Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 24 de noviembre de 2002
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Cultura
Los émulos de la actriz, con el vello en el labio superior que caracterizaba a la pintora

Por conjuro de Ofelia Medina, muchas Fridas pueblan Coyoacán

''Si en la película hollywoodense rasuraron a Kahlo, hicieron lo mismo con sus ideas''

La siempre viva artista plástica aprovechó para hamaquear en favor de los afectados por Isidore

ARTURO JIMENEZ

Ofelia Medina salió con éxito de sus conjuros de alquimista y logró crear varias Fridas Kahlos y así poblar con los clones de la pintora los jardines y las salas de la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, ubicada en el simbólico Coyoacán.

La primera en transfigurarse fue la propia actriz, quien desapareció ante la interpretación del personaje, al cual recrea desde los 11 años, mucho antes de personificarla en la película de Paul Leduc Frida, naturaleza viva. Así, no fue la actriz sino Frida siempre viva, con todo y bastón y huipil y enagua y anillos de plata pavonada, obsidiana y malaquita, y cejas juntas y bigotes, quien logró convocar a los medios de comunicación.

Unos medios interesados más bien en obtener declaraciones suyas acerca de la película que sobre su vida acaba de lanzar Hollywood al mercado, interpretada por la mexicana Salma Hayek. "Dije que era una película light, porque vi un cartel en el Periférico y observé que le rasuraron el bigote. Y si fue así, entonces también le rasuraron las ideas. No he visto la película ni la veré, mejor hablemos de otra cosa".

Con lo cual Frida siempre viva quiso decir que prefería hablar de ella misma: ''Soy una fuerza, un espíritu. Soy tan grande y poderosa que sigo presente. Soy una obsesión. Soy un ejemplo de no respetar los límites. Y cuando me interpretan con profundidad hago que la actriz se ponga en trance y se erotice. Yo expongo mi ser y no temo mostrar mi corazón''.

Por eso es que entonces, en Coyoacán, fue Frida siempre viva y no Ofelia Medina quien mediante conjuros logró crear a su imagen y semejanza no a dos, sino a muchas Fridas. El modelo: la Frida tehuana, con su aureola de encaje y flores rojas en el cabello. "Cada quien su Frida", jugó con las palabras la pintora.

Surgieron así unas Fridas rubias y de ojos azules, otras morenas y de cabellos cortos, pero todas con bigotillo y un par con mostachos irreverentes. Aunque antes del conjuro principal asistieron a Frida siempre viva una Frida malabarista (Pedro Hernández) y otra que, pese a un traje sastre y a sus afanes de anonimato, pudo ser identificada (Paola Medina).

Pero la verdad, más que hablar de ella o realizar embrujos, lo que a Frida siempre viva le interesó ese viernes, de las 7 hasta casi las 12 de la noche, fue sacar adelante la especie de revista en que se convirtió Desde Coyoacán hasta Yucatán. A mecer la esperanza en una hamaca, con el fin de recabar fondos a beneficio de las niñas y niños mayas de Tigre Grande y Escondido, dos comunidades del municipio de Tzucacab, Yucatán, afectadas por el huracán Isidore.

Hamaqueo, fichaje y besuqueada

Con la amenización de trovadores yucatecos como Teté Cuevas y su piano, Miriam Núñez y su guitarra, el Trío Madrigal y el Dueto de los Hermanos Avila, y por poetas como Felipe S. Pérez Pacheco, en ese tiempo Frida siempre viva hamaqueó a sus decenas de invitados, los fichó y les vendió obras de arte, hamacas, antojitos yucatecos, besos en la boca y la magia de transfigurarlos en Fridas Kahlos.

Por la hamaca de Frida siempre viva pasaron, entre otros, los actores Odiseo Bichir y Julieta Egurrola, quien además asistió a la pintora en la venta de obras de arte y se reveló como una persuasiva subastadora, fuera con compradores como Alejandro Ordorica o con donadores de obra como Marta Chapa, Pedro Hernández Petul, Alvaro Cárdenas o los diseñadores de mascadas Pineda y Cobalín.

Y en el ajetreo de conducir y coordinar en medio del acentuado frío del viernes pasado, Frida siempre viva se dio tiempo para las consignas, como la de: "¡Si Frida viviera, con nosotros estuviera!", comprobando en el acto, con su presencia misma, la verdad de esa suposición. Otra fue: "¡Si Frida y Zapata vivieran, con pasamontañas anduvieran!".

Emergiendo con dificultad de entre Frida siempre viva, ya cerca de la media noche, Ofelia Medina pudo decir a La Jornada: "Mi corazón está muy contento. La gente que vino fue por voluntad propia y gastó lo más que pudo, con conciencia. El dinero juntado esta noche se convertirá en alegría para esos niños mayas".

Sin embargo, recuperada como tal, como Frida, la pintora, quien por permanecer siempre viva ha experimentado los principales acontecimientos mexicanos de los siglos XX y XXI, también dijo:

"Si no hago esto, qué más puedo hacer. Nuestro país se ha convertido en una nata comercial. Allá (en Yucatán) está la verdad. Qué más vamos a hacer que divertirnos y tener alegría en la resistencia. Me pondré un pasamontañas, seré la subcomandanta Frida, y espero que al próximo municipio autónomo le pongan mi nombre".

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