Pretendían dialogar con diputados para que destinen mayor presupuesto al agro
Irrumpen campesinos en San Lázaro
"Esto fue sólo una probadita", manifestaron dirigentes de El Barzón y la UNTA
MATILDE PEREZ U.
"Esto fue sólo una probadita", manifestaron los campesinos de El Barzón, Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) y la Coordinadora de Organizaciones Urbanas y Campesinas (Coduc) sobre su ingreso de manera violenta a la Cámara de Diputados.
Mientras en la puerta de acceso estacionaron seis tractores, 14 agricultores con todo y caballos llegaron hasta la explanada del recinto legislativo y después de dar una "vuelta del triunfo", cuatro jinetes enarbolando la bandera nacional y unos cien campesinos enfilaron hacia la entrada entre los edificios A y H con el propósito de llegar al salón de sesiones para hacerse escuchar.
Los ánimos se habían desbordado. Unos entonaban el Himno Nacional, otros declaraban a los medios de comunicación que la situación en el campo es más profunda que "una crisis", y unos más se ocupaban de romper la puerta de cristal del edificio A para dirigirse al salón de plenos.
Al llegar al acceso del salón de sesiones, cercano a la sala de prensa, forzaron la puerta electrónica giratoria y trataron de derrumbar una puerta de madera. Al grito de "šya estamos cansados de esperar soluciones que no llegan!", los campesinos no pudieron penetrar. Pero otro grupo corrió hacia la entrada del basamento, trató de forzar la puerta de cristal giratoria y al grito de "šfuego!" empezaron a quemar varios sombreros y a arrojarlos entre los huecos de ésta y la entrada de madera.
En el salón de plenos, la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Beatriz Paredes Rangel, ordenó que continuara la sesión y pidió a los diputados que no abandonaran las curules, incluso si los campesinos ingresaban de manera violenta.
En tanto, los dirigentes de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, y de la UNTA, Alvaro López Ríos, trataban de amarrar una reunión con la Junta de Coordinación Política, presidida por el perredista Martí Batres, y los miembros de la mesa directiva, encabezada por la priísta Paredes Rangel, como les habían prometido desde su arribo al Palacio Legislativo.
Hasta ese momento sólo tenían la seguridad de que serían atendidos por los diputados Petra Santos y Alfredo Hernández Raigosa, del PRD; Lorena Beauregard y Juventino Castro, del PRI, y los petistas José Narro, Félix Castellanos y Efrén Leyva.
Enterado de los acontecimientos, Ramírez Cuéllar llegó hasta el basamento para convencer a los barzonistas de que aguardaran a la reunión con Paredes Rangel y Batres Guadarrama. "Venimos en son de paz, no hay que actuar con intranquilidad", dijo. A su vez, López Ríos llegó al primer piso, llamó a la serenidad a los campesinos y les pidió que sacaran los caballos.
Aprovechando el momento en que una reportera de una televisora transmitía los acontecimientos y decía que el grupo había penetrado de manera abrupta, el dirigente de la UNTA puntualizó: "No entramos de manera abrupta; entramos de manera violenta. Pedimos disculpas por esto, pero estamos cansados de tanto abandono en el campo".
Minutos después de que los barzonistas abandonaron los pasillos del recinto y volvieron a la explanada, arribó Alejandro Encinas, subsecretario de Gobierno capitalino, y se entrevistó en privado con los dirigentes de la UNTA y El Barzón. Les explicó que había muchas presiones para que la policía capitalina interviniera y los desalojara.
"Vine a coadyuvar a que existan las condiciones para que el Poder Legislativo desarrolle su trabajo. Platiqué con algunos dirigentes campesinos y hay el acuerdo de que serán recibidos por varios diputados a las siete de la noche y habrá un mitin junto con las organizaciones sindicales que salieron del Zócalo hacia acá y vienen en orden. El cuerpo de seguridad de la Cámara de Diputados aseguró que tienen todo bajo control y creemos que por la reunión que se realice todos podrán continuar sus actividades", explicó en entrevista posterior.
