EU insiste en una resolución "más
enérgica" del Consejo de Seguridad contra el país árabe
Los iraquíes "están cooperando", dicen
inspectores tras una reunión en Viena
Rusia y Francia, con poder de veto en la instancia de
la ONU, rechazan la propuesta de Bush
AFP, REUTERS, DPA Y PL
Viena, 30 de septiembre. Los inspectores de armas
de la Organización de Naciones Unidas sostuvieron hoy la primera
de una serie conversaciones con funcionarios iraquíes para ultimar
los detalles del regreso a Irak, mientras Estados Unidos insistió
en que quiere una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU contra el país árabe.
Sin embargo, Rusia y Francia, dos de los cinco países
con poder de veto en la instancia ejecutiva de la ONU, rechazaron la propuesta
de resolución presentada por Washington, mientras que Moscú,
además, criticó a la aviación aliada por sus recientes
ataques contra Irak.
El jefe de la Comisión de la ONU para la Verificación,
Inspección y Vigilancia (Unmovic), Hans Blix, encabezó el
equipo de inspectores de armas en las conversaciones realizadas en Viena.
Antes del inicio de las mismas, Blix fue consultado sobre si habría
limitaciones en los sitios abiertos a los expertos: "No, que yo sepa",
respondió, y añadió que espera que los palacios de
Saddam Hussein estén abiertos a la Unmovic, que se retiró
de Irak hace cuatro años.
A su llegada a la sede de la ONU en Viena, los miembros
de la delegación iraquí, encabezada por el asesor militar
de Hussein, Amir al Saadi, rehusaron hacer comentarios.
Al término del encuentro, que se desarrolló
a puertas cerradas y sobre el cual los inspectores informarán el
jueves al Consejo de Seguridad, Blix manifestó que los iraquíes
"están cooperando en las conversaciones, tal como estaba previsto".
Una fuente del grupo de inspectores declaró a CNN
que muy posiblemente en octubre podrían volver a Irak.
La solución es un cambio de régimen,
reiteran en Washington
Sin embargo, lo que el gobierno de George W. Bush busca
es un cambio de régimen. En ese sentido, el subsecretario de Defensa
estadunidense, Douglas Feith, sostuvo que el regreso de los inspectores
a Bagdad no era una "panacea" para evitar un conflicto. "La solución
es que Irak acabe con esas armas", añadió, en alusión
al presunto arsenal biológico que Washington y Londres aseguran
está en poder de Bagdad, aunque no han presentado pruebas.
Por
su parte, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, reiteró hoy
la posición de Washington de buscar una nueva resolución
del Consejo de Seguridad, la cual "debe declarar que Irak viola resoluciones
de la ONU", y "debe establecer claramente lo que pasará si Irak
no las respeta".
Sobre las converaciones en Viena entre Blix y representantes
iraquíes, Fleischer declaró: "no creo que vayan a apartar
al presidente de su objetivo de exigir a Naciones Unidas que apruebe una
serie de resoluciones más enérgicas".
El proyecto de resolución de Estados Unidos y su
aliado británico, según fuentes diplomáticas, daría
a Bagdad siete días para aceptar la resolución y declarar
todas las armas de destrucción masiva en su poder, y 30 días
para abrir los lugares de inspección señalados (incluyendo
mezquitas) antes de que empleen "todos los medios necesarios" para obligar
a que se cumpla lo dispuesto.
La intención era presentar el texto el jueves,
pero "puede adelantarse al miércoles", mencionó un diplomático.
Responsables estadunidenses que pidieron el anonimato
aclararon, sin embargo, que Washington podría aceptar presentar
dos resoluciones sobre Irak para evitar el veto francés.
Francia ha propuesto dos resoluciones: una para establecer
las obligaciones de Bagdad y otra para fijar las consecuencias en caso
de que no se respete la primera.
Por su lado, el ministro francés de Relaciones
Exteriores, Dominique de Villepin, dijo al diario francés Le
Monde que "no queremos dar carta blanca para una acción militar.
Es por eso que no podemos aceptar una resolución autorizando en
este monento el recurso de la fuerza sin que (el tema) vuelva al Consejo
de Seguridad".
Francia "no es indulgente con Irak, pero cualquier acción
destinada a un cambio de régimen iría en contra de las reglas
del derecho internacional y abriría una puerta para que las cosas
se salgan de las manos", opinó.
En este contexto, el secretario general de la ONU, Kofi
Annan, confió en que sea presentada una resolución "aceptable",
que necesita de nueve votos en favor y ningún veto de los miembros
permanentes. De los 10 rotativos, Siria se ha declarado en contra de una
nueva resolución, mientras que si extraoficialmente otros han manifestado
reservas, "valoran sus relaciones con Estados Unidos por encima de todo",
aseguró una fuente diplomática.
Por su lado, el presidente ruso, Vladimir Putin, se declaró
favorable a un "regreso rápido de los inspectores de la ONU" a Irak,
y a lograr "una solución política definitiva en el contexto
del Consejo de Seguridad", mientras la cancillería rusa manifestó
"consternación" por los ataques aéreos lanzados el fin de
semana por Estados Unidos y Gran Bretaña sobre Irak.
Según datos ofrecidos por el Pentágono,
los aviones estadunidenses y británicos que patrullan las zonas
de exclusión aérea en el norte y el sur de Irak (que
no están contempladas en ninguna resolución de la ONU) han
lanzado 67 ataques desde que hace dos semanas Bagdad ofreció a los
inspectores de la ONU que regresen al país.
La postura rusa provocó el enojo del subsecretario
de Defensa Feith, quien consideró que la crítica de Moscú
"no tiene fundamento", y argumentó además que "tenemos el
derecho de efectuar esas misiones".
En tanto, el primer ministro británico, Tony Blair,
tuvo que enfrentar hoy numerosas voces disonantes en el seno de su Partido
Laborista, en el congreso de esa formación que se lleva a cabo en
Blackpool.
Finalmente Blair ganó una votación sobre
el tema de Irak, aunque por pequeño margen. Una moción del
ala izquierdista del partido, según la cual debía descartarse
una guerra, fue rechazada esta noche por 60 por ciento de los delegados.
No obstante, los asistentes al Congreso se mostraron partidarios de un
ataque militar como "último recurso" y en el contexto "de los derechos
humanos".
La ministra de Desarrollo, Clare Shorte, único
miembro del gabinete que se ha manifestado en contra de la guerra, dijo
hoy que "podemos oír los tambores de guerra. Nadie debería
alegrarse por ello". Agregó que el gobierno de Blair debe hacer
lo posible por "reforzar la autoridad de Naciones Unidas".
Otras voces disonantes son, en Estados Unidos, las de
los congresitas demócratas Jim McDermott, David Bonior y Mike Thompson,
quien tras concluir una visita de cuatro días para evaluar la situación
humanitaria en Irak reiteraron que no debe considerarse acción militar
alguna hasta que Blix haya rendido su informe.
La guerra costaría 9 mil mdd por mes
Los planes militares para una guerra, que según
analistas del Congreso costaría entre 6 mil millones y 9 mil millones
de dólares por mes, continúan. En este sentido, el diario
Washington Post sostuvo que la inteligencia estadunidense cree que
Hussein ya otorgó autoridad a sus comandantes para utilizar armas
químicas y biológicas en caso de una invasión.
En tanto, el viceprimer ministro iraquí, Tarek
Aziz, viajó hoy a Turquía para recabar apoyo contra una eventual
invasión, en el mismo día en que una delegación estadunidense
informaba al gobierno de Ankara sobre la propuesta de resolución
contra Irak que busca imponer en la ONU.