Habrá paro nacional si se insiste en imponerlas, advierten en San Lázaro
La disidencia sindical en pleno repudia reformas en materia eléctrica y laboral
Cierre de fronteras a partir del primero de enero de 2003, posible estrategia a seguir
PATRICIA MUÑOZ RIOS
La disidencia sindical del país pareció confluir la tarde de ayer en la Cámara de Diputados, cuando llegaron juntos a este recinto la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el Frente Sindical Mexicano (FSM) en una marcha del Zócalo al Palacio Legislativo, donde dejaron en claro que no permitirán que se imponga la reforma laboral que pretende el gobierno ni la privatización de la industria eléctrica, y dijeron estar dispuestos a un paro nacional y a cerrar fronteras, a partir del primero de enero de 2003, a las importaciones de productos agropecuarios hasta que se revise el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Miles de trabajadores telefonistas, electricistas, universitarios, del Seguro Social, de los tranviarios, del Gobierno del Distrito Federal, bancarios y de varios sindicatos más llegaron hasta las puertas de la cámara, donde fueron recibidos por los barzonistas, que ya se encontraban ahí con caballos y tractores.
Las consignas multiplicadas contra el presidente Vicente Fox y el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, con las que llegaron los sindicalistas, se confundieron con una gritería que salía de adentro del recinto, pues casi al momento de su arribo en uno de los pasillos que da hacia el pleno del Congreso, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), desesperados porque no se atienden sus demandas, buscaron entrar por la fuerza y fueron repelidos por los encargados de la seguridad con manguerazos de agua y lanzándoles las cargas de diversos extintores de incendios, cuya descarga alcanzó a profesores al igual que a los reporteros, camarógrafos y fotógrafos.
El mitin dio inicio así con una fuerte tensión, debido a la expectativa de que podía llegar en cualquier momento la Policía Federal Preventiva (PFP) para sacar del recinto a los maestros de la CNTE. No obstante, Francisco Hernández Juárez líder de la UNT y de los telefonistas; Ramón Pacheco, secretario del Exterior del SME, y quienes tomaron la palabra, no bajaron el tono y anunciaron incluso que la de ayer es una más de las diversas movilizaciones que llevarán a cabo para defender al país contra las reformas de Vicente Fox: la laboral y la energética.
Hernández Juárez advirtió que los sindicatos independientes del país están dispuestos a llegar al paro nacional si el gobierno se empeña en tratar de imponer la reforma Abascal, que es totalmente lesiva para los trabajadores del país, y significa un retroceso grave para las condiciones de trabajo, ya que desconoce, nulifica y elimina derechos básicos, como el de huelga y libre asociación, por lo que definitivamente ''no pasará, antes llegamos a otras medidas más contundentes, como paralizar''.
Aun cuando señaló que su movimiento no tiene que ver con el de la CNTE, Hernández Juárez sostuvo que la UNT no parará sus movilizaciones para enfrentar las reformas lesivas que busca este gobierno, y que incluso llevará a cabo la próxima semana otras marchas hasta que el gobierno entienda que debe tomar en cuenta a los trabajadores.
Por el SME tomó la palabra Ramón Pacheco y sostuvo que la base de trabajadores electricistas está dispuesta a impedir la privatización de su sector, con la que se pretende beneficiar sólo a los capitales internacionales que ya están con la mira puesta en estas paraestatales. ''No hay ninguna razón contundente ni económica ni política para permitir que se deje en manos privadas un sector estratégico para el país'', apuntó, y señaló que los sindicatos independientes están aliados en contra de la ofensiva de la administración de Vicente Fox.
Mientras, dentro continuaba la tensión y los pasillos mostraban los signos de lo que había sucedido minutos antes, con zapatos tirados en el piso, gente vomitando y reporteros poniéndose trapos de agua en la cara, tratando de caminar entre agua y residuos del químico de los extintores. Afuera de San Lázaro los discursos de los sindicalistas se comprimían, se hacían más serios; sabían que si llegaba la PFP el conflicto podría crecer como bola de nieve y había cientos de trabajadores apostados en las inmediaciones
Así, tomó la palabra el dirigente de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien señaló que el gobierno lejos de resolver los problemas los ha dejado crecer, pues mientras los campesinos están en sobrevivencia y ven como un auténtico riesgo la liberalización total de las importaciones del sector agropecuario a partir del primer día del próximo año -según se comprometió México al firmar el TLCAN-, el presidente Vicente Fox sólo anuncia un ''blindaje de papel'' que no salvará a los productores.
La prioridad del gobierno, advirtió, no pueden seguir siendo los banqueros y los empresarios, por lo que a partir del primero de enero de 2003, los productores agropecuarios no permitirán que continúen pasando los granos, la carne, las verduras y los alimentos chatarra y de desecho con los que inunda Estados Unidos a nuestro país, mientras los campesinos mexicanos están en una total desventaja, sin posibilidades de competir.
El mitin terminó y los dirigentes sindicales hicieron un llamado para que las demandas de los sectores sociales del país no caigan en el vacío y sean escuchadas para evitar que se generen acciones violentas.
Agustín Rodríguez, líder del STUNAM, afirmó que la Cámara de Diputados debe ser muy sensible a los momentos que están viviendo diversos sectores del país, mientras un trabajador anotaba: ''El gobierno nos está uniendo a todos en su contra''.
Entrada la noche, los trabajadores cantaron el Himno Nacional con el puño levantado.