Poco después de las 17:30 horas, un grupo de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ingresó a la Cámara de Diputados y se dirigió a los pasillos que antes habían ocupado los campesinos con la intención de llegar hasta el salón de plenos. Empezaron nuevas acciones violentas y los barzonistas y miembros de la UNTA abandonaron la explanada interior del Palacio Legislativo y salieron a recibir a los contingentes sindicales.
Una caricatura del gabinetazo
Poco después del mediodía, la marcha campesina salió del Monumento de la Revolución hacia la Cámara de Diputados: seis tractores, 14 jinetes con sus caballos y cuatro cerdos que llevaban pintados los nombres "Fox, Usabiaga, Derbez y Castañeda", fueron parte del acompañamiento. En la avenida 5 de Mayo los manifestantes trataron de ingresar a un restaurante McDonald's, pero fueron rechazados.
Después, a las puertas de Palacio Nacional, arrojaron estiércol y verduras podridas. En menos de cinco minutos fueron llamados: "šVámonos, que se nos hace tarde para llegar con los diputados!"
En la avenida Congreso de la Unión, los campesinos fueron recibidos con carteles de bienvenida por maestros de la CNTE que mantienen un plantón afuera de la Cámara de Diputados. Hasta allí llegó un grupo del cuerpo de seguridad del Palacio Legislativo a preguntar a los campesinos: "Ƒqué se les ofrece; qué quieren?"
Agua para los caballos, una reunión con la Junta de Coordinación Política y la mesa directiva, que abran las puertas y nos dejen entrar a la explanada del recinto, respondieron los dirigentes de El Barzón y la UNTA. Pero los campesinos no tuvieron paciencia y forzaron una de las puertas metálicas. Habían logrado su propósito: ingresar al recinto legislativo.
Sin embargo, por los acontecimientos posteriores, perdieron lo que tanto trabajo les había costado: la reunión con varias comisiones de legisladores con el propósito de solicitar mayor presupuesto para el campo y la revisión del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Anoche, los barzonistas se dividieron en contingentes para iniciar plantones frente a los centros de Bancomer, Banamex, Banorte y Fovi. Hoy, la UNTA realizará manifestaciones frente a las secretarías de Agricultura, Economía y de la Reforma Agraria.
Enardecidos diputados panistas lanzan improperios
contra Beatriz Paredes
Irrupción violenta, desastre legislativo y acusaciones
mutuas en San Lázaro
"Ya estarás contento, Martí; ¿cuánto
les pagaste?", cuestionaron a Batres Guadarrama
ROBERTO GARDUÑO Y CIRO PEREZ
De un costado interior de la sala de sesiones de la Cámara
de Diputados la nube de polvo antincendios se extendió por todo
el recinto hasta el lugar que ocupaba Beatriz Paredes Rangel, y con aquel
ambiente enrarecido cayó la puerta lateral del salón parlamentario
al tiempo que los legisladores panistas, furibundos, descompuestos y enardecidos,
gritaban improperios a la presidenta de la mesa directiva: "Por tu culpa
estamos así desde la mañana".
La ira de los legisladores del Partido Acción Nacional
(PAN) alcanzó al coordinador de la bancada del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), Martí Batres, quien fue señalado
responsable por las huestes del blanquiazul. "Ya estarás
contento, Martí. ¡Cuánto les pagaste! ¡Rosario
dijo que les iba a pagar... Rosario paga, Rosario paga...!"
Esa fue la imagen del desastre parlamentario que se vivió
ayer en el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde los diputados
permanecieron encerrados durante horas porque la presidenta de la mesa
directiva, Beatriz Paredes, se negó a solicitar la intervención
de la fuerza pública para desalojar a los manifestantes de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a pesar de la insistencia
de Felipe Calderón, líder del grupo parlamentario del PAN,
y de Rafael Rodríguez Barrera, coordinador de la bancada del PRI.
