Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 11 de julio de 2002
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Espectáculos
El Tri lanza su nueva producción, No te olvides de la banda, el 30 de julio

Durante la guerra sucia en los 70, ''sólo le cantábamos a la raza'': Lora

Ahora los grupos ya la tienen peladita y son más pose que lo que tocan, critica

''Caro Quintero nos mandó unos pomos cuando escuchó en el Reclusorio la rola dedicada a Sara''

CHAVA ROCK

Alejandro Lora es uno de los personajes más importantes de rock que hay en México. En su rostro están marcadas más de tres décadas de historia de rock en nuestro país; sus ojos han visto transitar cientos de músicos y sus canciones nos han acompañado durante lustros.

A Lora se le deben muchos aciertos, y también muchos fracasos del género. Gracias a su pertinaz trabajo, desde el mundo subterráneo logró mantener el rock en México durante dos décadas; lamentablemente también a él es fácil atribuirle la mediocridad y estancamiento que durante varios años caracterizó a buena parte de este género, sobre todo por lo repetitivo del lenguaje lírico y musical.

Autor de varias rolas consideradas himnos entre la banda rocanrolera y promotor de una subcultura urbana que aún en nuestros días cobra sentido, lo mismo ha tocado en reclusorios que en universidades; su música la ha llevado de apestosos hoyos fonqui a lugares como el Foro Sol y el Auditorio Nacional. Lo mismo ha compartido escenario con grupos como Los Rolling Stones y Eric Burdon que con Transmetal y Rebel D' Punk.
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Pionero en muchos sentidos. Fue el primer rocanrolero mexicano en grabar sus temas con una orquesta sinfónica; en grabar en un reclusorio; en editar un disco de un concierto en directo en Estados Unidos; en recibir un disco de oro, por las altas ventas de su álbum Simplemente; el primero en tocar su rocanrol en la Basílica de Guadalupe. En Guadalajara, Jalisco, han erigido su estatua, y ya se esculpe otra en la ciudad de Puebla, su tierra natal. Está a punto de ser el primer rocanrolero mexicano en grabar un reality show para la cadena de videos MTV.

En la siguiente entrevista Alex habla de algunos pormenores de su más reciente disco y de temas poco explorados en su vida. La dura etapa de los hoyos, la represión y marginación policiaca, la escena de los años 70 y 80, su contacto con Caro Quintero después de componerle una rola y su amistad con el hijo de Gustavo Díaz Ordaz.

Ambivalencias y sincretismos

No te olvides de la banda es el título del nuevo álbum de El Tri que saldrá a la venta el próximo 30 de julio, mismo que pudimos escuchar previamente, acompañados del músico poblano.

-Hay algunos temas de este disco que nos recuerdan al viejo Three Souls In My Mind.

-Lo que pasa es que El Tri no es como otras personalidades de la música o agrupaciones, que si oyes una rola ya te puedes dar una idea de todo su trabajo, sino que El Tri tiene muchas actitudes, tiene muchos rostros y muchas rolas disímbolas entre sí. No es lo mismo El niño sin amor que Chilango incomprendido, y no es lo mismo Epidemia que Triste canción, aunque todas son rocanrol, son canciones que tienen una actitud y una perspectiva diferente. Esta es la ambivalencia de El Tri en su identidad y en su música. El chavo que hizo la biografía de El Tri para los medios de Estados Unidos, cuando fue a vernos por primera vez a una tocada no se la acababa, y veía que era un pedo muy cabrón que yo saliera mentando madres con una guitarra en forma de falo que eyacula leche, y que al mismo tiempo usara una playera con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Pues es la ambivalencia de la vida real, como Solamente Dios, que es una rola mística y espiritual, pero al mismo tiempo es rebelde, callejera e irreverente.

-Este sincretismo tan bien ilustrado en las vulcanizadoras, donde al lado del altar a la Guadalupana está la chava desnuda del calendario, ¿es parte de tu inspiración?

-Sí, está cagado. Por ejemplo, en este álbum hay rolas tan disímbolas como Los espermatozoides y hay otra que se llama Solamente Dios, y no es lo mismo De la raza pa' la banda que No te olvides de la banda, son rolas totalmente disímbolas y todo es rocanrol.

