REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
Superpeje: dos años de habilidad mediática
Odio, resentimiento y venganza en la TV
Iniciativa ciudadana de medios electrónicos
EL JEFE DE GOBIERNO capitalino Andrés Manuel
López Obrador cumple dos años de gestión en medio
del reconocimiento generalizado en las encuestas por su buen desempeño
y de un previsible triunfo ante la consulta ciudadana convocada por él
mismo. El sondeo más reciente, de la Consultoría Mitofsky,
revela que ocho de cada 10 ciudadanos están a favor de la continuidad
de su mandato. López Obrador, según las encuestas telefónicas
y domiciliarias realizadas en los días recientes, cuenta con un
índice de aprobación que va de 70 a 80 por ciento, y calificaciones
de entre 6.7 y 7.5. En todos los casos, por encima de Vicente Fox.
LA HABILIDAD MEDIATICA de López Obrador
está bastante probada; más en un esquema donde los medios
masivos y no pocos intereses han buscado reventar al gobierno más
importante de la izquierda partidista del país, justamente con la
sobrexposición del clima de inseguridad y encono social.
¿EN
QUÉ HA CONSISTIDO la habilidad de López Obrador? Por
lo menos, podemos identificar cinco elementos:
1. A DIFERENCIA DEL GOBIERNO federal, Andrés
Manuel ha concretado un programa de alto impacto social y de imagen pública
como el de la atención a los adultos mayores, que es comentado por
prácticamente todos sus seguidores y nuevos apoyadores. Combinado
con una fuerte dosis de providencialismo, el programa ratifica su compromiso
con "los más necesitados". Política y mediáticamente
es un éxito. Otra discusión es si resolverá el problema
de profunda desigualdad social de los habitantes capitalinos o si este
programa no se convertirá en una riesgosa plataforma de peticiones
que van más allá del subsidio.
2. HA CONVERTIDO LA DEMOSCOPIA en un instrumento
para mantener movilizada a la opinión pública aun en los
proyectos más polémicos como la construcción del segundo
piso de Viaducto-Periférico y la actual consulta sobre la continuidad
en su cargo. No tienen valor legal, pero sí un buen impacto al convertirlo
en punto de referencia permanente del debate público.
3. LA CENTRALIZACION de su política de comunicación
social ha sido benéfica, en contraste con la absoluta dispersión
y contradicciones que existen en este terreno en el gobierno federal. López
Obrador es su vocero, su secretario de Gobierno, de Desarrollo Social y
económico, la principal voz cantante que gana la agenda mediática
con conferencias matutinas y, cuando conviene, se transforma también
en jefe de la policía y Ministerio Público. Incluso, se dio
el lujo de ofrecer recientemente una puntada: le gustaría
que los capitalinos fueran "más felices".
4. LA IMAGEN DE MANDO y autoridad se ha reforzado
con valores presumidos y constatados continuamente como la austeridad personal,
la insistencia casi obsesiva en esquivar cualquier lujo, la reducción
de los salarios de sus colaboradores principales y el cuidado en los pesos
y centavos del erario. "Honestidad valiente" es el lema que ostenta y,
si bien los focos de corrupción en el gigantesco aparato administrativo
que gobierna persisten, López Obrador ha logrado desmarcarse personalmente.
5. HA SABIDO DETECTAR los flancos débiles
entre sus críticos y ha dado golpes de efectismo y de imagen que,
aun cuando lo han distanciado de sectores de la izquierda y de su propio
partido, le otorgan el aval temporal de las fuerzas de centro, de la derecha
y de la enorme franja de capitalinos incrédulos frente a cualquier
autoridad. El golpe más habilidoso fue el de la contratación
del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani. López Obrador captó
el favor de las voces que creen que con "tolerancia cero" se combate la
delincuencia, y finalmente se desmarcó cuando la burbuja Giuliani
se deshizo al ser contratado por World Co. Su control de daños revela
una profunda intuición para esquivar el contragolpe.
ESTAS SON CUALIDADES desarrolladas en dos años
de administración. La carrera es larga y compleja. Justamente, las
fortalezas mediáticas también pueden convertirse en sus puntos
vulnerables y débiles, sobre todo cuando se ha pospuesto una auténtica
reforma político-administrativa y cuando la apuesta-eje es la centralización
del carisma. El Distrito Federal puede aspirar a tener un Superman,
pero éste no existe más que en los cómics.