Horas más tarde, la ex gobernadora de Tlaxcala
manifestó que aquellos hechos se derivaron de una "provocación".
Al preguntarle ¿de quién?, respondió pausada: "no
lo sé".
Por su parte, la fracción del PRD en la Cámara
de Diputados se deslindó de cualquier acto de provocación,
y la bancada panista anunció que levantará actas penales
para definir responsabilidades por los actos violentos ocurridos ayer en
el Palacio Legislativo de San Lázaro.
La presencia de los maestros y barzonistas obedeció
a la existencia de un compromiso para que fueran recibidos por los diputados,
a efecto de conocer sus demandas presupuestales.
De acuerdo con la presidenta de la mesa directiva, este
compromiso debía cumplirlo la Junta de Coordinación Política,
que encabeza el perredista Martí Batres, a quien responsabilizó
de "no operar" para cumplir lo acordado.
Batres Guadarrama, a su vez, respondió que Paredes
Rangel no cumplió su parte. "Desde el principio, la mesa directiva
operó una estrategia para retardar cualquier solución negociada
con los manifestantes. Además, la Ley Orgánica la mandata
para salvaguardar la seguridad del recinto y de los diputados", señaló.
Antes de iniciar la sesión ordinaria en San Lázaro,
ya se sabía que miembros de la Unión Nacional de Trabajadores
Agrícolas (UNTA), de El Barzón, de la Unión Nacional
de Trabajadores y de la CNTE acudirían a manifestarse contra la
política agropecuaria y educativa del gobierno federal. Su presencia
obedecería a demandar más recursos para el sector social
durante el debate presupuestal. Sin embargo, no se tomaron previsiones
ni se resguardaron los accesos del Palacio Legislativo.
Mientras se discutía la Ley de Ingresos en el salón
de plenos, un grupo de campesinos de la UNTA y de El Barzón ingresó
a las instalaciones. Con un jinete portando una bandera nacional al frente
del grupo, decenas de mujeres y hombres se dirigieron por los pasillos
hasta la puerta giratoria por donde ingresan los diputados. A empujones
derribaron una hoja de cristal del primer acceso, y cuando estaban a punto
de tirar una segunda puerta, ésta de gruesa madera, se formó
una comisión de legisladores que alcanzó a negociar con los
campesinos. Ambos grupos acordaron reunirse a las 19 horas para iniciar
una ronda de pláticas tendientes a escuchar las demandas de los
agricultores.
Desde la mesa directiva, Beatriz Paredes ordenó
al pleno que no se moviera de aquel sitio. Solicitó a los diputados
mantenerse en su lugar a pesar de que los manifestantes pudieran violentar
los accesos y penetrar hasta la plenaria. Pero eso no ocurrió.
El primer ventarrón de violencia fue sorteado por
el equipo de seguridad de la Cámara, con el apoyo de algunos legisladores
del PAN. Pero aquello fue un aviso.
Dos horas más tarde, por los mismos pasillos por
los que habían irrumpido los barzonistas, se presentó un
nutrido grupo de maestros de la CNTE de Michoacán, Oaxaca, estado
de México, Zacatecas y Chiapas y el Distrito Federal.
Y por los mismos accesos intentaron derribar el portón
de madera. Luis Pazos, presidente de la Comisión de Presupuesto,
salió del salón de plenos y se metió entre los maestros
que le gritaron a bocajarro: "¡Queremos entrar! ¡Este recinto
es nuestro! ¡Es del pueblo!"
El panista, reducido por la muchedumbre, respondió
lacónico: "sí van a pasar, pero con orden". Su promesa quedó
en eso, y los maestros empujaron con más fuerza.
En el salón de sesiones, los diputados veían
cómo la puerta estaba a punto de ceder. Entonces Beatriz Paredes
llamó a los coordinadores parlamentarios de todos los partidos.
En el presidium, donde se ubica la mesa directiva, inició un minidebate
entre la presidenta de la Cámara, Felipe Calderón, Rafael
Rodríguez Barrera, Bernardo de la Garza, Alberto Anaya y Martí
Batres.
