Antonio Gershenson
ƑMayoría del PAN?
Se ha hablado de que la presente campaña electoral tiene, por parte del gobierno federal y del PAN del cual proviene, el objetivo de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados. No es eso lo que está planteado en la realidad.
El Partido Acción Nacional en realidad ha retrocedido, frente a la elección de 2000 en que su candidato ganó la Presidencia, en las elecciones locales que han tenido lugar. Incluso en el caso de Puebla, en que recuperó el gobierno de la capital, bajó su votación en el estado en conjunto. Ha perdido posiciones ante el PRI, y en Michoacán, donde el candidato del PRD alcanzó la gubernatura, si bien el PRI perdió ese puesto, el PAN fue el gran perdedor, pues tras haber ganado elecciones locales en Morelia y otras ciudades, quedó relegado a un lejano tercer lugar.
Además, las encuestas recientes tampoco favorecen a ese partido. Un factor que lo favoreció en gran medida en 2000, el llamado efecto Fox, el llamado también voto útil de optar por este candidato en aras de derrotar al PRI al costo que fuera, no existe hoy. Al contrario, muchos que optaron por ese llamado voto útil, hoy están decepcionados y por el último partido que votarían sería por el PAN.
Si vemos las diferentes regiones del país, el cambio frente al cuadro existente no puede ser tan grande, hoy. El escenario más probable es que otra vez ningún partido tenga mayoría absoluta. De los principales tres partidos, el PRD casi seguro aumentará su porcentaje de votación, ya sin los factores que causaron su baja de votos en 2000, y en congruencia con los resultados de las elecciones locales, donde no alcanzó en la mayoría de los casos el triunfo, pero sí vio crecer sus porcentajes de votación. El PRI puede subir o permanecer en un nivel similar al actual, pues si bien en algunas elecciones locales ha avanzado, su perspectiva en varias ciudades de las más pobladas del país, especialmente en el Distrito Federal, no es la mejor, como para que se pudiera considerar probable que gane la mayoría absoluta de las diputaciones. Y el cambio que se puede esperar para el PAN es el de una reducción en sus votos, aunque seguirá siendo uno de los tres factores de decisión. Dos de estos tres, puestos de acuerdo, tienen hoy la mayoría, y lo más probable es que eso siga siendo cierto después de la elección de julio.
La ya remota posibilidad de un avance panista en la elección de julio se acaba de esfumar al concluir el sueño de atraer una parte de los votos de la izquierda por medio del ex izquierdista Castañeda, al salir éste del gobierno federal.
Entonces, más bien parece que la preocupación, si no es que desesperación, que se nota en el gobierno federal, proviene del justificado temor de que el PAN tenga una baja sensible en su presencia en la Cámara de Diputados, y en general en el porcentaje de votos recibidos. Esto colocaría al gobierno federal en una situación de tener que negociar con las otras fuerzas políticas desde una posición de mayor debilidad.
Una de las formas de reaccionar de estos funcionarios ha sido el intento de derechizar los medios de difusión. Varios programas de radio que no eran de su gusto fueron cancelados. Y, obviamente, el intento de someter al Canal 40.
En contraste, encuestas y otros indicadores apuntan a que en el Distrito Federal el PRD como partido del que emergió el actual gobierno de la ciudad se afianzaría con la elección, recuperando la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa y por lo menos una parte de las jefaturas delegacionales que ganó el PAN en 2000. En este caso no ha habido elecciones locales desde 2000, pero incluso en encuestas publicadas por medios que se han mostrado muy críticos hacia el gobierno de la ciudad se confirma este panorama. Este contraste puede estar contribuyendo a la mencionada inquietud entre los funcionarios federales.