quieren seguir con los zapatistas", declaran los pobladores de Flor de Café en un documento en el que piden "medidas cautelarias" al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, ante la posibilidad de ser expulsados.

"Nos dijeron que el día que se fraccione el predio van a desconocer a las bases zapatistas, porque además no estamos 'participando' en las cooperaciones respecto de la tierra". Los de Kichañob notificaron a los zapatistas "que los hijos del finado dueño ya recibieron el cheque del gobierno", a lo que estos replicaron que "eso lo hacen las autoridades sólo para engañar de su propósito de privatizarlo cuando ya está en su mano".

Los zapatistas dicen: "no nos dieron oportunidad de hablar. Cuando fraccionen, las bases de apoyo ya no vamos a tener derecho de quedar en el predio". Kichañob sostuvo ante las autoridades zapatistas de la región que "si quieren que queden las bases, que le compre su terreno para no seguir estando con ellos".

Si bien con trabajos, la pinza contrainsurgente del gobierno consigue en algunas partes fracturar la solidaridad. En Tumbalá, donde antes se padeció la plaga de Paz y Justicia en todo su violento esplendor (esos priístas aún gobiernan el municipio constitucional), ahora se aplica la receta Orcao, que a veces parece funcionar (Flor de Café) y a veces pierde (Progreso Agua Azul), pero siempre desestabiliza. Entre la base militar en Xanil y la presidencia municipal de Tumbalá, más de uno se peina el bigote viendo los "frutos" de la guerra de baja intensidad.

Emiliano Zapata, Tumbalá, fue la primera comunidad en la zona norte que sufrió expulsión importante de bases de apoyo del EZLN por paramilitares, en 1996. Los desplazados fundaron Chulak'hó, y siguieron varios años arrinconados por Paz y Justicia. Finalmente, prefirieron acogerse a Kichañob, el peor-es-nada de la estrategia de contrainsurgencia.

En condiciones particularmente difíciles, el municipio autónomo La Paz se sostiene en un buen número de comunidades, a veces con altos riesgos de represión, como es el caso actual de Progreso Agua Azul.

El 25 de enero, informan los representantes de dicha comunidad, "se cumplieron 35 días de que salieron por su voluntad 15 familias de Kichañob y se fueron a Ignacio Allende". Ahora, "en aplicación de las leyes del municipio libre", se considera que este grupo (reducido después a 13 familias) abandonó voluntariamente sus tierras, por lo que los autónomos "tomaron" las cosas que aquellos dejaron y no vinieron a recoger este tiempo. Por tanto, los autónomos entregaron al municipio autónomo "milpa, maíz, casas, puercos y aves de corral".

Las familias que se autoexiliaron en Ignacio Allende cuentan con la promesa gubernamental de que recibirán las tierras que hoy son autónomas. Incluso cuentan con que cuatro representantes de la mayoría zapatista tienen orden de aprehensión gracias a ellos, lo cual será muy útil a la hora de despojar a las decenas de familias en resistencia para dotar "legalmente" a las 13 familias de Kichañob con todo el apoyo gubernamental (incluido el edil priísta de Tumbalá, Pedro Méndez Arcos).

Según funcionarios municipales de Tumbalá, las tierras de Progreso Agua Azul son codiciadas para un proyecto turístico privado a orillas del río Agua Azul. Podría suceder que los indios de Kichañob fueran sacrificables, una vez que se consiguiera expulsar a las bases de apoyo del EZLN.