Negocios y privilegios en la tragedia
Merida, Yucatan, 4 de octubre. Un nuevo y lucrativo negocio ha surgido en los días recientes tras la devastación ocasionada por el huracán Isidore: la renta de plantas de luz.
En las páginas de avisos económicos de los dos principales periódicos yucatecos, Diario de Yucatán y Por Esto!, se pueden leer anuncios de renta y venta de plantas de energía eléctrica.
Este nicho de negocios surge con fuerza en medio de la crisis generada por la falta de energía eléctrica en 70 por ciento del territorio de la entidad, la destrucción de más de 5 mil postes de la Comisión Federal de Electricidad y sospechosos indicios de "zonas privilegiadas" en ciudades como Mérida, que sí contaban con energía, mientras apenas a algunos metros las zonas permanecían en la oscuridad.
Por supuesto, son la prueba de privilegios de una clase pudiente que reclama sus derechos, aun en condiciones límite. El articulista José Rafael Ruz publicó en Diario de Yucatán el pasado 3 de octubre, que "un pequeño sector social trasladó temporalmente su vivienda a hoteles que van de lo lujoso a lo confortable, ya en Mérida, ya en Cancún o, de plano, en el extranjero, o bien pudo resolver con plantas generadoras las incomodidades derivadas de la falta de energía eléctrica".
Este pequeño sector, conocido popularmente como la "casta divina" de la sociedad meridense, abarrotó durante varios días las suites de los principales hoteles de la entidad, cuyo costo, por noche, oscila entre los 2 mil 125 pesos a los 2 mil 665. Incluso pagaron un sobreprecio con tal de "tener agua caliente y televisión", según informó uno de los personajes, cuya familia rentó una de esas suites. En esas habitaciones, las mismas en las que se alojaron los acompañantes del presidente Vicente Fox, no faltó agua, luz ni víveres. JENARO VILLAMIL