Un paro cardiaco derivado de un derrame cerebral,
la causa, según los médicos
Murió Mongo Santamaría, el conguero
con más influencia en el desarrollo del jazz latino
DPA
Miami 2 de febrero. La muerte del cubano Ramón
Santamaría, mundialmente conocido como Mongo, dejó
hoy enlutado al jazz latino en Estados Unidos.
El cubano, que se transformó en una leyenda del
jazz latino por sus golpes secos en el congo, falleció el sábado
en el Hospital Bautista de Miami víctima de un paro cardiaco derivado
de las complicaciones de un derrame cerebral, según el parte médico.
Los
críticos y la prensa coincidieron hoy en que con la muerte de Mongo
Santamaría desaparece una de las celebridades de la música
cubana del siglo XX y el conguero que más influencia tuvo en el
desarrollo del jazz latino en Estados Unidos.
"El fue todo para mí, porque además de ser
mi ídolo y mi maestro musical, siempre estuvo lleno de bondad y
alegría, un tremendo padre y un amigo ejemplar", declaró
su hijo, el pianista José Santamaría, a la prensa en Miami.
Originario del barrio habanero de Jesús María
El célebre músico nació en el barrio
habanero de Jesús María, en 1917, y muy joven abandonó
los estudios para dedicarse a la percusión. El camino hacia el éxito
se inició en 1948, cuando viajó a México para incorporarse
a la famosa orquesta de Dámaso Pérez Prado, el Rey del
mambo. Un año después emigró a Estados Unidos.
En 1951, Mongo se integró a la orquesta
de Tito Puente, con quien grabó dos discos que se convirtieron en
clásicos de la percusión afrocubana: Puente in percussion
(1955) y Top percussion (1957).
La fama de Santamaría empezó a consolidarse
a partir de la separación de la orquesta de Puente y su asociación
con el vibrafonista Cal Tjader, en 1958. Con el aporte del bongosero Willie
Bobo, Mongo hizo historia en San Francisco por cuatro años,
pero a la vez no descuidó las grabaciones en solitario de la música
que le apasionaba.
Afro blue, himno de jazz
En 1959 grabó Tambores y cantos, que contiene
el tema Afro blue, que con el paso de los años se convirtió
"en un himno del jazz de todos los tiempos", según sostiene Nat
Chediak, autor del Diccionario de Jazz Latino.
En 1960 viajó a Cuba para grabar dos discos que
se transformaron también en joyas de la música afrocubana:
Mongo en La Habana, con Carlos Embale y Merceditas Valdés,
y Sabroso, con el tresero y compositor Andrés Echeverría,
El Niño Rivera.
En su amplia carrera, Santamaría trabajó
con algunas de las leyendas del jazz estadunidense, como Chick Corea; el
flautista Hubert Maws; Dizzy Gillespie, y el trompetista Marty Seller.
Santamaría dejó seis hijos, 11 nietos y
dos bisnietos. Los restos del músico son velados en una funeraria
de Miami, donde decenas de centenares de admiradores de la música
afrocubana y numerosos artistas le tributan homenaje. Sus restos serán
enterrados este lunes.