Ritual en la Semana Cultural Lésbica Gay
Moda divertid@ y divers@ en la pasarela del Chopo
Ellos suspiraban por los modelos y ellas por las modelos
Desfile de los infinitos modos de vestir la individualidad
ARTURO JIMENEZ
Playeras sin mangas de colores varios y diseños discretos al frente para ellos y blusas ombligueras, shorts entallados y faldas a cuadros para ellas, así como torsos desnudos salpicados de brillo o decorados con pintura para ellos, ellas y ell@s, destacaron entre las propuestas del desfile de modas para esta temporada de la Semana Cultural Lésbica Gay.
Definido como muestrario de moda ''divertid@ y divers@", más que como desfile convencional, la pasarela de la noche del domingo en el Museo Universitario del Chopo fue a la vez foro de expresión de la creatividad diseñadora, ocasión para la manifestación plural y gozosa de las preferencias sexuales de asistentes y participantes y paisaje de suspiros de ellos por los modelos y de ellas por las modelos.
El ritual para proponer los infinitos modos en que se puede vestir la indivi-dualidad del individuo durante este verano comenzó con diez minutos de retraso. No hubo un anuncio previo ni alguien que condujera o explicara lo que ahí ocurría.
Sólo música de fondo y un sencillo programa de mano en el que Adrián García Mejía, coordinador de la muestra, hablaba de los nexos entre la necesidad de confeccionar ropa para las personas cansadas de la monotonía urbana, posmoderna y globalizante y la necesidad de ''confeccionar una mejor sociedad para tod@s".
El tríptico también daba cuenta de los diseñadores participantes esta temporada: Jorge Barbosa y Saúl Martínez, ambos jóvenes capitalinos. Y Alí Lecona, diseñador que ahora presentó un performance sobre la paz y la libertad.
Ellas, ellos y ell@s
A las 9:10 de la noche se iluminaba el tablado del Foro del Dinosaurio y comenzaba la música y el desfile.
Un primer grupo de chavos asiduos a los gimnasios vestía pantalones de mezclilla o de piel negra y ajustadas camisetas decoradas con una pequeña mariposa en el pecho u otros motivos.
Los cuerpos mostraban maquillaje diamantino mientras los rostros, sobre todo el derredor de los ojos, proponían diseños multicolores de aire carnestolendo. Rígidos y serios, pero afanados en allegarse naturalidad, algunos portaron delgadas estolas azules o negras como un toque de elegancia para un estilo más bien ocasional.
Luego aparecerían con los torsos desnudos y portando gruesas cadenas de plata. Los chiflidos y la algarabía del graderío entibiaron la atmósfera y relajaron a varios de los modelos.
Después salió al escenario un joven alto, de piernas y nalgas femeninas entalladas en un mallón negro. Una delgada tira de piel cubría los senos inexistentes. Su negra y larga cabellera alaciada era rematada por puntas rojizas. Aplausos, silbidos y uno que otro aullido. La tibieza comenzaba a calentarse.
Entra un grupo de mujeres, la mayoría altas y muy delgadas. Una mostraba un pantalón café a cuadros y una blusa negra en una combinación poco común. Otra, un pantalón corte ''pescador" con fleco en la pantorrilla.
Casi todas vestían faldas cortas o medianas, a cuadros, y blusas arriba del ombligo. Los zapatos de piel, puntiagudos y de tacón regular pero sin talonera dificultaban sus pasos. Algunas agregaron grandes lentes oscuros o azules, pelucas o caireles.
Sin embargo, las espectadoras entornaron los ojos con una modelo bajita y de piel bronceada, que vestía una falda de cuero beige oscuro, blusa abierta por el frente pero unida por dos bandas de tela que apenas cubrían dos precoces senos.
El arte en el cuerpo
De ahí vendrían otras tres etapas en las que se vieron desde shorts y blusas y playeras pintadas sobre la piel, en un intento de llevar el arte a los cuerpos, hasta diseños de enredadera en rostros andróginos. El bullicio y el entusiamo ya eran generales.
Otro momento fue una especie de desfile colectivo, lo cual impidió apreciar varios modelos interesantes en combinaciones de blanco y negro, como un vestido de noche cuyas mangas con resortes en gasa se alargaban más allá de las manos. O el de un traje de faldón y blusa con combinaciones de satín blanco y remates negros de inspiración andaluza.
Era el final. Alguien tuvo que gritar: ''ƑYa se acabó?" La respuesta confirmaba que el ensueño de la diversidad sensual bien vestida había concluido.
..Exhibición de prendas confeccionadas ''para personas hartas de la monotonía urbana posmoderna y globalizante'' en el desfile efectuado en el Museo Universitario del Chopo FOTO MARCO PELAEZ