Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 2 de diciembre de 2002
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Sociedad y Justicia

Atenderse de ellos implicará pago extra, de acuerdo con catálogo de la Ssa

Cáncer y males cardiacos, fuera del seguro popular de salud

Estos padecimientos figuran entre las principales causas de mortalidad en México

El documento intenta mostrar los beneficios médicos del mecanismo

ANGELES CRUZ

El seguro popular de salud (SPS), concebido por la administración del presidente Vicente Fox para dar acceso a la población marginada del país a servicios médicos más baratos, excluye el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades del corazón y el cáncer, que en México figuran entre las principales causas de mortalidad.

Los asegurados en ese esquema tendrían que pagar una cuota adicional si sufren alguno de esos padecimientos y esperar que esté funcionando el fondo de protección contra gastos catastróficos, con cuyos recursos se les daría servicio.

El SPS prevé establecer en el futuro un sistema de copago de medicamentos para reducir la "demanda trivial y la prescripción innecesaria" de los mismos, apunta el catálogo de beneficios médicos (Cabeme) del SPS.

El seguro popular se encuentra en fase piloto en cinco entidades, y su generalización depende de que el Congreso de la Unión apruebe la iniciativa de reforma a la Ley General de Salud mediante la que la Federación busca modificar el esquema financiero de los servicios sanitarios dirigidos a la población abierta y clarificar la corresponsabilidad de los niveles de gobierno en cuanto a la aportación de recursos económicos.

Julio Frenk Mora, titular de la Secretaría de Salud (Ssa), propuso desde el inicio de esta administración el seguro popular como alternativa para enfrentar algunos de los principales retos sanitarios: la desigualdad en el acceso a la atención médica y el empobrecimiento de las familias por curar sus enfermedades.

En diversos foros el funcionario ha asegurado que el pago de la atención médica en el momento mismo de utilizar los servicios es la peor forma de financiar el sistema nacional de salud; de ahí que el SPS se diseñó con base en el desembolso por adelantado.

Según Frenk, con ese mecanismo se abatiría el "pago de bolsillo" que al año implica "gastos catastróficos" para unos 2 millones de familias.

División en paquetes

El Cabeme contiene la estimación del costo de producción de servicios para prevención, diagnóstico y tratamiento médico del SPS -del cual La Jornada posee una copia- y divide en tres paquetes las intervenciones médicas. En el primero, el "esencial", se incluyen 44 acciones básicamente de vacunación, detección de enfermedades, diagnóstico y tratamiento de las no graves, planificación familiar y atención de embarazo, parto y puerperio, así como del recién nacido.

En el segundo, "paquete familiar", están contenidos 78 rubros de atención. Además de los anteriores incluye tratamiento para males crónicos -como diabetes e hipertensión arterial-, rehabilitación de fracturas y parálisis facial, estimulación temprana del prematuro y algunos servicios de urgencia, hospitalización y cirugía.

El tercer paquete, "integral", consta de 105 rubros: los anteriores más la detección y el tratamiento ambulatorio de padecimientos como VIH/sida, osteoporosis e hipertiroidismo. También, atención de urgencias de asma, infarto agudo al miocardio y fracturas cerradas de huesos largos, así como hospitalización por leucemia linfoblástica en niños. En cirugías, incluye la correctiva de estrabismo, la extracción de cataratas y colocación de lente intraocular, la reconstructiva de labio y paladar hendido y el diagnóstico y tratamiento quirúrgico de la hipertrofia prostática benigna.

Este conjunto de intervenciones cubre a nivel nacional 95 por ciento de los padecimientos que requieren de atención ambulatori, explica el Cabeme.

Sin embargo, la atención de males como el cáncer, las afecciones del corazón o los trasplantes no está incluida en el catálogo. La demanda de servicios en esas áreas se cubriría con los recursos del fondo de protección contra gastos catastróficos, el cual se conformará con aportaciones de los estados y la Federación, según establece la iniciativa de reforma legislativa enviada por el Ejecutivo al Senado el pasado 11 de noviembre.

