El intercabarets del Bala, un auténtico Dual meet
En un dual meet entre Puerto Rico y México, se convirtió prácticamente el concurso de baile intercabarets, cobijado la madrugada del domingo bajo el techo del legendario Balalaika plus, antro casi impar en la reducida posibilidad noctámbula de ésta, dicen, la ciudad de la esperanza o la de primero los pobres.
El Arturito, un hábil y delicado bailarín montado en sus zapatillas de tacón cubano, se impuso, más por clamor popular que por destrezas, a quien ha sido su difícil rival en los últimos certámenes de este tipo, El Abuelo, un borinqueño que anunció, a la vez, su retiro, quizás temporal, pues regresa a su país, a refrendar el título de Señor salsa.
Ambos bailadores, con sus respectivas parejas -Ana, la del ganador, y Dulce, la del retador- sobrevivieron a una sesión de casi 45 minutos, en los cuales afloraron varios ritmos en los que todos los concursantes (una veintena de duplas) se esmeraron en realzar sus pasos, ya domingueros o tradicionales.
El Bala registró un lleno. Su mortecina iluminación contrastó con los juegos multicolores que echaron luz sobre la pista ajedrecística, a cuadros, donde se dirimió la contienda que como premio principal tuvo una televisión de 20 pulgadas, mil pesos al segundo lugar y un pomo a las restantes tres parejas finalistas, aunque los más cábulas del lugar aseguraban que también habría un pavo para las parejas que resultaran descalificadas, lo que resultó difícil de realizar pues la calidad acompañó a los duetos. Algunos, como el del Chanoc y su chica, fueron echados, pues a la hora de los ritmos modernos fue donde la puerca torció el rabo.
Hubo quienes no por falta de ganas sino por motivos técnicos, se abstuvieron de entrarle al jaleo como el caso de la desenvuelta -no de vestimenta, sino de carácter- Rubí, que asiste nada más de miércoles a sábado, pues los lunes y martes "los dedico a mi casa".
La raza del Bala estuvo atenta en todo momento a las acciones. El siguiente gran reventón será hasta septiembre para conmemorar un aniversario más. JAIME WHALEY