Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de febrero de 2003
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Mundo

Antes de explotar, el Columbia tuvo aumento brusco de la temperatura en el fuselaje

Se advirtió a la NASA que peligraba su programa espacial, asegura experto

AFP, DPA Y REUTERS

Centro Espacial Kennedy, 2 de febrero. Poco antes de desintegrarse ayer durante sus maniobras de aterrizaje, el transbordador espacial Columbia experimentó un súbito y brusco aumento de temperatura en el fuselaje, posiblemente debido a fallas derivadas de un episodio al comienzo del vuelo, informó hoy la Agencia Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), en medio de un debate sobre la seguridad en el programa espacial estadunidense.

El administrador del programa de transbordadores de la NASA, Ron Dittemore, dijo que poco antes de desintegrarse, el Columbia experimentó un súbito y brusco aumento de la temperatura en el fuselaje. De inmediato se produjo un incremento de la resistencia al avance de la nave, lo cual forzó a su sistema de vuelo a ajustar su trayectoria.

Dittemore advirtió que la información es preliminar, pero ésta indica que los mosaicos térmicos diseñados para impedir que el transbordador se queme durante el reingreso en la atmósfera de la Tierra estaban dañados o ausentes, probablemente a raíz de un episodio al comienzo del vuelo, iniciado el pasado 16 de enero, por los siete astronautas, seis estadunidenses y un israelí.

Funcionarios de la NASA expresaron que comenzaron a registrar anomalías en las lecturas de los sensores hidráulicos y un fuerte aumento de la temperatura en el ala izquierda del Columbia unos siete minutos antes de que explotara.

El jefe de la NASA, Sean O'Keefe, rechazó que se hayan descuidado cuestiones de seguridad, y anunció que no se descarta lanzar nuevas misiones de aquí a junio, una vez que sean esclarecidas las causas de la tragedia; además del Columbia, otras cinco misiones espaciales estaban previstas para despegar en 2003.

A todo esto, el ex ingeniero de la NASA Don Nelson aseguró que expertos hicieron reiteradas advertencias a la agencia sobre la deficiente seguridad de su programa espacial, sin que les hicieran caso. El periódico británico The Observer indicó que el propio Nelson escribió el año pasado una carta al presidente George W. Bush para pedirle su intervención, con el objetivo de impedir "un catastrófico accidente con un transbordador".

Nelson, quien se jubiló en 1999 tras 36 años al servicio de la NASA, aseveró que la catástrofe del sábado se debe a la desastrosa gestión de la directiva de la agencia espacial, pues ha ignorado sistemáticamente el insistente llamado de los expertos para desarrollar mejores modelos de salvación para las tripulaciones de los transbordadores.

Además, el jefe de la agencia de seguridad aeroespacial, Richard Bloomberg, expresó en abril del año pasado su "profunda preocupación" por la seguridad del programa de navegación espacial, indicó el periódico londinense.

El desastre constituye un nuevo desafío para O'Keefe, nombrado al frente de la NASA en 2001 por Bush, pues no tenía experiencia previa en la agencia espacial y su misión era reducir costos y buscar beneficios donde fuera posible.

Indagatorias

Tres investigaciones paralelas -una interna de la NASA, otra de una comisión independiente y una más del Congreso- serán realizadas para tratar de averiguar por qué se destruyó el transbordador durante su ingreso en la atmósfera. En la agencia espacial se creó desde el mismo sábado un equipo de investigación sobre el accidente, el cual examinará el conjunto de datos disponibles sobre el vuelo y se concentrará en los últimos 45 minutos previos a la tragedia, señaló O'Keefe,quien además destacó que las naves especiales son revisadas cada tres años.

Indicó que también se integró "un consejo de investigación sobre el accidente, un grupo independiente de la NASA", el cual "estará encargado de analizar todas las informaciones que hemos conservado inmediatamente después de que perdimos contacto" con el transbordador.

Los expertos de la agencia y de la comisión independiente analizarán el total de transmisiones de la nave y de datos grabados y enviados a la Tierra, así como los transmitidos por los satélites civiles y militares en el momento de la desintegración del transbordador.

Legisladores estadunidenses anunciaron que, además de esos dos equipos de expertos, el Congreso constituirá su propia comisión investigadora.

Por lo pronto, equipos especializados realizaron hoy una extensa operación en varios estados para dar con los restos de la nave, mientras otros cientos de investigadores y personal del servicio de urgencias continuaban hoy la búsqueda de los restos del transbordador y de los tripulantes sobre una vasta área de Texas.

Algunos restos humanos fueron hallados el sábado sobre Hemphill, Texas, dijo el jefe de la policía de la localidad, Tom Maddox, pero se negó a dar detalles sobre el asunto y prefirió dejarlo en manos de la Oficina Federal de Investigaciones. Responsables del condado texano de Nacogdoches indicaron que restos del transbordador fueron encontrados en más de mil 200 lugares.

La gran familia de los astronautas lloraba este fin de semana la muerte de siete de los suyos, mientras las iglesias de la Nacogdoches estaban colmadas de residentes, quienes también depositaron flores, velas y banderas a lo lago del área. En el Centro Espacial Kennedy una bandera de Estados Unidos también fue colocada sobre el reloj de cuenta regresiva de lanzamiento, como tributo a los siete desaparecidos.

El director del programa de transbordadores Ron Dittemore relató el choque que sufrieron los controladores del centro espacial cuando se produjo la tragedia. "Contábamos con todos los indicadores positivos de que iba a ser como cualquier otro día en el que asistimos a un aterrizaje en Florida (...) nada indicaba algún inminente peligro para la nave", narró.

En Jerusalén, el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, aseguró que su país seguirá enviando astronautas al espacio, en el transcurso de un homenaje público al coronel Ilan Ramon, que murió la víspera junto a los otros seis tripulantes, de nacionalidad estadunidense.

La Agencia Espacial de Europa, el presidente la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, el Papa Juan Pablo II, además de países como China, Japón y Brasil manifestaron por separado sus condolencias por la explosión. Pero no fue el caso de Irak, donde algunos iraquíes lamentaban el accidente del Columbia, aunque al mismo tiempo agradecían a "Dios todopoderoso" haber vengado a su país con la muerte de un astronauta israelí.

Rusia, en tanto, lanzó con éxito una nave de carga hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), que podría sufrir retrasos en sus operaciones debido al accidente del Columbia, dijeron autoridades espaciales rusas. La carga del cohete Progress incluye material para la realización de experimentos científicos y cartas para los tres astronautas a bordo del EEI, al igual que alimentos.

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