Cleopatra la rebelde es, en realidad, la otra mujer posible

Jesusa la interpretó y Liliana Felipe fue Marco Antonio

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Gracias al odio de los romanos, Cleopatra ha pasado a la historia como una mujer dominada por sus sentimientos y la meretriz más famosa del mundo antiguo, pero a final de cuentas es un icono del poder que puede lograr una mujer.

Objeto de estudios históricos, Cleopatra es, además, personaje central de numerosas novelas. Una más es De un salto descabalga la reina (Debate), de Carmen Boullosa, fue presentada este jueves en El Hábito por Marta Lamas, María Teresa Priego, Rosario Robles y la autora, acompañadas de Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe en los papeles de Cleopatra y Marco Antonio.

La clave para estar en el escenario fue lo que significa Cleopatra en la vida de estas mujeres y, sobre todo, lo que representa para el feminismo, la literatura y la política. Allí, la ex jefa de Gobierno del DF adelantó la posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales en 2006, mientras Cleopatra se convirtió en entrevistadora, quiere conocer cómo y por qué después de tantos siglos su vida causa polémica.

Lamas fue la primera en responder las preguntas de la reina y retomó la forma en la que Boullosa mira la figura de la emperatriz egipcia: ''feminista, moderna, pero al mismo tiempo una mujer enamorada", cuya derrota no se debió al amor sino a una fallida estrategia en la batalla de Acteón.

Mujer y política, indisociables

La escritora María Teresa Priego vio en Cleopatra la transgresión, la rebelión sexual de su infancia y adolescencia vividas en Tabasco. Símbolo del poder sexual: ''Cleopatra la descarada, la cogelona, la reputísima, la amante, no podía significar más que el exacto contrario, la otra mujer posible".

Rosario Robles habló de Cleopatra desde el punto de vista político. En México, subrayó, aún falta mucho para que se vea a una mujer como una posibilidad real de gobierno, y en su caso, dijo, ''no puedo separar a la mujer de la política".

Todas en el escenario, flanqueadas por Marco Antonio y las estatuas de cinco amazonas, confiaron en que a más tardar en 2012 una mujer tome las riendas del poder en México.