Ahí, el coordinador perredista informó que
había hecho contacto telefónico con Alejandro Leal, dirigente
de la CNTE, y que éste le había solicitado una reunión
con los líderes de las bancadas. La respuesta del perredista al
maestro fue que sí habría reunión, a condición
de que los profesores se retiraran de la puerta.
Paredes Rangel, Calderón Hinojosa y Rodríguez
Barrera respondieron que ya existía en el pleno una solicitud para
que interviniera la fuerza pública, pero si los profesores aceptaban
terminar con el acoso, un grupo de vicecoordinadores se reuniría
con ellos.
Batres Guadarrama dijo entonces que el PRD no aceptaba
la presencia de la policía, comentario al que se sumó el
líder del Partido del Trabajo, Alberto Anaya. Sin encontrar solución,
desde el presidium el líder de la bancada del PRD bajó rumbo
a la puerta donde forcejeaban los maestros y los guardias de seguridad,
puerta de por medio, apoyados por un grupo de diputados panistas.
Cuando el perredista se acercaba al acceso, fue interceptado
por sus compañeros Alfredo Hernández Raigosa y Miguel Barbosa,
quienes le pidieron que no fuera solo a negociar, porque aquello debían
resolverlo todos los coordinadores parlamentarios y, en último caso,
si se trataba de llamar a la fuerza pública el artículo 22
de la Ley Orgánica del Congreso estipula que corresponde de manera
exclusiva al presidente de la mesa directiva salvaguardar la inviolabilidad
del recinto.
Cuando Batres y sus compañeros se dirigían
a sus respectivas curules, los panistas comenzaron a imputarle su responsabilidad
por la presencia de los maestros. Fernando Pérez Noriega no paraba
de recriminarle: "¡Orale, Martí!, ¡ya estarás
contento, Martí!, ¡sácalos, Martí!, ¿cuánto
les pagaste, Martí?"
A los reclamos de Pérez Noriega se sumó
un coro contra la presidenta nacional del PRD: "¡Rosario dijo que
les iba a pagar! ¡Rosario, paga! ¡Rosario, paga! ¡Rosario,
paga!" En todo el salón siguieron las recriminaciones, acusaciones
y amenazas.
A los señalamientos del PAN respondió Alfredo
Hernández Raigosa, quien a manotazos y encarándolos les gritaba:
"¡ustedes son los provocadores!" Y señalando con el índice
el sitio donde se encontraba Beatriz Paredes, decía con más
fuerza: "la responsabilidad es de la mesa directiva, para eso hay mesa
directiva".
Desde su lugar, Batres respondía a los reporteros
que ya habían brincado el palco de prensa y estaban en las curules:
"los maestros quieren que los reciban los coordinadores, y los coordinadores
nos han dicho que no los recibirán. No quieren. Nosotros hemos planteado
así la situación y la responsabilidad de la seguridad de
la Cámara es de la mesa directiva".
En aquel momento en el salón de plenos todo era
confusión. Desde el interior, los agentes de seguridad rociaron
el contenido de los extintores por las hendiduras del portón de
madera, que los maestros ya habían vencido, para retenerlos y evitar
que ingresaran al recinto.
Aquella acción irritó aún más
a los maestros, quienes respondieron de igual forma y rociaron el salón
de plenos con el polvo antincendios de otros extintores, creando una densa
nube, y en pocos minutos derribaron el portón de madera.
Diputados del PAN y del Partido Verde que apoyaban al
cuerpo de seguridad para defender el acceso corrieron en dirección
de la mesa directiva. Uno de ellos, Mauro Huerta, cubierto del polvo blanco,
le gritó a Beatriz Paredes: "le exigimos que garantice la seguridad
del recinto, porque es sagrado, ¡se lo exigimos!"
En el presídium, Paredes Rangel estaba rodeada
por unos 30 legisladores. La flanqueaban Rodríguez Barrera y Calderón
Hinojosa, quien insistía: "¡háblale a la PFP, Beatriz!,
¡es por seguridad de la Cámara!"
