Carter concluye visita a Venezuela tras fracasar mediación
Vuelve hoy la oposición a las calles para pedir la renuncia de Chávez
AFP, DPA Y REUTERS
Caracas, 10 de julio. La oposición venezolana volverá este jueves a las calles para insistir en exigir la renuncia del presidente Hugo Chávez, quien decidió mantenerse ausente ese día y asistir a la misma hora a una graduación de un grupo de suboficiales en Maracay, base militar cuyas tropas desconocieron a los golpistas que tomaron 48 horas el poder el 11 de abril pasado.
Los sectores de clase media y alta de Caracas han preferido ganar nuevamente las calles, luego de que la víspera sus representantes empresariales, sindicales, de me-dios y organismos civiles rechazaron los buenos oficios del ex presidente estadunidense Jimmy Carter para cumplir el papel de facilitador de un diálogo que ponga fin a la polarización política que se vive.
Chávez, quien dice estar ante una conspiración similar a la que derrocó a Salvador Allende en 1973, despidió a Carter tras varios días de estancia a invitación de su gobierno para que sirviera de puente con la oposición, aunque sin lograrlo del todo.
El vicepresidente José Vicente Rangel informó que la marcha tendrá todas las garantías para su realización, y que la única condición fue que los manifestantes sólo se aproximen a unos 300 metros de la sede del palacio presidencial de Miraflores para evitar los cordones de seguridad.
Explicó que tanto él como el ministro del Interior, Diosdado Cabello, estarían en disposición de recibir a una comisión de los marchistas, que se espera lleven miles de cartas con peticiones de renuncia.
Las autoridades adoptaron medidas de seguridad para evitar se repitan sucesos como los del 11 de abril pasado, que sirvieron de catapulta para que sectores golpistas militares y civiles lanzaran la asonada con el empresario Pedro Carmona como cabeza visible y que se disponía a desconocer la Constitución y todos los poderes del Estado e iniciaba ya una cacería del funcionarios del gobierno derrocado.
Lo que más ha molestado a la oposición es el arribo al Fuerte Tiuna, en el suroeste de Caracas, desde la base de Maracay, de un contingente de unos 5 mil efectivos del ejército para mantenerse alertas.
Sin embargo, no existe la intención de aplicar el Plan Avila -de contingencia- porque se considera que no ocurrirá nada "anormal", según el general Julio García Montoya, jefe del ejército venezolano.
El vicealmirante Fernando Camejo, co-mandante general de la armada, ordenó el acuartelamiento de sus unidades, y recordó que la infantería de marina se encuentra acantonada en Vargas, pero que sólo intervendrá si hay alteración del orden público.
En paralelo, tanto el gobierno como diputados y dirigentes del oficial Movimiento V República confirmaron que Chávez dispuso que no habrá ninguna contramarcha de sus seguidores, para evitar enfrentamientos.
En contraste, los opositores volvieron a externar su beligerancia e insistieron en que su objetivo es llegar hasta la sede presidencial. El opositor alcalde metropolitano, Alfredo Peña, les otorgó el permiso frente a la negativa del gobierno central para que no se aproximen a menos de 300 metros.
Una reunión posterior entre organizadores de la marcha y representantes del gobierno terminó sin acuerdos sobre la ruta a seguir. El ex alcalde caraqueño Antonio Ledezma apeló al permiso local y que por tanto, dijo, van a hacer uso de ese derecho y afirmó que nadie los puede acusar de "violentos".
Aunque la Iglesia católica venezolana exhortó a la reconciliación en Venezuela, los obispos de la Conferencia Episcopal también justificaron que el diálogo a través de Carter no ha funcionado y que se requiere de un mediador, e incluso acusaron a los partidarios de Chávez de "intolerancia".