Costos y medicamentos

Respecto a los costos de las intervenciones médicas, el Cabeme detalla que van desde 52 pesos para la detección de hipertensión arterial hasta 299 mil 673 pesos para el diagnóstico y trathospital_gente_mxamiento de la leucemia linfoblástica aguda en niños.

El documento estima en 646 pesos el costo anual per cápita del paquete esencial, en mil 93 el del plan familiar y en mil 452 pesos el del integral.

Menciona que el paquete familiar tiene asociado un formulario de 239 medicamentos con un costo de 211 pesos per cápita, y calcula que con una inversión de 2.1 millones de pesos se podría asegurar el abasto anual de medicamentos para una población de 10 mil derechohabientes.

El establecimiento del SPS prevé desde ahora ampliar su cobertura y dar capacitación e incentivos al personal de salud. Asimismo, para que los afiliados obtengan beneficios adicionales se diseñará un esquema de copago de medicamentos (con un nombre socialmente aceptable), probablemente de 50 pesos.

Plantea que "en la medida en que los sectores sociales asalariados asuman mayor responsabilidad por cubrir su seguro, el presupuesto público puede concentrarse más en los pobres y ampliar así el paquete de servicios. Este es el camino para incrementar la misión de equidad del sistema de salud mexicano".

Enfatiza que el SPS es solidario, universal y no excluyente, por lo que captaría a la población más pobre y con mayor incidencia de siniestralidades en comparación con la población general. No obstante, también afirma que para evitar una distorsión en la demanda de los servicios se ofrecerán mayores beneficios con la atención de enfermedades catastróficas, en función de un nivel más alto de aportaciones familiares, sobre todo en las zonas urbanas.

Avances

Héctor Hernández Llamas, coordinador del SPS, declaró que a la fecha se han afiliado al programa 300 mil familias, de las cuales 94 por ciento corresponde a hogares cuyas percepciones no superan los tres salarios mínimos, es decir, están entre los de menores ingresos del país.

En entrevista con La Jornada, afirmó que aunque está prevista la exención de cuotas, por decisión propia todas las familias afiliadas hasta ahora pagan entre 20 y 50 pesos al mes.

En el primer año de operación del seguro popular la Ssa destinó 290 millones de pesos, pero en 2003 requerirá de 875 millones adicionales para atender a unas 500 mil familias, dijo. Agregó que en las condiciones actuales el gobierno federal ya cuenta con 80 por ciento de los recursos económicos necesarios para el funcionamiento del SPS.

Sin embargo, aunque el Congreso autorizara la iniciativa de reforma a la ley y la asignación de los 875 millones de pesos mencionados, quedaría pendiente la incorporación de unos 9 millones de personas que por ahora no tienen garantizado el acceso a los servicios médicos, admitió Hernández Llamas.

Según el esquema propuesto por la Ssa algunos estados deberán recibir aportaciones económicas mayores. El proyecto prevé que a medida que mejore la eficiencia en la aplicación del dinero y en la provisión de los servicios el Estado únicamente contribuirá con una cuota similar a la que actualmente destina a las instituciones de seguridad social.

El monto del subsidio federal a los estados, abundó, se determinará como una especie de premios al desempeño y esfuerzo de los gobiernos locales para ampliar el presupuesto destinado a la salud, el número de familias inscritas al SPS y sus particulares necesidades de atención médica.

Para financiar el SPS la secretaría estableció tres rubros: la cuota social (unos 2 mil 250 pesos por familia), la aportación solidaria de los gobiernos estatales -que varía según las características de cada lugar- y la cuota de los beneficiarios. Según los cálculos de la Ssa, el costo anual del SPS será de 6 mil 600 pesos por familia, conformada por 4.4 miembros en promedio. Hernández Llamas explicó que los asegurados aportan menos de un séptimo del total.

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