ENTREVISTA/LUIS ERNESTO DERBEZ, SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
Si hay entuertos en la SRE tenemos que deshacerlos
ENMENDAR "MODOS DE OPERACION INCORRECTOS", UNA DE SUS TAREAS
El nuevo canciller se enfrenta al reto de reparar los daños causados al país por las "fricciones y enfrentamientos" que protagonizó su antecesor en el cargo, Jorge G. Castañeda. Además tendrá que definir y dar autonomía a la postura de México ante el conflicto de Irak y promover un acuerdo migratorio con EU
ROSA E. VARGAS Y GEORGINA SALDIERNA
El canciller Luis Ernesto Derbez tiene claro que entre sus primeras tareas en la Secretaría de Relaciones Exteriores está la de enmendar "los modos de operación incorrectos" de su antecesor, Jorge G. Castañeda, que llevaron a "fricciones y enfrentamientos" no sólo con Cuba, sino con otras naciones. Asume: "si hay entuertos tenemos que deshacerlos".
Pero tiene otros apremios. Sostener contra viento y marea en el Consejo de Seguridad de la ONU que es sólo en esa instancia en la que debe tomarse una resolución sobre Irak. "Institucionalidad" es para él la palabra clave, así como la insistencia en esperar a que los inspectores que actúan en aquel país entreguen su informe final, "entonces podremos decir si nos convence o no".
En el momento de la entrevista con La Jornada Derbez desconocía la declaración con la que interrumpió el presidente de Estados Unidos los programas de la televisión de su país para decir que "el juego se acabó", que se agotó el proceso de inspección en Irak y que buscará una segunda resolución en el Consejo de Seguridad para que autorice la guerra. En respuesta, insistió en que eso no hará canbiar la posición mexicana.
El tema migratorio con Estados Unidos es también prioritario para el nuevo canciller. Pero es realista y sabe que un acuerdo en la materia va a tardar en lograrse "de 15 a 25 años". Por eso dice que su intención es cortar en pedazos la enchilada completa de la que hablaba su antecesor para ubicar el punto. En todo caso, a Derbez le interesa ir con logros parciales, "comer por pedazos. No me quiero atragantar y la única manera de no hacerlo es cortándola en pedazos".
Destaca que la agenda con Estados Unidos es muy amplia e importante, "pero, créanme, también lo son las que tenemos a nivel bilateral con Cuba, con Brasil y con cualquier país del mundo".
Enfriamiento, no rompimiento en la relación con La Habana
Mientras el funcionario busca no perder el aplomo y sus manos están en permanente movimiento, a veces usa sólo monosílabos para responder, sobre todo cuando se le mencionan casos de países que su antecesor usaba como ejemplos peyorativos:
"La función diplomática es evitar que esto ocurra. Los enfriamientos con cualquier país, si efectivamente están basados en una mala operación, este canciller y la cancillería tienen la obligación de buscar cuáles fueron esos elementos y modificar la situación. Sí creo que hay enfrentamientos que se dieron a la largo de estos últimos dos años que nos corresponde rexaminar, pero no hablamos de Cuba nada más".
Sin embargo, no puede eludir que las consecuencias más graves se dieron con el régimen cubano. Trata de no dramatizar: "hay enfriamiento en la relación, no rompimiento".
-ƑSe enmendará entonces la idea que quiso imponerse de que México tendría relaciones con la nación cubana y no con la revolución cubana? ƑRecuperará esa isla su papel estratégico en la geopolítica mexicana?
-No tengo idea, pero lo que sí puedo decir es que acabamos de tener en Cuba al secretario de Educación Pública, Reyes Tamez. Por ahí está una foto y, bueno, eso creo que responde muchas cosas. Una imagen dice más que mil palabras.
"Si hablamos de que México busca una posición mucho más activa en política exterior ello implica generar amistades y no enemistades en general. Esto no únicamente con Cuba, no sólo con Estados Unidos. Para que la función sea efectiva se nos debe ver como una nación positiva, que eso convierta en estratégico para nosotros a un país, no lo sé; mi función es que México sí lo sea, que nos reconozcan en América Latina, en Europa, en Norteamérica como una nación que busca tender puentes en materia de derechos humanos, en desarrollo económico''.
