EL CAMPO ANTE EL TLCAN
Concluye el ayuno de dirigentes y miembros de El campo no aguanta más
Critican grupos agrarios la falta de voluntad del gobierno para debatir
Reiteran propuesta de revisar el formato de negociación para la convención nacional
Artistas e intelectuales plantean considerar prioridad nacional el problema del agro
MATILDE PEREZ U.
El movimiento El campo no aguanta más expresó su preocupación por el desinterés del gobierno a debatir el futuro del agro: "lamentamos que la comisión negociadora del gobierno federal -encabezada por el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca, Javier Usabiaga Arroyo- no tenga la voluntad ni mantenga el espíritu de los acuerdos del pasado 6 de enero en Los Pinos", manifestó Alberto Gómez Flores, coordinador ejecutivo de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA).
A pesar de la postura de las autoridades, las 12 organizaciones que conforman El campo no aguanta más están dispuestas a dialogar y debatir acerca de los efectos que ha dejado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el agro, y llegar a un acuerdo, destacó. Pero también exigió que se suspendan las órdenes de aprehensión contra dirigentes campesinos y otras acciones de persecución y presión.
Al concluir el ayuno que durante 10 días mantuvieron cinco miembros de la UNORCA, en el que participaron otras 50 personas, Gómez Flores aclaró que las organizaciones campesinas no caerán en la misma actitud de la comisión negociadora del gobierno, que pretende suspender y romper el debate sobre el agro. "Continuemos revisando el formato de las negociaciones para llegar a la convención nacional agropecuaria, y firmemos un acuerdo nacional para que el campo sea una prioridad para el desarrollo nacional", propuso.
Antes de abandonar el campamento que instalaron hace 10 días en el Angel de la Independencia, Olegario Carrillo, campesino de Sonora, comentó que sólo aquellos que no quieren reconocer la realidad del campo se muestran parcos. Son inadmisibles las salidas fáciles, este gobierno debe comprender que más allá de sus posturas cerradas está la nación.
Alberto Gómez Flores, Valeria Vidales, Sohelio Jaimes, Jaime Castillo y Rogelio Alquiciras mantuvieron el ayuno para tratar de sensibilizar al gobierno federal acerca de la crisis del agro. Durante esos días fueron atendidos médicamente por Paulo Velarde, de la Coordinadora Regional Sur, quien recomendó a los ayunantes mantener una dieta ligera durante los próximos dos días.
Este ayuno, afirmó Sohelio Jaimes, "no fue una aventura, sino parte de un compromiso en busca de mejorar las condiciones de vida de los campesinos. No estamos convencidos de los resultados, pero nos vamos con la esperanza de lograrlo".
Terminar el ayuno no significa que la lucha ya acabó, esto es apenas el inicio de lo más fuerte, agregó Valeria Vidales.
Antes de que concluyera el ayuno, Miguel Alvarez, de Servicios de Asesoría para la Paz, en nombre de un grupo de organizaciones sociales y no gubernamentales defensoras de derechos humanos, aseguró que el movimiento ya había logrado varios propósitos, entre ellos "recuperar la dignidad del espacio del Angel de la Independencia, (que) ya no es más sólo futbolero o del panismo", y pidió a los campesinos que retornaran a sus actividades y prepararan la siguiente fase de la lucha por el campo.
El Barzón llama a la unidad
Por otra parte, el consejo nacional de El Barzón hizo un llamado de unidad y congruencia a todas las organizaciones del sector agropecuario ante la actitud irresponsable e irrespetuosa del gobierno federal. "Vemos con preocupación que los compromisos para llegar a una convención nacional agropecuaria para el 5 de febrero cada día se complica. Para nosotros es claro que el gobierno pretende no convocar a dicha convención, con el argumento de que las organizaciones no se pusieron de acuerdo", expresó Liliana Flores Benavides.
Los barzonistas demandaron inteligencia y madurez al gobierno federal, y que garantice la seguridad del diálogo. Insistieron en que se retire la orden de aprehensión contra Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón. "Los problemas sociales no se resolverán con el encarcelamiento, exilio e incluso el asesinato de dirigentes. El termómetro social responde a una realidad y no a congraciarse con algún funcionario", puntualizaron.
Convoca el escritor Juan Bañuelos a brindar apoyo al campesinado
En el foro En defensa del campo, organizado por El campo no aguanta más, el escritor chiapaneco Juan Bañuelos se sumó a la exigencia de que se abra el debate en torno a las consecuencias sociales y económicas que ha dejado en el sector agropecuario el TLCAN. El presidente Vicente Fox, abundó, se ha olvidado que de que la agricultura es multifuncional y que las trasnacionales productoras de alimentos, semillas e insumos agropecuarios pretenden que los campesinos desaparezcan.