La presidenta de la mesa directiva sólo volteó
a mirarlo y utilizó el micrófono para solicitar a los diputados
que abandonaran el recinto. La reacción de los panistas fue tajante:
"¡No, no, no, no! ¡México, México, México!"
Acto seguido, entonaron el Himno Nacional.
Beatriz Paredes insistió: "¡es importante
que abandonen el recinto, es importante que se salvaguarde para que no
haya un uso indebido de los extinguidores!"
Felipe Calderón insistía en llamar a la
PFP: "¡Beatriz, llama a la PFP!" Rafael Rodríguez, que ya
había firmado la solicitud para que interviniera la fuerza pública,
guardaba prudente silencio.
Entonces Paredes Rangel llamó a Patricia Flores,
secretaria general de la Cámara de Diputados, y sólo le dijo:
"sí".
Mientras, desde la mesa directiva se observó cómo
los panistas cargaron en vilo las curules y formaron una barricada en el
lugar donde estaba el portón para detener a los manifestantes. Beatriz
Paredes, impasible, operaba a su estilo. Llamó a Humberto Lepe y
le dijo: "¡dígales a los maestros que se retiren, porque le
están faltando al respeto al recinto!"
Felipe Calderón no cejaba: "¡ya, Beatriz,
tienes que llamar a la PFP!", al tiempo que Lorena Beauregard le dijo a
Paredes Rangel: "tenemos que ver lo del Canal del Congreso, porque nos
están agrediendo y defendiendo a los maestros, no puede ser".
Beatriz Paredes volteó buscando a la panista Heidi
Strosberg, presidenta de la Comisión del Canal del Congreso, y le
dio la orden: "¡hay que ver eso, Heidi!" Felipe Calderón no
pidió, exigió: "Heidi, toma el control del canal ¡ya!"
Calderón mostraba signos de impaciencia, y al ver
a uno de los camarógrafos del Canal del Congreso le gritó
desde el presídium, mientras diputados y reporteros lo escuchaban,
"¡dile al pendejo de Virgilio que ya le pare, que defienda a la Cámara"!
Los maestros ya se habían retirado. Y aún
así, los panistas, más calmados, hacían bromas. Manuel
Minjares, a carcajadas, gritaba: "¡traigan al Ejército!"
Después de las 20 horas Paredes Rangel reinició
la sesión. A su derecha, un montón de sillones resguardaba
el acceso, y en el ambiente seguía flotando la nube de polvo que
terminó cubriendo todo.
Afuera, en el vestíbulo, Felipe Calderón
acusaba a Rosario Robles y al PRD de "orquestar y financiar" la acción
contra la Cámara de Diputados.
También ante las cámaras de televisión,
Batres Guadarrama rechazaba el señalamiento y atribuía la
responsabilidad a los demás coordinadores parlamentarios y a Beatriz
Paredes, quien, en conferencia de prensa, se defendió: "Mi signo
político es el diálogo", y en respuesta a las acusaciones
dijo que aquellas un tamaño político muy pequeño.
Mientras la presidenta de la Cámara decía
que no apostaba a la violencia y que asumía el costo político
que le correspondía por no haber llamado antes a la fuerza pública,
en el estacionamiento de San Lázaro se apostaban 500 agentes de
la PFP, dispuestos a desalojar a los manifestantes a cualquier hora.
Condenan dirigentes de PRI y PRD violación de la Cámara de Diputados
VICTOR BALLINAS, ANDREA BECERRIL Y ENRIQUE MENDEZ
La dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el presidente del Senado de la República, Enrique Jackson Ramírez, expresaron ayer su ''enérgica condena'' por la violación del recinto de la Cámara de Diputados. ''No hay ninguna razón que justifique la violencia de los grupos que han alterado el trabajo del Poder Legislativo. Esta violencia atenta contra el dominio de las ideas, de los argumentos y de las causas'', dijo Jackson.
