"No es posible seguir con dudas a 80 días de los comicios", señala Duhalde
Teme gobierno argentino que jueces amigos de Menem aplacen las elecciones
El ex presidente asegura que si gana "llenará las calles de militares" en bien de la seguridad
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 2 de febrero. El presidente Eduardo Duhalde deberá hacer frente a una serie de turbulencias sociales y políticas en los proximos días, después de haberse presentado recientemente ante el juzgado que preside María Servini de Cubría para que la justicia garantice la fecha de elecciones fijada para el 27 de abril, y en momentos en que su enemigo en las filas peronistas, el ex presidente Carlos Menem, lo desafía desde Miami.
"No es posible seguir con dudas a 80 días de los comicios", dijo Duhalde, quien trata de superar el oscuro panorama de la elección interna, cuando se lucha por definir qué candidato irá por el Partido Justicialista (PJ-peronista), aunque esto signifique muy poco ante un partido fuertemente dividido. El gobierno teme que una serie de acciones judiciales impulsadas por Menem en los juzgados "amigos", como el de Servini de Cubría, impida cumplir los plazos propuestos. Pero hay algo mucho más serio, y es la designación del nuevo embajador de Estados Unidos aquí, Lino Gutiérrez, cubano de origen y aliado de la ultraderecha republicana. Gutiérrez es un hombre clave, pues nadie desconoce el papel ejercido por los cubanos anticastristas de Miami durante el gobierno de Menem, con quien tiene buenas sociedades. Sectores progresistas locales recuerdan el paso de Gutiérrez por el Departamento de Estado en 1981, cuando manejó los asuntos de Nicaragua, país contra el cual se emprendió una guerra sucia o encubierta para derrocar al gobierno sandinista.
Gutiérrez también está vinculado a la invasión a la isla caribeña de Granada en 1983. Es imposible separarlo del poderoso lobby anticastrista y por eso causa suspicacias que éste se haya propuesto resucitar el cuasi cadáver político de Menem (es quien tiene mayor proyección negativa: 69 por ciento no votaría por él), invitándolo a dar conferencias en Miami.
Desde ahí, Menem mandó un mensaje anunciando que si triunfa "saturará" las calles de militares para acabar con la inseguridad, y llamó a "los argentinos que sacaron sus recursos" a que vuelvan a invertir en el país, cuando los poderosos que se llevaron el dinero burlando todas las leyes están estrechamente ligados al entorno menemista.
La Fundación de las Américas de los cubanos anticastristas ofreció una cena al ex mandatario, con el que han atado sociedades que les permitieron adquirir aquí medios de comunicación y otras empresas estratégicas. Incluso llegaron a trabajar con sectores de inteligencia y en el propio Ministerio del Interior, en tiempos de José Luis Manzano y Adelina Dalesio de Viola, ambos empleados de la Fundación Cubano Americana de Más Canosa. La promesa de poner el ejército en las calles se une a la acción de uno de sus hombres clave, Miguel Angel Toma, a quien Duhalde colocó al frente de la Secretaría de Informaciones del Estado y quien intenta imponer una ley antiterrorista que permita a las Fuerzas Armadas involucrarse en el conflicto interno.
Toma ha presentado un informe -objetado y rechazado desde diversos sectores- que responsabiliza a Irán y células "fundamentalistas" islámicas por el atentado contra la sede de la mutual judía AMIA en 1994, justamente para argumentar la necesidad de enrolarse en el combate antiterrorista que proclama el presidente Bush. El discurso de Menem en Miami tampoco parece casual en momentos en que un decreto presidencial en Paraguay acaba de poner a las fuerzas armadas de ese país en las calles para supuestamente iniciar el "combate al crimen".
Así, otra vez, tomando como un subterfugio a la delincuencia, se trata de que los militares vuelvan a controlar el conflicto interno. Por supuesto que Menem también volvió a recordar su "vigorosa solidaridad con Estados Unidos en la lucha común contra el terrorismo y en la búsqueda de los caminos más efectivos y pacíficos posibles que permitan resolver el peligro que representa la presencia de armas de destrucción masiva en manos del régimen de Irak".
Todo un montaje de escena en momentos en que el gobierno de Duhalde se había diferenciado de alguna manera de la política de "relaciones carnales" con Washington del menemismo. Argentina comunicó oficialmente que no participará de la guerra contra Irak y que no apoya una decisión unilateral sobre esa crisis. Además, justamente se publicó una encuesta que ubica a Menem en segundo lugar en la carrera presidencial, con 13.6, detrás del también peronista Néstor Kirchner, el candidato de Duhalde. Son todas señales que auguran momentos complejos, cuando además se conocen los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional y hay una verdadera rebelión contra los aumentos de tarifas de las empresas de servicios privatizadas, mientras el movimiento de desocupados vuelve a tomar las calles.