Francia: golpe mortal a pescadores de ostras
La marea negra del Prestige obliga a suspender
la venta del crustáceo
AFP, REUTERS Y DPA
Burdeos, Francia, 5 de enero. El Prestige ya
golpeó a Francia, más precisamente a los pescadores y cultivadores
de ostras de Arcachon, donde se encuentra uno de los mayores bancos de
ostras y mejillones de Europa.
Una verdadera flota europea trabajaba este domingo en
el litoral atlántico francés para intentar recuperar las
"galletas" o masas de aceite solidificado procedentes del petrolero Prestige,
que naufragó el pasado noviembre frente a las costas del noroeste
de España, provocando una catástrofe ecológica en
el litoral gallego.
Pese
a esta movilización, la contaminación ha adquirido ya proporciones
catastróficas en cientos de kilómetros de las playas de la
costa atlántica francesa, de acuerdo con estimaciones del alcalde
de Cap Ferret, Michel Sammarcelli.
"Es una catástrofe, primero fueron pequeñas
bolas de petróleo, pero ahora son grandes manchas flotantes y hay
lugares ya completamente negros. Tenemos poco personal para luchar contra
esto", lamentó.
Ante esto, las autoridades francesas prohibieron desde
esta noche la venta de ostras y otros moluscos cultivados en Arcachon,
cerca de Burdeos, por temor a que estén contaminados. "No queremos
que haya la mínima duda sobre nuestros productos", dijo el director
general de la industria marisquera, Marc Druart. "Esto nunca nos había
ocurrido. Queremos evitar que caiga la mínima gota de combustible
a nuestras ostras, aunque nuestro nombre ya ha quedado manchado", añadió.
Las grandes manchas de petróleo aparecieron anoche
por primera vez en la bahía de Arcachon, lugar favorito de los turistas.
Directivos de la industria francesa de productos marítimos decidieron
a última hora del sábado que no tienen otra opción
que detener la recolección de moluscos en la zona.
En una manifestación, los cultivadores de ostras
condenaban hoy "la marea negra de España. Si no puedo vender más
ostras, entonces estoy arruinado", lamentaba Johl Dupuch, cultivador de
ostras y dueño de un restaurante.
En la estación ornitológica de Arès,
en Arachon, se han recogido entre tanto ya más de cien aves marinas
muertas.
En la región de la Vendée, en las playas
cerradas al público, tropas de los municipios, soldados y policías
trabajaron toda la noche para limpiar el petróleo procedente del
Prestige.
El petrolero liberiano yace a 3 mil 500 metros de profundidad
y a 270 kilómetros de las costas de Galicia, donde naufragó
el 19 de noviembre, tras partirse en dos. El carguero transportaba 77 mil
toneladas de fuel oil pesado, 20 mil de las cuales se derramaron
antes de que se hundiera.
Tres barcos de pesca, con base en la pequeña localidad
de San Juan de Luz, en el suroeste francés, trabajaban este domingo
junto al navío militar Ailette, indicó el portavoz
de la prefectura marítima de Brest (oeste), Yann Bizien. Estos navíos
forman parte del dispositivo puesto en marcha para luchar contra la contaminación
por hidrocarburos procedentes del Prestige, que llegó hace
cinco días a las costas francesas.
Un primer grupo, del que formaban parte un barco de apoyo
en alta mar y dos chalupas que ensayan la eficacia de unas nuevas redes
antipolución, trabajaba en la Vendeé, al oeste de las islas
de Ye, Olerón y Re.
Otro grupo se encontraba en una zona situada en alta mar,
a una distancia de 200 kilómetros al oeste del estuario de la Gironda,
donde el navío oceanográfico de la marina francesa, D'entrecasteaux,
se incorporó el domingo a otros cuatro barcos europeos especializados
en la recolección de petróleo en el mar.
Se trata del barco alemán Neuwerk, el danés
Gunnar Seidenfaden, el británico Far Scout y el noruego
Norman Draupne. Todos habían sido movilizados ya con motivo
del naufragio del Prestige, pero hasta el momento trabajaban en
las costas de Galicia, en el noroeste de España. Además,
Gran Bretaña y Noruega aportaron dos aviones encargados de vigilar
desde el aire la evolución de las manchas del aceite que avanzan
hacia Francia.
Entre tanto, nuevas manchas contaminan las costsa de Galicia,
donde este domingo el chapopote llegaba en mayores cantidades que en días
precedentes, y las autoridades confirmaron que la evolución de los
vientos en los próximos días se desplazarán hacia
las costas.
Finalmente, en Bélgica, la extracción del
carburante que transportaba el petrolero Vicky, anclado en aguas
belgas tras su colisión con el casco del navío noruego Tricolor,
que se hundió el pasado miércoles en el paso de Calais, al
norte de Francia, se iniciará en la noche del domingo al lunes,
con una jornada de retraso según el calendario previsto.