Por la noche, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución democrática (PRD) condenó los hechos ocurridos en San Lázaro e hizo un llamado a los grupos campesinos para privilegiar el diálogo antes que cualquier acto que desprestigie sus justas demandas.
Asimismo, el coordinador de la fracción parlamentaria perredista, Jesús Ortega Martínez, condenó la intromisión de las organizaciones que entraron al Palacio Legislativo de San Lázaro. No es con violencia, sostuvo, como se resolverán las demandas ''legítimas o no'' de diversos grupos de la sociedad, y deslindó al partido del sol azteca de estos hechos. ''El grupo parlamentario del PRD en el Senado no avala bajo ninguna circunstancia ese tipo de acciones'', señaló.
Resaltó que la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Beatriz Paredes Rangel, no necesita de un acuerdo de los coordinadores para solicitar seguridad. Tiene facultades para resguardar el Palacio Legislativo. ''Debió usar sus facultades para impedir que esto ocurriera'', afirmó.
A su vez, el presidente del Senado, Enrique Jackson, sostuvo que lo de hoy ''es una agresión al espacio plural, democrático, representativo que es la Cámara de Diputados. Un espacio natural para el diálogo y para el acuerdo entre las fuerzas políticas que tienen posiciones diversas sobre los temas nacionales''. Expresó su solidaridad y la de los senadores con los 500 legisladores. ''Es inaceptable esta irrupción, no son tiempos para mezquindades, sino para pensar en el país'', dijo.
Por su parte, el presidente del PRI, Roberto Madrazo Pintado, acusó a quienes ocuparon el recinto de San Lázaro de haber ''tomado como rehén al Congreso'', y afirmó que no será con una ''actitud violenta, que lastima a los diputados'', como se dará cauce a las demandas.
Habrá paro nacional si se insiste en imponerlas, advierten en San Lázaro
La disidencia sindical en pleno repudia reformas en materia eléctrica y laboral
Cierre de fronteras a partir del primero de enero de 2003, posible estrategia a seguir
PATRICIA MUÑOZ RIOS
La disidencia sindical del país pareció confluir la tarde de ayer en la Cámara de Diputados, cuando llegaron juntos a este recinto la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el Frente Sindical Mexicano (FSM) en una marcha del Zócalo al Palacio Legislativo, donde dejaron en claro que no permitirán que se imponga la reforma laboral que pretende el gobierno ni la privatización de la industria eléctrica, y dijeron estar dispuestos a un paro nacional y a cerrar fronteras, a partir del primero de enero de 2003, a las importaciones de productos agropecuarios hasta que se revise el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Miles de trabajadores telefonistas, electricistas, universitarios, del Seguro Social, de los tranviarios, del Gobierno del Distrito Federal, bancarios y de varios sindicatos más llegaron hasta las puertas de la cámara, donde fueron recibidos por los barzonistas, que ya se encontraban ahí con caballos y tractores.
Las consignas multiplicadas contra el presidente Vicente Fox y el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, con las que llegaron los sindicalistas, se confundieron con una gritería que salía de adentro del recinto, pues casi al momento de su arribo en uno de los pasillos que da hacia el pleno del Congreso, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), desesperados porque no se atienden sus demandas, buscaron entrar por la fuerza y fueron repelidos por los encargados de la seguridad con manguerazos de agua y lanzándoles las cargas de diversos extintores de incendios, cuya descarga alcanzó a profesores al igual que a los reporteros, camarógrafos y fotógrafos.
El mitin dio inicio así con una fuerte tensión, debido a la expectativa de que podía llegar en cualquier momento la Policía Federal Preventiva (PFP) para sacar del recinto a los maestros de la CNTE. No obstante, Francisco Hernández Juárez líder de la UNT y de los telefonistas; Ramón Pacheco, secretario del Exterior del SME, y quienes tomaron la palabra, no bajaron el tono y anunciaron incluso que la de ayer es una más de las diversas movilizaciones que llevarán a cabo para defender al país contra las reformas de Vicente Fox: la laboral y la energética.