Pidió a todos los sectores sociales, particularmente a los habitantes de las zonas urbanas, unirse a los campesinos para hacer comprender al gobierno de empresarios que está en riesgo la cultura mexicana, y sugirió a los agricultores que no realicen más huelgas de hambre, porque "los políticos y empresarios no conocen del ayuno" y por eso una acción como esa no les afecta en nada. Las huelgas, asentó Bañuelos, hay que hacerlas en los medios electrónicos, en las casas de los caciques.
Durante su participación en el foro propuso 13 medidas en defensa del campo y de la nación. Entre otras, que el asunto del agro sea considerado prioridad nacional y se cumplan los acuerdos de San Andrés, de lo contrario no habrá paz. "Defender al campo es proteger la soberanía nacional", acotó.
Criticó a los negociadores del gobierno federal que pretenden minimizar el problema del campo, quieren hacer lo mismo que hicieron con los indígenas y eso es inaceptable. Advirtió que el pueblo mexicano tiene ya las enseñanzas de los argentinos y venezolanos, por lo que de no haber una pronta solución a las exigencias de la sociedad nacerá una ofensiva de campesinos, intelectuales e indígenas, que podrían exigir a quienes estén en el gobierno "šque se vayan!". Y eso no será una provocación, sino una exigencia.
Condena Carlos Monsiváis la explotación inicua de labriegos
En dicho foro, realizado en el Museo de la Ciudad de México, Carlos Monsiváis dijo que hay una ignorancia sistemática de lo que es el campo, los citadinos saben de éste por las estadísticas o situaciones de alarma. Y en el caso de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional, lo mantuvieron sojuzgado a la Confederación Nacional Campesina, martirizado por sus caciques "con facha de extras de película de Piporro" y dirigentes cuyo previo contacto con los problemas rurales era, en el mejor de los casos, la lectura distraída de Pedro Páramo.
Luego, en el culto a la modernidad, el presidente López Portillo aseguró que el país podía solventar sus necesidades alimenticias sólo con el 4 por ciento de la población rural, mientras que Ernesto Zedillo se limitaba a contestar en un inglés que ni sus colaboradores entendían. Y en 2003, el secretario de Agricultura, Usabiaga, regaña a los productores por no modernizarse y no usar tecnología de punta.
Así, dijo, a lo largo del siglo XX los campesinos y su liderazgo auténtico han padecido la explotación inicua, las cárceles, el despojo de sus propiedades, asesinatos selectivos, las necesidades imperiosas que obligan a la siembra de mariguana, enfrentamientos entre facciones de las comunidades, el racismo salvaje, insalubridad, desastre educativo, mantenimiento obligatorio del atraso, violación masiva de los derechos humanos, falta de atención médica, muerte por enfermedades curables, liderazgos espurios y los primeros resultados pacíficos de un TLCAN negociado a través de la prisa de instalarse en el primer mundo.
El campesinado es el sector más excluido de un país construido en las exclusiones, abundó, incluso hasta los empresarios medianos resienten la falta de créditos, industria del secuestro, la acción de los monopolios. Ser campesino o productor agrícola nada significa en la tabla valorativa de la sociedad. Desempleo, migración, escasez de oportunidades, son algunos de los efectos en el campo, en donde los padres saben que sus hijos dejarán de ser campesinos por la secuela de aplastamientos de la modernización y la decisión de la población de considerar al campo una zona de desastres institucionales.
Las necesidades de control político y saqueo económico y el racismo y clasismo orgánico de la clase dirigente han provocado esa amnesia provocada en lo que se refiere al campo, 25 millones de mexicanos apenas existen para el resto y no existen en absoluto para la ridícula minoría de la cúpula. A la población, expuso, se le ha olvidado lo que le debe al campo y que éste no ha desaparecido, que las tragedias que allí suceden contribuyen a impedir la modernidad nacional.
Ante eso, insistió, la solidaridad con el campo es, para la gente urbana, el conocimiento de sus problemas, la apropiación de sus temas y agravios. No es justo que un país se desconozca a sí mismo al punto de su destrucción alimentaria y de los millones de personas que las sustentan. El campo no aguanta más y las ciudades ya casi no aguantan para nada, concluyó el escritor.
Otros participantes, entre ellos Jesusa Rodríguez, Silvia Ribeiro, Adelfo Regino, Armando Bartra y Víctor Manuel Toledo, expresaron su solidaridad con la lucha de los campesinos por revisar el capítulo agropecuario del TLCAN y se manifestaron contra la liberación y producción de organismos genéticamente modificados (transgénicos).