Denuncias, agandalles y Caro Quintero

-Recientemente se abrieron algunos expedientes de la guerra sucia, tú en los 70 fuiste cantante de denuncia, ¿cómo viviste esa época?

-En este nuevo álbum grabamos la rola Volvimos a perder, que dice: Ya están sacando a balcón a una bola de rateros y a corruptos y asesinos que abusaron del poder, y aunque todos ya sabemos quiénes fueron los culpables, ellos siguen tan campantes y el pueblo volvió a perder. Es eso, hoy jugamos como nunca y perdimos como siempre.

-Te pregunto esto porque si en los 70 había un grupo de rock contestatario y de denuncia era el Three Souls, sin embargo en tus letras nunca hablaste, por ejemplo, de la lucha de Lucio Cabañas o de la Liga 23 de Septiembre...

-Nosotros le cantábamos más a la raza que asistía a las tocadas, era como que la onda más personal entre nosotros mismos. En los 70 vivimos una represión muy gruesa, porque lo de Avándaro (festival efectuado el 11 de septiembre de 1971) fue muy cabrón y la bronca del 2 de octubre del 68 en Tlatelolco y lo de los Halcones el 10 de junio del 71 fue también muy cabrón. Entonces cuando se realizó el Festival de Avándaro estaba calientita la onda de los Halcones. En ese tiempo Zabludovsky, que tenía el único noticiero que había, salía y decía: "vayan al festival", decía quiénes íbamos a estar, muy serio nos mencionaba a todos, seriesísimo decía: los boletos cuestan 25 pesos y están a la venta en todas las distribuidoras de Automóviles América. Tenían la idea de que iba a ser una tocada grande en la que irían como diez mil personas, entonces le metieron calor a la tocada y ¡no mames!, fuimos más de 300 mil personas, entonces el gobierno dijo: ¡ay, cabrón!, el rocanrol está cabrón, tiene una capacidad de convocatoria muy cabrona, no podemos permitir que exista esta madre porque no vaya a ser que en una tocada se suba un güey y les diga: vámonos sobre Palacio Nacional. Ahí fue cuando erradicaron al rocanrol, y a cualquier güey que fuera rocanrolero se le veía como a un narcosatánico. Fue así como nacieron los hoyos fonqui, y las tocadas se hicieron en la periferia de la ciudad y ya para otro tipo de raza, ahí fue donde casi todas las bandas desaparecieron.
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-Etapa dura la de los hoyos. ¿A ti no te tocó el agandalle policiaco o atracos en plena tocada?

-Más que eso, me tocó vivirla junto a la banda. Una vez en Guadalajara estábamos tocando Megatón y nosotros; cuando estaba Megatón de repente entra la tira, agentes judiciales con ametralladora y al suelo todos, los músicos también tiraron sus liras y nos pasaron báscula a todos, nos encañonaron y nos pusieron contra la pared, éramos como 3 mil y a las chavas también las apañaron, a varios se los llevaron y clausuraron el lugar; eran tocadas muy cabronas.

-Ahora ya a ningún grupo le tocó sufrir esto...

-No, ya la tienen peladita, porque es más pose que lo que tocan, es por eso que El Tri valora lo que es y lo que tiene porque le costó un güevo tenerlo y hacerlo, no como ahora otras agrupaciones y otros personajes de la música que les pega una rolita y a toda madre, pero nunca en su vida han puesto un pie en un hoyo fonqui, o en tocadas cabronas donde había 5 mil personas y un foco de 75 watts para iluminarlas a todas, tocadas donde nada más meter tu equipo y sacarlo era ya una odisea... tocadas gruesas.

-En su momento escribiste una canción que difícilmente alguien se hubiera animado a cantar: Sara, Sara cómo te quiero, aunque ahorita esté hasta atrás, nomás que salga nos fumamos un kilo entero; ¿no tuviste problemas con Caro Quintero por lo que dice la letra?

-Un día fuimos a tocar al Reclusorio Norte, cuando el güey estaba ahí; el chavo que nos llevó nos dijo que Caro Quintero supo que íbamos a ir y que quería que tocáramos esa rola. El auditorio en que tocamos era como un cine, al fondo estaba un cuartito como donde está el cácaro, y se veían las siluetas de unas personas, de repente nos dicen que ahí estaba (Caro Quintero), que tocáramos la rola; cuando acabó la tocada nos mandaron una caja con pomos y chelas, nos dijeron que nos las mandaba aquel cabrón, que estaba muy chida la rola. Nos aventamos unos pegues y dejamos la caja a los chavos que nos las llevaron.

