Publicistas sustituyen a políticos: García Canclini
El hiperpresente que se vive borra la memoria y destruye utopías
JOSE GALAN
No podemos esperar que los jóvenes, y tampoco muchos adultos, se interesen por gestionar responsablemente el tiempo social si las únicas políticas que se ofrecen siguen achicando el futuro y vuelven redundante el pasado, afirmó el antropólogo argentino Néstor García Canclini, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Iztapalapa.
Agregó: "volvemos al comienzo: el malestar de los jóvenes es el lugar donde todos nos estamos preguntando qué tiempo nos queda". Al impartir una conferencia magistral en el seminario internacional Jóvenes del siglo XXI, sociedad de la información y nuevas identidades, dijo que todo pasa tan rápido que el modelo de triunfo social es "ser un ex Big Brother. Si quieres vivir el hiperpresente no te quedará tiempo para la memoria ni para la utopía: la extrañeza ante la temporalidad extraviada se conjura en la simulación hightech de rememoraciones jurásicas y futuras guerras intergalácticas, tan parecidas".
En su disertación titulada Culturas juveniles en una época sin respuestas políticas, el antropólogo citó la Encuesta Nacional de la Juventud, al afirmar que que 39 por ciento de los jóvenes no tienen trabajo y 54.4 por ciento de los que están en edad de estudiar no lo hacen. Y la averiguación sobre lo que significa ser joven "también es una pregunta sobre el tiempo".
"Al preguntar qué significa ser joven, encontramos que la sociedad que se responde que su futuro es dudoso o que no sabe cómo construirlo, está contestando a los jóvenes no sólo que hay poco lugar para ellos. También se está respondiendo a sí misma que tiene baja capacidad, por decir así, de rejuvenecerse, de escuchar a los que podrían cambiarla".
Y sostuvo que más que a ser trabajadores satisfechos y seguros se convoca a los jóvenes a ser subcontratados, empleados temporales, buscadores de oportunidades eventuales. "En un continente en el que, como documenta la conferencia de Martín Hopenhayn, durante la década de los 90, siete de cada 10 empleos se generaron en el sector informal, ser trabajador se vuelve sinónimo de ser vulnerable".
Además, la disparidad entre informatizados y entretenidos -77 por ciento de los hogares con jóvenes cuentan con televisión, en tanto que sólo 6 por ciento dispone de Internet- aumenta en países donde "la deuda externa y la corrupción interna producen desmothernización, para usar el neologismo de Roger Bartra".
En otra parte de su ponencia afirmó que "es elemental reconocer que el sentido cultural de una sociedad se organiza cada vez menos en las novelas que en las telenovelas, más que en las universidades en la publicidad. Y los políticos, que en otro tiempo decían tener respuestas acerca de para qué vale la pena estar juntos como nación y como comunidades de consumidores, han dejado que esas cuestiones sean respondidas por los creativos publicitarios y los inversores".