Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 27 de enero de 2003
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Espectáculos
Inauguran el Paseo de los Danzoneros como parte de la celebración

Miles de almas festejaron el séptimo aniversario de la Plaza del Danzón

JAIME WHALEY

Por supuesto que con un baile, pues de otra forma no podría ser, la Plaza del Danzón celebró el sábado su séptimo aniversario y un buen de parejas, hasta donde la vista alcanzaba a distinguir, se dio cita ahí y en la banqueta de enfrente, para tupirle con donosura al más que centenario ritmo, el emperador de todos, sostienen sus adeptos.

Por cerca de cinco horas, que de otra manera se hubiesen hecho largas, las y los danzantes le rindieron culto al Rey Danzón, que para la efeméride fue interpretado por las orquestas de Emilio B. Rosado, en primer turno, y luego por la de José Casquera, bajo la batuta de su sucesor, su hijo Julio, de formación ingeniero.

El Gato, Jorge de León, Genaro, Julio y sus respectivas mitades -porque, eso sí, el danzón es de unidad-, Lupita, Maru, Fabiola e Irma fueron, entre otros los que encabezaron la bailada plazuelera que tuvo su momento oficial cuando la jefa de la delegación Cuauhtémoc, Dolores Padierna, develó la placa del séptimo aniversario.

Una noche en La Habana, para El Pifas

Otras personalidades, éstas del mundo deportivo, como el campeón Ultiminio Ramos y el popular pulquero El Pifas, también pasaron lista de presentes e inclusive al ex boxeador cubano se le dedicó una pieza, Una noche en La Habana, con la que el legendario Sugar, al que siguieron miles en sus tiempos, tuvo problemas para llevar el compás.

Como homenaje perenne a quienes del bailar esta desinencia del country dance inglés y derivación del minuet -según señalan los que han rascado en la historia-, también se inauguró lo que se conocerá como el Paseo de los Danzoneros, una serie de lápidas, a una orilla de la banqueta de la acera de Enrico Martínez en las que las parejas, incluidas, desde luego, las arriba mencionadas, plasmaron sus huellaspédicas y así lo harán en el futuro quienes descollen en este nada sencillo arte.

Dulces notas mecen a las parejas

Los sábados danzoneros se originaron cuando por ese sitio pasaron un día Alejandro Aura, Jorge Legorreta y el propio Jorge de León y observaron a unas cuantas parejas que se mecían con las dulces notas de un danzón, emitido desde una casetera, y de ahí, rememoró antier De León, les nació la idea de efectuar cada fin de semana un baile al que asisten indistintamente cientos y, a veces, como el sábado pasado, miles de personas.

La plaza fue reconstruida el año pasado, pues originalmente el proscenio se ubicaba de sur a norte sobre la banqueta de la calle de Tres Guerras, esto es, que no se tomó en cuenta la mantea solar, como lo pondría cualquier constructor avezado, y en los días de mayo a septiembre, principalmente, por no decir que en todos, los músicos practicamente acababan fritos. Ahora el escenario tiene un sentido longitudinal este-oeste, está techado y hasta con camerinos cuenta.

El beneficio también alcanzó para los bailadores ya que se les construyó una unidad de sanitarios que pondrá fin a los poco ortodoxos pasos que hacían las parejas, y es que aguantarse las ganas no es virtud de todos. Además hay que tomar en cuenta que la mayoría de los habitués es de la tercera y cuarta edad y, como decía el insigne y prosaico Renato Leduc, "lo malo de llegar a viejo es no saber cuando ni dónde le van a dar a uno ganas de mear".

Con su smoking amarillo canario, El Gato evitaba ser objeto extraviado para cualquiera. El atuendo y su maestría en los movimientos atrajeron, sobre él y su pareja Lupita Medellín, las miradas. El es de Tepito y relata que en ese barrio bravo obtuvo su sobrenombre, "no sé si fue por estos", mientras se lleva el índice a sus ojos verdosos o, agrega sonriente, "si porque una vez gané un pleito a mordidas y arañazos".

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