El hijo de Díaz Ordaz

-Con Alfredo Díaz Ordaz llevaste cierta amistad, después de todo fue hijo de un ex presidente. ¿Nunca tuviste problemas por la mención que le hiciste en una de tus rolas: Y las tocadas de rock ya nos las quieren quitar, ya sólo va a poder tocar el hijo de Díaz Ordaz?

-Se supone que él iba a ser el productor del disco Otra tocada más, porque lo grabamos en su estudio, en el Baby O de Los Angeles, pero el güey andaba en la fiesta y el desmadre. Un día estábamos oyendo una rola que acabábamos de grabar y llegó con una viejota, yo estaba medio pedón también y le dije: ora cabrón, ibas a ser el productor y no has venido, si mañana no vienes desde temprano como nosotros, te hago otra rolita (ríe). Independientemente de que su jefe haya sido lo que haya sido, él siempre fue un rocanrolero frustrado. Tenía su estudio muy chingón. Por ejemplo, cuando apagabas la luz en el techo se veía el universo, era como el planetario del Politécnico, se veía poca madre. Hay algo que nunca se me va olvidar, cuando estábamos grabando, de repente veo tras el cristal a Gene Simmons y Paul Stanley, los güeyes de Kiss, que fueron a conocer el estudio; el ingeniero de sonido nos dijo que se fueron alucinando, que nada más que termináramos grababan ellos, que se fueron impresionados de ver el estudio. Yo lo cabuleaba diciéndole que cómo no iba a estar chingón el estudio, si lo construyeron con toda la lana que se chingó Gustavo Díaz Ordaz; aquí están todos nuestros impuestos, cabrón, le decía (risas).

Viajezote con La Tribu

-En el disco El niño sin amor, en la primera edición incluyes algunos versos del Himno Nacional en la rola Déjalo sangrar, pero en el siguiente tiraje cambiaste esa parte. ¿Tuviste problemas de censura?

-Sí se cambió. Hay cinco mil discos en que la rola dice: mas si osare un extraño enemigo, profanar con mentiras tu mente, piensa, mi niño, que tu eres más fuerte y que nadie te puede cambiar. El cambio se hizo a petición de la misma disquera, que entonces era WEA; pensaron que se iban a meter en una bronca porque era una compañía trasnacional, porque les podían quitar la licencia. Los de WEA sacaron el disco y ni cuenta se habían dado hasta que un cabrón les dijo: oye, no nos vayamos a meter en un pedo por eso, entonces me hicieron cambiarle la letra y quedó: mas si quieren lavarte el cerebro, o alguien quiere chuparte los sesos, piensa, mi niño, que tu eres más fuerte y que nadie te puede ganar.

-En tu nuevo disco, el último tema, De la raza pa' la banda, que grabaste con La Tribu, es un viajezote, además de que dura más de diez minutos.

-Sí, es un viajezote, fue hecha en el estudio, aunque ya la hemos tocado (en vivo). La Tribu nunca la había escuchado, en el estudio empezaron a improvisar con todos sus instrumentos. Los gabachos del estudio -Richard Kaplan, Kevin y Bragg- nos preguntaron qué instrumentos iban a tocar; cuando les dijimos que tocarían piedras, cocos, caparazones de tortuga, silbatos, no nos creían, pero cuando vieron cómo (los integrantes de La Tribu) armaban todo y empezaban a tocar, no se la acababan; para esa rola les pusieron 23 micrófonos.

-¿Por qué eres el productor de tus discos? ¿Falta humildad para buscar un productor? ¿Sientes que El Tri no lo necesita?

-No tanto necesitarlo... Si realmente hubiera una necesidad de seguir un estilo determinado, por ejemplo si quisiéramos hacer algo conceptual de los 80, entonces vamos a jalarnos a alguien que le dé esa identidad, pero como es la música de El Tri que la hacemos a nuestro gusto... por ejemplo ahora me decían que si quería que estuviera Jim Gaines u otro, pero les respondí: si ya me aventé el Sinfónico 2, que ahí sí fue un pedote y no cualquier productor lo hace, pues ahorita uno sin sinfónica pues ni de a pedo.

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