De Düsseldorf a la Santa María la Ribera
Durante un siglo, muchas cosas han sucedido dentro de las tres naves que conforman el edificio viajero que hoy alberga al Museo Universitario del Chopo, el cual, como luego lo harían muchos exiliados europeos para salvarse de las bombas, cruzó el Atlántico en barco y llegó a la ciudad de México en ferrocarril para integrarse a su paisaje urbano.
Pese a que la mayoría de la información ha sido registrada, aún existen muchas lagunas en la historiografía de ese inmueble de hierro, tabique prensado y cristal. Como la de su primera época, cuando fue levantado en la ciudad alemana de Düsseldorf.
O, a decir de la historiadora Gabriela Castillo, como y qué pasó entre 1905 y 1910, año éste en que se montó en él una exposición de arte industrial japonés con la que el gobierno del dictador Porfirio Díaz celebró el centenario de la Independencia del país, en vísperas de la Revolución. O como el desconocimiento de sus planos originales, que fueron perdidos por alguna de las burocracias que lo han administrado.
Todo comenzó en 1902, cuando la Compañía Metalúrgica Gutehoffnungshütte construyó un edificio con cuatro torres y un anexo. Al año siguiente, la Compañía Mexicana de Exposición Permanente compró la mayor parte del mismo, la cual se desmontó y envió a México, donde por sus enormes vitrales se le conocería como el Palacio de Cristal. Y luego de la exposición nipona también fue conocido como el Pabellón Japonés.
Dos años después, en 1913, se inauguró como Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). Durante el medio siglo siguiente este museo fue conocido en todo el país por exhibir la reproducción osea de un dinosaurio jurásico clasificado como Diplodocus Carnegii, el esqueleto de un elefante imperial del valle de México, una ballena y, junto a estos gigantes, una curiosa colección de pulgas vestidas.
El famoso dinosaurio se encuentra aún en el Museo de Historia Natural, en el Bosque de Chapultepec, y el elefante, en el de Geología. Pero de la ballena y las pulgas pudorosas se desconoce su paradero.
En 1929 el MNHN fue entregado a la UNAM y en 1964 se clausuró, y la mayor parte de su colección se repartió entre el nuevo Museo de Historia Natural, el Museo de Geología, la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, la Escuela Nacional Preparatoria y el Museo Nacional de las Culturas.
Vino después una década de abandono en la que, sin embargo, en 1972 se registró la filmación dentro del edificio de la película de terror La mansión de la locura, dirigida por Juan López Moctezuma.
En 1973 la UNAM se decidió a restaurar el inmueble, pero fue hasta 1975 que se inauguró el Museo Universitario del Chopo. En 1983 se construyó ahí el Foro del Dinosaurio y en 2000 se conmemoró el 25 aniversario del museo. Este 2003, mediante diversas actividades (La Jornada, 21 enero, 2003), se celebrará el centenario del edificio viajero, el cual, desde que llegó exiliado de Düsseldorf, se naturalizó entre los mexicanos.
ARTURO JIMENEZ