''Para leer en libertad'', lema del proyecto
ciudadano
Tianguis para demostrar la inutilidad de megabibliotecas
Ofertan libros de poesía, novela y cuento, entre
otros
ANGEL VARGAS
La única diferencia con un tianguis ''normal" son
las mercancías que se ofertan. Fuera de eso, el bullicio es el mismo:
los mercaderes acomodan los productos de la manera más atractiva,
los ofrecen a todo postor, realzan sus cualidades, seducen. Los potenciales
compradores, en tanto, recorren con la vista la amplia variedad, van de
un puesto a otro, escogen, palpan, preguntan el precio, negocian una rebaja
y, si se apalabran con el comerciante, dejan el lugar, victoriosos, todavía
con la mirada fija en lo comprado.
Así
es el ambiente que puede observarse en el Tianguis Popular del Libro de
Literatura Social, que por segundo diciembre consecutivo se instaló,
desde el jueves pasado, en el camellón central de la avenida Alvaro
Obregón, entre las calles de Córdoba y Orizaba, en la colonia
Roma. Permanecerá abierto hoy y mañana domingo de 11 a 18
horas.
Se trata de una iniciativa emprendida hace un año
por la Secretaría de Cultura del Partido de la Revolución
Democrática en el DF, que ahora sigue el grupo ciudadano Entre bomberos
no nos pisamos las mangueras, integrado por escritores, artistas y promotores
culturales, entre ellos Paco Ignacio Taibo II, Raúl Díaz,
Juan Hernández Luna y Verol Güerever.
Su lema es ''Para leer en libertad" y su reto ''demostrar
al gobierno federal que existen formas más próximas y menos
costosas para promover el libro y el hábito de la lectura que la
creación de megabibliotecas, las cuales resultan obsoletas en esta
encomienda, pues a ellas asisten sólo quienes ya son lectores o
quienes deben hacer un trabajo escolar", explica Díaz.
De Lenin a Lennon
Como cualquier tianguis, en este de libros puede encontrarse
casi de todo, sea para el alimento intelectual o bien meras golosinas para
el pensamiento. Los títulos y los autores van de los clásicos
a lo más contemporáneo, tanto nacionales como extranjeros
y en todos los géneros, a excepción de los de superación
o autoayuda.
De Lenin a Lennon, se ofertan diccionarios, enciclopedias,
colecciones editoriales, obras completas, poesía, novela, cuento,
ensayo, ciencia ficción, economía, ciencia política,
literatura infantil, catálogos de arte y rarezas como la Cartilla
maya-español, editada por la Secretaría de Educación
Pública en 1946, dentro su Campaña Nacional de Alfabetización.
Hay mercancía fresca, gracias a la participación
de algunas de las más importantes editoriales de México.
Merced a los libreros de viejo, también la hay un poco añeja
e incluso extravagante o inédita, para los que gustan del buqué
de la filología o andan tras un título inconseguible.