Hernández Juárez advirtió que los sindicatos independientes del país están dispuestos a llegar al paro nacional si el gobierno se empeña en tratar de imponer la reforma Abascal, que es totalmente lesiva para los trabajadores del país, y significa un retroceso grave para las condiciones de trabajo, ya que desconoce, nulifica y elimina derechos básicos, como el de huelga y libre asociación, por lo que definitivamente ''no pasará, antes llegamos a otras medidas más contundentes, como paralizar''.
Aun cuando señaló que su movimiento no tiene que ver con el de la CNTE, Hernández Juárez sostuvo que la UNT no parará sus movilizaciones para enfrentar las reformas lesivas que busca este gobierno, y que incluso llevará a cabo la próxima semana otras marchas hasta que el gobierno entienda que debe tomar en cuenta a los trabajadores.
Por el SME tomó la palabra Ramón Pacheco y sostuvo que la base de trabajadores electricistas está dispuesta a impedir la privatización de su sector, con la que se pretende beneficiar sólo a los capitales internacionales que ya están con la mira puesta en estas paraestatales. ''No hay ninguna razón contundente ni económica ni política para permitir que se deje en manos privadas un sector estratégico para el país'', apuntó, y señaló que los sindicatos independientes están aliados en contra de la ofensiva de la administración de Vicente Fox.
Mientras, dentro continuaba la tensión y los pasillos mostraban los signos de lo que había sucedido minutos antes, con zapatos tirados en el piso, gente vomitando y reporteros poniéndose trapos de agua en la cara, tratando de caminar entre agua y residuos del químico de los extintores. Afuera de San Lázaro los discursos de los sindicalistas se comprimían, se hacían más serios; sabían que si llegaba la PFP el conflicto podría crecer como bola de nieve y había cientos de trabajadores apostados en las inmediaciones
Así, tomó la palabra el dirigente de El Barzón, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien señaló que el gobierno lejos de resolver los problemas los ha dejado crecer, pues mientras los campesinos están en sobrevivencia y ven como un auténtico riesgo la liberalización total de las importaciones del sector agropecuario a partir del primer día del próximo año -según se comprometió México al firmar el TLCAN-, el presidente Vicente Fox sólo anuncia un ''blindaje de papel'' que no salvará a los productores.
La prioridad del gobierno, advirtió, no pueden seguir siendo los banqueros y los empresarios, por lo que a partir del primero de enero de 2003, los productores agropecuarios no permitirán que continúen pasando los granos, la carne, las verduras y los alimentos chatarra y de desecho con los que inunda Estados Unidos a nuestro país, mientras los campesinos mexicanos están en una total desventaja, sin posibilidades de competir.
El mitin terminó y los dirigentes sindicales hicieron un llamado para que las demandas de los sectores sociales del país no caigan en el vacío y sean escuchadas para evitar que se generen acciones violentas.
Agustín Rodríguez, líder del STUNAM, afirmó que la Cámara de Diputados debe ser muy sensible a los momentos que están viviendo diversos sectores del país, mientras un trabajador anotaba: ''El gobierno nos está uniendo a todos en su contra''.
Entrada la noche, los trabajadores cantaron el Himno Nacional con el puño levantado.
Replantear el papel del Estado en la economía, pide Celam
La pobreza obliga a revisar el modelo neoliberal: CEM
El organismo católico prevé una nueva devaluación del peso
JOSE ANTONIO ROMAN
Ante la creciente pobreza y marginación de sectores cada vez más amplios de la población, en medio de un proceso de globalización económica, es necesario ''revisar'' seriamente el modelo económico neoliberal, señaló la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en tres documentos conjuntos durante el presente año.
Por su parte, el Consejo del Episcopado Latinoamericano (Celam), que reúne a las 22 conferencias de la región, propuso ''replantear'' el papel del Estado en la economía. ''La pregunta clave es si su papel debe ser tan sólo el de protector del mercado o también puede ser el de intervenir en la actividad económica''.
