La desconfianza marca la conmemoración de los 25 años del Comité Eureka
El gobierno "del cambio" hizo un pacto con los regímenes del pasado, asegura Rosario Ibarra
La enfermedad de Echeverría, treta burda para que no declare y quede impune, afirma
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
El 9 de agosto de 1977 en la Escuela Normal Superior de la ciudad de Monterrey se fundó el Comité Eureka. Veinticinco años después las doñas conmemoraron su creación y expresaron su desconfianza en que los políticos y militares involucrados en los asesinatos y desapariciones forzadas durante los años 70 sean castigados. "Hay un pacto del gobierno que se dice del cambio con los regímenes del pasado", advirtió Rosario Ibarra de Piedra.
La defensora de derechos humanos señaló que como parte de ese pacto, el ex presidente priísta Luis Echeverría Alvarez pretende justificarse diciendo que está enfermo para no declarar, lo que consideró como una "treta burda" para que el ex presidente se le garantice la impunidad.
Acompañada por una treintena de familiares de presos, perseguidos, desaparecidos y exiliados políticos, Ibarra expresó que si la Suprema Corte de Justicia de la Nación emite un fallo favorable a la controversia constitucional para que se pueda castigar a los militares en tribunales civiles, una vez más van a presentar las denuncias correspondientes.
La fundadora de Eureka insistió en su negativa de acudir ante la fiscalía especial que investiga estos hechos, y dijo que su apuesta está en el fallo del Poder Judicial. "Si es en nuestro favor llevaremos todos lo documentos que hemos guardado durante tantos años de lucha, así como los testigos para que los militares sean castigados en los tribunales".
Han transcurrido más de dos décadas de la fundación de Eureka y todavía hay muchas personas que siguen levantando su grito: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos". Ayer, en el Club de Periodistas, como testimonio del tesón de madres, esposas, hermanos e hijos de los desaparecidos políticos estaban las fotos que portan en el pecho desde hace años.
Los nombres de militares y policías como Miguel Nassar Haro, Francisco Sahagún Baca, Mario Acosta Chaparro volvieron a ser señalados como responsables de cientos de asesinatos, desapariciones forzadas y actos de tortura que se cometieron durante la llamada guerra sucia.
Ibarra de Piedra comenzó su reflexión sobre estos 25 años de lucha diciendo que la verdad histórica no es ni será jamás la que indiquen los informes policiacos y militares. Por eso descalificó la labor de la fiscalía especial que encabeza Ignacio Carrillo Prieto: "Sólo sirve de propaganda para el gobierno foxista".
Pensamos, dijo, que la transición democrática es pactada. "Se dice que somos intransigentes. šSí, somos intransigentes! No aceptamos las cosas a medias. La justicia debe ser una sola, indivisible y pareja para todos. Sin justicia, falso que se transite hacia la democracia".
Antonio Hernández, quien fue desaparecido en dos ocasiones, criticó la labor de la fiscalía, pues expuso que cuando comparecen las víctimas de violaciones de sus derechos humanos los trata como si ellos fueron los acusados.
El ex diputado del PRD Humberto Zazueta, quien fue detenido en Coahuila en 1979 y estuvo preso en el Campo Militar Número Uno, consideró que la Comisión Nacional de Derechos Humanos quiere dar una salida a este tema de borrón y cuenta nueva, como se trató de hacer en América del Sur con los acuerdos de amnistía a violadores de derechos humanos.
Afirmó que los integrantes del Comité Eureka tienen que continuar su lucha para que la verdad aflore. El gobierno, insistió, no puede eludir su responsabilidad y dar una respuesta fácil en todos los casos de desaparecidos y muertos, afirmó.
La fiscalía especial se creó para atender ciertas coyunturas políticas y para "irle lavando la cara al gobierno de Fox en su compromiso de dar respuesta al caso de los desaparecidos", señaló.
Identificado y recuperado
Mario Alvaro Cartagena, El Guaymas, ex militante de la desaparecida Liga Comunista 23 de Septiembre y quien perdió una pierna cuando fue víctima de tortura, dio uno de los testimonios que dan cuenta de la importancia que tuvieron los familiares para que algunos desaparecidos fueran recuperados.
Rememoró cómo su madre, Graciela López, lo identificó en abril de 1978 en una fotografía que publicaron los diarios, pero que tenía nombre falso. "Mi mamá sólo vio el cuerpo y mis hermanos dijeron que no era yo. Pero ella dijo 'yo conozco el cuerpo de mi hijo, porque lo parí'. Entonces se vino a México y contactó con un abogado que le dio los datos de Rosario Ibarra de Piedra.
"Mi madre se comunicó con doña Rosario, que estaba en una reunión con Amnistía Internacional, y gracias a que me ayudó y de inmediato se enviaron 3 mil cartas al gobierno de José López Portillo, pude salir del Campo Militar Número Uno."