Las reducciones que dispone el Ejecutivo, forma
de privatizar la educación: Correa Jasso
Crisis financiera en el IPN por el recorte de $800
millones en 2002
El director del instituto dijo que un presupuesto bajo
conspira contra la enseñanza, trasciende
JOSE GALAN
El gobierno foxista ha recortado en lo que va del año
800 millones de pesos al presupuesto original aprobado por el Congreso
de la Unión para el Instituto Politécnico Nacional (IPN),
lo que ha colocado a éste en una difícil situación
financiera, en el contexto de medidas similares a las que se enfrentan
universidades públicas como las autónomas de Morelos y Querétaro
ante los respectivos gobiernos panistas estatales.
Esta situación fue ventilada en una reunión
a puerta cerrada el pasado lunes en la Cámara de Diputados entre
el director general del IPN, Miguel Angel Correa Jasso, y los miembros
de la coordinación de diputados federales priístas del estado
de México, a cargo de José Jaimes García.
De acuerdo con la minuta de la reunión, Correa
Jasso señaló que la forma más preocupante de privatización
de la educación superior pública del país es la reducción
presupuestal practicada por el Poder Ejecutivo federal por conducto de
las secretarías de Hacienda y de Educación Pública.
Agregó que si bien el Congreso determina el presupuesto
para las universidades públicas, ya no están al tanto sobre
el destino final de ese dinero ni de los recortes que efectúen las
autoridades federales, que en el caso del IPN, agregó, "llegan este
año ya a cerca de 800 millones de pesos".
De acuerdo con versiones en San Lázaro, Correa
Jasso dijo que estos recortes "conspiran" directamente contra la calidad
educativa e impiden el abastecimiento y mantenimiento de laboratorios y
talleres, así como directamente en las becas y los estímulos
a investigadores y alumnos.
Para 2002 el IPN recibió un presupuesto de unos
5 mil 400 millones de pesos, sólo 200 millones más respecto
de 2001, cifra que no superó los aumentos por la inflación.
Del total, más de 89 por ciento fue etiquetado en el ramo de salarios
o servicios personales. Por su parte, el Patronato de Obras e Instalaciones,
encargado de mantener la infraestructura, también sufrió
un severo recorte, y en el ramo de inversión no se adjudicó
recurso alguno al IPN.
Al subrayar la necesidad de sacar adelante el proceso
de reformas y obtener una nueva ley orgánica para el Politécnico,
su director general consideró que el instituto debe quedar protegido
de los embates de una política que mira al organismo simplemente
como un departamento más del gobierno, y lamentó "la vulnerabilidad"
del IPN ante los recortes presupuestales.
Los problemas de la institución con el Poder Ejecutivo
comenzaron en octubre de 2001, con la designación de un nuevo titular
del Organo Interno de Control, Guillermo Hiriart, quien señaló
una serie de fallas que se arrastraban y que en su momento no fueron descubiertas
por la Secretaría de la Contraloría.
Lo anterior, a pesar de que se sostiene el mismo comisariato
de la Contraloría para el sector educativo, en manos de Alba Alicia
Mora.
Además, la Tesorería General de la Federación
requirió la entrega de los recursos autogenerados por investigadores
y proyectos de desarrollo del IPN en 2000 y 2001, por más de 200
millones de pesos, independientemente de que se ordenó poner al
día los rezagos de luz y seguridad social existentes desde 1997.
Ahora los recortes constituyen una nueva ofensiva contra la sobrevivencia
del instituto.
Las universidades autónomas de Morelos y Querétaro
atraviesan por una situación similar, en un modelo que parece repetirse
bajo gobiernos panistas.
El gobernador morelense, Sergio Estrada Cajigal, envió
al Congreso estatal un decreto por el que propone reducir los subsidios
estatales a la universidad, mientras que la autónoma de Querétaro
mantiene un diferendo con el gobierno de Ignacio Loyola Vera sobre la retención
de casi 45 millones de pesos en subsidios federales no entregados aún
a esa casa de estudios.