Esta es una cuestión que adquiere relevancia cuando la economía se hace más volátil y hay una crisis que no parece resolverse fácilmente, afirma el Celam en su plan global, en el cual se denuncia que el peso de la deuda externa impide una adecuada inversión en lo social, tornándose en una deuda interna para con los sectores más desposeídos de la sociedad.
Ambas conferencias episcopales advierten que la globalización económica trae consigo ciertas consecuencias positivas -como el fomento de la eficiencia y el incremento de la producción- y puede fortalecer el proceso de unidad de los pueblos mediante la interacción económica entre países.
Sin embargo, ambas coinciden en que cuando sólo se rige por las leyes del mercado aplicadas según las conveniencias de los poderosos, hay otras consecuencias ''gravemente negativas'', como son la atribución de un valor absoluto a la economía, la falta de trabajo, la disminución y el deterioro de ciertos servicios públicos, la destrucción del medio ambiente, el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la competencia injusta que coloca a las naciones más pobres en condiciones de inferioridad cada vez más acentuadas.
Al enviar un informe al Celam sobre la situación económica del país, a fin de integrarlo al resto de los episcopados de la región, la Iglesia católica de México se refiere a la desaceleración de la economía en Estados Unidos, como un elemento fundamental que no permite el logro de los objetivos propuestos por el gobierno del presidente Vicente Fox, especialmente en cuanto al crecimiento económico.
Incluso, vaticina que el déficit comercial y la falta de divisas por la disminución de exportaciones influirá en el tipo de cambio, provocando una nueva devaluación del peso y presionando una inflación mayor de la prevista por las autoridades. Asimismo, señala que a dos años de iniciado el "gobierno del cambio", los grandes retos siguen siendo el combate a la pobreza, abatir la inseguridad pública, la lucha contra el narcotráfico, impulsar la educación, los servicios de salud, el empleo y la vivienda, así como alcanzar un desarrollo sostenido y una más equitativa distribución del ingreso para superar las tremendas desigualdades sociales.
En el documento enviado al Celam, suscrito por el secretario general del Episcopado Mexicano, Abelardo Alvarado, se cita la difícil situación en la que viven los indígenas y el conflicto de Chiapas, así como la suspensión de las llamadas reformas estructurales que necesita el país y la reforma del Estado.
Uno de los documentos en los que la Iglesia católica mexicana cuestiona más severamente el modelo económico neoliberal, que ha ensanchado todavía más la brecha entre pobres y ricos en las últimas dos décadas, fue el elaborado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social con motivo de la cumbre de Monterrey, en marzo pasado.
Los obispos mexicanos señalan que tradicionalmente se habla sólo de las deficiencias y defectos de los países pobres, como son la corrupción y el desorden en la administración pública, pero nunca se menciona el ''subdesarrollo inducido'' por el colonialismo de los países desarrollados. Incluso, en la reciente asamblea plenaria del Episcopado Mexicano, de donde surgió un documento colectivo sobre migración, los obispos se refirieron al modelo económico neoliberal como una de las causas de fondo que generan pobreza y marginación, circunstancias que a su vez provocan que miles y miles de mexicanos emigren en busca de mejores condiciones de vida.
Recientemente, el obispo de Saltillo, Raúl Vera, en una conferencia durante el foro Retos, análisis y perspectivas de la política social en México y el mundo, dijo que el desarrollo no se puede medir sólo en cifras macroeconómicas si éstas las estamos alcanzando a costa del deterioro de los habitantes de una nación. El desarrollo auténtico se basa en el crecimiento de todos los que conforman una nación.
''Todos los sectores que rigen la vida de una región, de un país y del mundo -pienso en los políticos de un país y del mundo, pienso en los empresarios, en los responsables de los centros financieros- han de preguntarse con seriedad si creen salvar sus vidas mientras mantienen a la mayoría en un estado de inanición y en una frustración cotidiana.''