En su oficina de Tlatelolco, misma que ha ocupado muy pocas horas, pues la dinámica de su encargo lo mantiene en viajes incesantes desde el pasado 10 de enero, cuando tomó posesión del cargo, Derbez es puntual: "en el caso de la política exterior tenemos que recuperar los principios en los que estamos de acuerdo para hacer una política de Estado".
-ƑHabría entonces que revisar la Doctrina Estrada?
-No veo incompatibilidad entre ésta y lo que el gobierno de Vicente Fox lleva a cabo. Está el caso de Venezuela. México accede a ser parte de un grupo de amigos de ese país bajo una condición clara: que haya acuerdo total de las partes interesadas, que la participación no sea impuesta, que seamos facilitadores y eso ayude a resolver el conflicto por la vía democrática, institucional.
"En realidad estamos respetando el principio de no intervención, pero con un concepto moderno. México puede ser tomado como ejemplo, el país está dispuesto a abrirse, a que se nos vea como somos, que se reconozcan los problemas que tenemos, nuestros errores y aciertos. Un país que dice: OK, estoy dispuesto a ser examinado y por lo mismo estoy listo para examinar'.
"La Doctrina Estrada se interpretaba como no hacer nada y lo que estamos haciendo es que las soluciones a los problemas de los países se tomen de acuerdo con sus reglas internas y el consenso de su población. Esa es para mí la gran diferencia con el pasado, pero hay, insisto, compatibilidad entre ambas''.
Derbez dice que está enterado de que en el Senado existe la intención de incorporar dos conceptos al texto constitucional en materia de política exterior. Recuerda que uno de ellos tiene que ver con derechos humanos, pero no el otro (democracia), y se muestra dispuesto a entrar a la discusión, "si eso resuelve lo que aparentemente es un tema de controversia" y a partir de ahí tener una política de Estado y no de gobierno.
"Esto puede sonar tonto, pero es muy importante: hay leyes que son de Estado y otras que son de gobierno en las cuales no hay trascendencia a largo plazo". Está el caso de los derechos humanos. Ahí no hay discusión, debe ser una política de Estado".
Antes los derechos humanos eran tabú -machaca sobre el que, se ve, es uno de sus temas preferidos-. "No es que hubiera acuerdos o desacuerdos, es que no se quería discutir y por ello no había una política activa del gobierno mexicano en el exterior, porque no querían que nos buscaran en el interior".
Irak y Naciones Unidas
Admite que se siente complacido con la presentación de "pruebas" que hizo el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el miércoles pasado, porque eso permite que ahora los inspectores, con esa información, pueden ir al lugar concreto.
"Previamente andaban un poco, como decimos, en la piñata, con los ojos vendados y dando palos de ciego. Lo que se logró con la presentación de Powell es quitar la venda a estas personas y ver dónde está la piñata. Ahora hay que ir a golpearla''.
Cauteloso, se abstiene de ampliar comentarios sobre los señalamientos que por la tarde había hecho el presidente George W. Bush hasta conocer el reporte del caso, e insiste en debe ser el Consejo de Seguridad de la ONU el que resuelva el caso.
Pero si así fuere, el ultimátum de Bush, "lo que hemos dicho siempre y lo voy a sostener: hasta que no llegue la declaración y la evaluación de los inspectores podremos decir -junto con todo el Consejo de Seguridad-si nos convence o no nos convence''. También insiste en que Irak debe asumir la responsabilidad total y abrir sus puertas.
"Hay que ver por qué se van" los migrantes mexicanos
Para dar una aproximación de cómo será su estilo de relación con Estados Unidos, el canciller prefiere no adelantarse. En todo caso, pide que quien así lo desee busque en lo que hizo como secretario de Economía y pregunte a los productores de diversas ramas: "ellos les van a decir cómo vamos a actuar. Sí, hubo momentos de tensión, pero también uno debe ser muy respetuoso, no tengo por qué pelearme".
Porque en el fondo, cuando se refiere al tema de la migración de mexicanos a Estados Unidos, Derbez antepone su formación como economista para expresar que la pregunta correcta que debe hacerse sobre el tema "es por qué se van. Lo que quiero es que no se vayan. Ahora que estoy en este negocio voy a ver cómo lo resuelvo allá. Por qué hay condiciones que obligan a estas familias a separarse y a irse. Lo importante es resolver el problema aquí'', concluye.