Un "buen recuerdo" de Isidore

Merida, Yuc., 30 de septiembre. El domingo 22 de septiembre, al tiempo que el huracán Isidore azotaba esta capital, la indígena maya María Leydi Cuxim Coox dio a luz en el Centro Materno Infantil a una bebé, la única que nació esa noche en la entidad. En broma, el pediatra y las enfermeras que asistieron el parto sugirieron que la niña se llamara Isidora, propuesta que la madre aceptó pronto. "Creo que es un bonito nombre", comentó en entrevista.

La bebé nació a las 20:15 horas y pesó 3.2 kilogramos. Pero la odisea de María Leydi comenzó un día antes, cuando su casa, edificada con láminas de cartón en la ex hacienda Opichén, en los alrededores de Mérida, se vio afectada por rachas de viento hasta de 200 kilómetros por hora.

Ante el inminente desastre, su esposo Rogelio Guerrero tomó a sus otros dos hijos, Yanet y Diego Fernando, de año y medio y dos años de edad, respectivamente, cargó algunas pertenencias y buscó refugio en un albergue habilitado cerca de su predio.

A las 4 de la tarde del sábado, un vecino llevó en su automóvil a María Leydi al Centro Materno Infantil, ubicado en los alrededores del zócalo de Mérida, lejos del albergue. "Nada más veía la caída de los árboles y los postes de luz. El chofer pudo librarlos y al fin llegamos al hospital", narró la joven.

Ingresó al nosocomio a las 17 horas, y al filo de las 8 de la noche entró al quirófano. "El viento se escuchaba fuerte, golpeaba las ventanas. La luz falseaba, se iba y venía. Estaba muy feo", recordó María Leydi.

Cuxim Coox pasó la noche en un cuarto del nosocomio. Para economizar energía eléctrica, las enfermeras iluminaron la habitación con una vela.

"Ojalá que (Isidora) traiga su torta bajo el brazo, porque en realidad estamos muy fregados", comentó. Su marido apenas gana 800 pesos mensuales.

LUIS A. BOFFIL GOMEZ, CORRESPONSAL