Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 31 de enero de 2003
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Cultura
El desafío del país es defender la nación, dice el coordinador de Espejo mexicano

Florescano: disminuye la calidad de las investigaciones históricas

El académico llama a recuperar calidad, innovación y aventura en la historiografía nacional

En 5 ensayos, el libro da cuenta de cómo la representación gráfica ha forjado nuestra identidad

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La formación de grupos corporativos, no competitivos, en México, ha propiciado una disminución en la calidad y el nivel de las investigaciones históricas, advierte Enrique Florescano, coordinador del libro Espejo mexicano, en el que en cinco ensayos ofrece un estudio de cómo la imagen, la representación gráfica, ha ayudado a conformar la identidad de los mexicanos desde la época prehispánica hasta nuestros días.

El mayor desafío de los historiadores ''es hacer buena historia. Hacer historia social, política, económica, de la cultura, del imaginario colectivo. En Italia, Estados Unidos o Inglaterra, se está renovando constantemente la manera de imaginar y pensar el pasado, porque hay una gran competitividad. Eso es lo que no tenemos aquí. Más bien se han creado grupos corporativos, cada quien tiene su parte, las universidades les editan sus libros y veo que ha bajado la calidad de las investigaciones mexicanas en relación con lo que se está haciendo en esos mismos campos en el mundo. Hay que recuperar los niveles de excelencia, calidad, aventura e innovación que tenía la historiografía mexicana".

Informantes del pasado

Florescano ejemplifica: en el extranjero se exige a los alumnos saber tres o cuatro idiomas para cursar el doctorado, y ''aquí, con dificultad, manejan el español". Un investigador estadunidense que quiere estudiar a los indígenas debe conocer el idioma de esa etnia, mientras que en el país ''no se exige eso, pues vemos personas que viven en la ciudad de México hablando de los indios de Chiapas o de los tarahumaras y no conocen la lengua ni los escritos y, por tanto, el pensamiento de esos pueblos".

Existen, señala el especialista, centros de estudio de las culturas maya o náhuatl en distintas universidades del país, ''pero son grupos aislados; no es el conjunto de la investigación mexicana la que está guiando bajo esos preceptos los nuevos estudios", aunque sí hay un cambio en cuanto al manejo de las representaciones gráficas para el estudio del pasado mediante la epigrafía o la fotografía, que sirven de complemento y, a veces, se constituyen en los principales informantes del pasado.

Cultura oral y visual

Y es que en un principio la imagen fue la forma de conocer la historia. Con el paso del tiempo la escritura suplió a la representación gráfica, hasta hace unos cuantos siglos, cuando texto e imagen se unieron, aun cuando prevalecía la escritura como camino de conocimiento.

Sin embargo, añade Florescano, ''lo que ha transformado nuestra vida desde hace 20 o 30 años es la conversión, otra vez, de la imagen como principal transmisor de lenguaje. Esto existía en la antigüedad. Nuestras sociedades eran agrupaciones que se comunicaban mediante la oralidad y la vista.

''A los historiadores -prosigue el especialista- se nos olvidó que somos herederos de una cultura que es fundamentalmente oral y visual. Ahora estamos tratando de recuperar la imagen como uno de los medios principales de interpretación del pasado. El hecho de que nuestra sociedad se comunique mediante imágenes ha vuelto más relevante apoyarse en información gráfica".

La imagen -prosigue Enrique Florescano- ''es más fuerte en los medios de comunicación, pero creo que eso va a ser momentáneo, porque nos estamos saturando de imágenes y la gente está reconociendo que ahí no tiene una identidad, ni siquiera una información verídica, exacta, que le permita usarlo en su vida. Estamos fabricando algo ilusorio. Se necesita -advierte- que el mensaje tenga contenido y eso sólo lo dan los valores de una sociedad, de una civilización".

Al emitir mensajes que sólo son publicitarios o mercantiles ''se rompe con los emisores de mensajes constitutivos que le permiten a una sociedad reconocerse, identificarse y mirar tanto al presente como al futuro", expresa el investigador.

''Necesitamos un proceso recíproco entre sociedad y medios, más intenso. Los medios son un arma terrible y ésta puede ser perjudicial si no se somete a las reglas del conjunto social."

En Espejo mexicano (coeditado por el Fondo de Cultura Económica, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Fundación Miguel Alemán, AC) los ensayos de Rafael Barajas El Fisgón, Carlos Monsiváis, Pablo Escalante Gonzalbo y Antonio Rubial García, ''muestran cómo por medio de la imagen de distintos grupos y sectores, los mexicanos hemos construido una identidad, y a veces esa identidad ha sido totalmente una invención, una construcción, pero sobre ella ha descansado el valor de sentirse mexicanos, yucatecos o veracruzanos.

''La pintura, la escultura y el retrato figuran entre las principales formas de adquirir identidad, así como la comida y el vestido, que apenas se están descubriendo como elementos fundamentales para construir una identidad", subraya Florescano, autor de la introducción del volumen, en la que los temas clave son imagen e historia.

Nación mexicana para largo

Sin embargo, dentro del proceso globalizador es necesario replantear la definición de nación y esto, manifiesta el historiador, ''ya se generó en todas partes. El mismo fenómeno de la globalización creó una reacción casi natural, espontánea, primero a escala nacional. Las naciones dijeron 'no, nosotros somos nación. No tenemos por qué estar integrados en un mundo global. Tenemos tradiciones, cultura e historias diferentes, y vamos a conservarlas'.

''Ese es el desafío en México: en lugar de pensar que nos vamos a integrar a la región norteamericana (Canadá y Estados Unidos), deberíamos defender la nación como principio político y fundamental. No tengo duda de que debemos integrarnos regionalmente, pero no someternos a esa cultura, a esas tradiciones. Debemos conservar los valores, la identidad nacional de la forma como ocurrió con la Unión Europea, donde los países están organizados en la esfera económica, pero no se les impone la cultura."

Florescano explica que el fenómeno nación se revalora ante el proceso global, lo que deviene explosión de la historia local. Junto a la globalización existe un fenómeno contrario ''muy fuerte, en defensa de las identidades locales, regionales y nacionales, que se va a imponer. Vamos a tener globalización, pero eso no quiere decir que nos sometamos a un orden político, moral y social uniforme. Tenemos que conservar la diversidad, que es el primer elemento de la civilización".

Espejo mexicano esboza ''una muestra significativa de la diversidad de lo mexicano, en la imagen, en la identidad de sí mismos en la historia, y eso nos confirma que va a haber nación para largo".

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