Rendirán homenaje en Bellas Artes a Ferlinghetti, último exponente de la generación beat

Espionaje contra las personas, por ''la enorme paranoia en EU''

Sólo el presidente estadunidense quiere la guerra, ningún otro líder mundial la busca, señala

''En Italia, que visito con frecuencia, saben que Bush no sólo es ignorante, sino que está loco''

CESAR GÜEMES

Lo dice todo en baja voz y de algún modo mira desde atrás de la profundidad del azul de sus ojos. Lo ha visto todo, desde luego, pero se mantiene enfundado en unos saludables pantalones de mezclilla, zapatos de cuero y una camisa a cuadros que asoma por el redondel de su suéter de algodón. El cabello y la barba blanca corresponden a un hombre de su edad, si bien lo rejuvenece el apunte de cejas hirsutas que en su momento, como lo recuerdan los carteles que lo convirtieron en leyenda, fueron densamente pobladas.

Así como el tono de su voz es prudente, así mantiene las manos durante la conversación, en absoluto reposo, los dedos entrelazados. Apenas uno o dos pliegues se atreven a surcar el rostro de roja piel del último representante de la generación beat, Lawrence Ferlinghetti, nacido en Nueva York en 1919 y que se encuentra en México para participar en actividades que incluyen una reunión con escritores mexicanos la noche de este jueves en el cabaret Bombay, y la tarde del viernes un homenaje a su trayectoria que se efectuará en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, todo con la activa labor del periodista Carlos Martínez Rentería, compañero de este diario y director de la revista Generación.

Escribir poesía, un juego

A la pregunta de Ƒcómo se encuentra?, responde de inmediato: ''Prendido, y no sólo por la altura de la ciudad de México, sino por todo el movimiento que generosamente ocurre con mi visita. Usualmente mi vida no es tan agitada, soy un hombre de casa. Viajo si acaso una vez al año, a Italia, de donde provino mi familia".

-Parecería que los tipos considerados leyenda viven de una forma distinta del resto de los ciudadanos.

Revira veloz, con una sonrisa apenas dibujada: ''Diría que en mi caso me lavo los dientes todos los días, como cualquier persona. Y ya sólo fumo mariguana una vez al año".

Ferlinghetti trabaja sin descanso aunque, dice, ''la verdad es que para mí escribir poesía es más bien un juego, no lo veo como una labor ardua; y en cuanto a mi veta como pintor me sucede más o menos lo mismo. En todo caso, el trabajo como tal es editar los escritos de otros. Así que pinto con la luz del día y escribo en la tranquilidad de la noche".

-ƑNo duerme? -pregunta la cineasta Elisa Patiño, quien nos acompaña en la entrevista y realiza de forma independiente un documental sobre la visita a México del poeta. Responde el escritor: ''No duermo".

La predicción de Gingsberg

-ƑEs usted una especie vampiro?

-No, no me hace falta serlo para no dormir. En realidad estoy un tanto alejado de la concepción popular del vampirismo, no acaba de agradarme.

-Dice que trabaja como si jugara, pero el mundo alrededor demanda que su labor sea profesional. ƑEs así?

-Lo demanda, en efecto, pero me pregunto por mi parte si Walt Whitman, Pablo Neruda o Baudelaire eran profesionales. No lo sé. Mi idea de ser profesional es hacer una carrera y después obtener provecho de ella. En mi caso trato de no pensar que mi actividad está relacionada con carrera alguna. Si uno piensa como profesional entonces tiene que hacer una serie de concesiones, y eso a la larga es limitante por necesidad. Y si se continúa por ese camino, acaba uno como cualquier burócrata o político corrupto del mundo. Quiero ser responsable con mi trabajo, eso sí.

-Es de suponerse que no está de acuerdo con la actual actitud belicista de George W. Bush.

-Desde luego que no. El mensaje beat de pacifismo se necesita mucho más ahora que en el pasado. Luego, observo que la atmósfera entera que se vive colabora a la problemática, pues estamos inmersos en un modo de vida consumista, materialista y militarista. Es más, Allen Gingsberg predijo todo lo que iba a pasar con el 11 de septiembre en su libro La caída de América. Buena parte de la razón estaba en los beats, en ese sentido. Es más, pienso que el ataque del 11 de septiembre fue el inicio de la guerra entre Estados Unidos y el Tercer Mundo. Ese día el Tercer Mundo dio el primer contragolpe. Es por eso que hoy en Estados Unidos se vive una enorme paranoia, lo cual permite a Bush generar una serie de leyes de espionaje directo contra la individualidad de las personas.

-El 11 de septiembre fallecieron muchos más civiles que militares. De modo que esta guerra de la que habla será especialmente cruenta.

-Claro, porque la mayoría de los ciudadanos no quiere la guerra. La única razón por la que Tony Blair, por ejemplo, apoya a Bush, es porque se ha vuelto su esclavo. Sólo Bush quiere la guerra, ningún otro líder mundial la busca. En Italia, a donde voy con frecuencia, saben que Bush no sólo es un ignorante, sino que está loco.

-ƑLas organizaciones civiles, ciertamente firmes en su país, no pueden hacer nada para detener la guerra?

-No, porque cuando la Segunda Guerra Mundial pertenecía a organizaciones 80 por ciento de los trabajadores, y hoy sólo pertenece 12 por ciento. La izquierda en Estados Unidos ya casi no tiene representación.

-Esta perspectiva, sin embargo, no lo detiene en su trabajo personal.

Sonríe con lentitud y responde casi en secreto:

-No tengo alternativa.