Odio, resentimiento, venganza y tv
EN LA SEMANA RECIENTE los noticiarios televisivos
y radiofónicos han concentrado su atención en tres casos
emblemáticos de un clima de convivencia social descompuesto en la
capital: el multihomicidio de los integrantes de la familia Narezo Loyola,
más dos mujeres en la delegación Tlalpan, realizado con una
crueldad relatada al detalle por los informativos, con el consecuente clamor
de venganza (que no de justicia) hacia los autores del crimen y la suspicacia
frente a la detención y a las declaraciones del asesino Orlando
Magaña. El otro caso es el enfrentamiento entre ambulantes y el
cuerpo de policías auxiliares de la delegación Miguel Hidalgo,
conocidos como robocops, que devino en una paliza para las fuerzas
del orden y en una ronda de dimes y diretes entre el delegado Arne aus
den Ruthen y el titular de la SSP capitalina, Marcelo Ebrard. Y el reciente
caso de linchamiento, televisado y ampliamente fotografiado en la delegación
Milpa Alta, de dos asaltantes de taxis, que ha revivido la discusión
sobre el espíritu de Fuenteovejuna en plena capital del país.
EN TODOS ESTOS HECHOS de nota roja más
que de crónica urbana, se exhibe el rostro del odio, del resentimiento
y la venganza, sentimientos muy explosivos en la sicología social
del capitalino, que se convierten por el poder del rating y la sobrexposición
mediática en carne de cañón para el morbo y para alentar
la idea de que ante el fracaso del estado de derecho hay que acudir al
estado de guerra o a la ley del Talión.
DOS ENCUESTAS SIGNIFICATIVAS del noticiario Hechos
dieron cuenta de este clima social enrarecido por la insistencia sensacionalista.
En una, realizada el 3 de diciembre, 79.05 por ciento de las llamadas proponían
la pena de muerte para Orlando Magaña. El 6 de diciembre, 70.44
por ciento de las llamadas refirió que estaba de acuerdo con el
linchamiento de delincuentes en Milpa Alta. Las llamadas telefónicas
a los programas de radio, sobre todo en este último caso, también
reflejaban un alto grado de ira social que pretende resolver el asunto
con más violencia.
EL ODIO NO ES UN SENTIMIENTO pasivo, como la tristeza.
Implica acción, idealmente destructora del objeto odiado, con el
consecuente placer vengativo. El Diccionario de los sentimientos,
de José Antonio Marina, describe el odio como "el enojo enraizado,
que hace que uno desee causar daño grave a aquel en quien recae
la creencia de que nos ofendió". La diferencia entre odio e ira
es la extensión en el tiempo: el odio se confirma y acrecienta con
la ira. San Agustín describía una "libido de venganza fundada
sobre una especie de sombría justicia". Eso era lo que se observaba
en el rostro de quienes encabezaron el linchamiento en Milpa Alta.
EN LAS VENGANZAS QUE OBSERVAMOS con mayor frecuencia
en la televisión se percibe un nivel de agresión y violencia
que no se origina sólo en la indignación sino, sobre todo,
en el resentimiento promovido, exhibido y alentado como único escape
posible.
LA RESPONSABILIDAD o corresponsabilidad de todos
los medios para contrarrestar esta espiral de pasiones sociales es un asunto
que merece la pena discutirse, ventilarse y contraponerse. No hay ingenuidad
o inocencia éticas frente a estas situaciones. En la lógica
de ganar audiencias, lectores o anunciantes, siempre será más
fácil promover y visualizar la agresión y la ira social,
que ponderar los hechos.
EL EFECTO DE ESPEJO múltiple que genera
el poder televisivo es de un impacto brutal. Se vio cuando una televisora
transmitió una y otra vez el atropellamiento en un jardín
de niños de Ecatepec y la paranoia que se activó en la zona
metropolitana. Lo observamos en el caso de los francotiradores de Washington,
que tan convenientes resultaron para el discurso mediático del miedo,
el odio y la desconfianza que se promueve en Estados Unidos tras los ataques
del 11 de septiembre.
Iniciativa ciudadana de medios electrónicos
EL PASADO 3 DE DICIEMBRE se dio un paso fundamental
en la batalla por democratizar los medios masivos. Un grupo de especialistas
y dirigentes de organizaciones ciudadanas presentaron una nueva iniciativa
para reformar la Ley Federal de Radio y Televisión. Con ésta
suman 18 iniciativas que no se han dictaminado. En la mayoría, el
clamor fundamental es por emprender una reforma a fondo de una industria
en la que prevalecen la discrecionalidad y el abuso del poder de las concesiones.
LO IMPORTANTE de esta iniciativa es que plantea
por primera vez como derechos ciudadanos los de acceso, réplica,
audiencia, información y participación en los medios masivos.
LA INICIATIVA PROPONE, entre otros puntos, que
se destine 20 por ciento del espectro radiofónico a instituciones
y asociaciones sociales no lucrativas y 10 por ciento en el caso de televisión.
Los porcentajes deberán cubrirse con las frecuencias que resulten
de la conversión digital. Se propone un fondo nacional para la producción
que estimule a los productores independientes con los recursos que se establezcan
en el cobro del llamado "derecho de antena".
TAMBIÉN HACE ÉNFASIS en la protección
del público televidente, especialmente de niños y adolescentes.
Se prohíben las transmisiones que impliquen apología de la
violencia o el crimen, que entrañen discriminación de cualquier
género o que lesionen la dignidad de las personas.