El Estado simula la existencia de mercado para ciertos productos universitarios, dice
Llama Imanol Ordorika a diseñar un proyecto universitario alternativo a la política neoliberal
JOSE GALAN
Si las comunidades de la universidad pública del país son incapaces de prefigurar ante la sociedad la calidad de un proyecto universitario alternativo al programa neoliberal del Estado, no tendrán la capacidad de construir las fuerzas necesarias para frenar la estrategia de desmantelamiento y privatización de las autoridades federales, advirtió Imanol Ordorika, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Al participar ayer en las Jornadas sobre el Neoliberalismo celebradas en el plantel Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana, el investigador en educación consideró que las comunidades universitarias -académicos, estudiantes y trabajadores- "no estamos haciendo la disputa política que requiere la resistencia ante las políticas del Estado. Ni estamos siquiera planteando una solución.
"Si la tarea es establecer una correlación de fuerzas que reubique la vía de la educación superior en el país, entonces el reto es ganar voluntades por encima de las diferencias incluso políticas", dijo. "No hemos entendido aún que antes de las divergencias debe estar la defensa de la universidad, de un proyecto de universidad alternativa a lo que propone el gobierno."
En el aula Cuicacalli, afirmó ante decenas de alumnos, maestros y trabajadores, que para el gobierno de Vicente Fox "la universidad pública ideal es aquella alejada de la política", y que debe producir conocimiento "que contribuya a la acumulación del capital".
Las políticas públicas actuales tienden a la privatización de la universidad pública, mediante el mecanismo de sustitución de fondos públicos por privados, y se busca una contracción de su oferta en tanto se impulsa la oferta privada; se busca la mercantilización de la universidad, en un afán de producir bienes característicos de la iniciativa privada para el mercado, además de que se impulsa a las universidades "hacia una actitud emprendedora, empresarial, con iniciativa".
Pero lo más importante, afirmó, es la expansión del sector privado y lucrativo, que se refleja en la sustitución del Estado como proveedor de educación a evaluador de educación, desprendiéndose del financiamiento a que está obligado por ley. "Estamos ante un fenómeno producto de lo que está ocurriendo por el cambio en la correlación de fuerzas", añadió.
Luego de remarcar el impulso oficial a una percepción desfavorable de la universidad pública, de que "dicen que son unos antros donde hay profesores que sólo leen y escriben todo el día", Ordorika subrayó que la evaluación es un mecanismo por el cual el Estado "simula" la existencia de un mercado para cierto tipo de productos universitarios y por ello "los universitarios tienden a vender al Estado la idea de que uno es productivo".