JAZZ
Antonio Malacara
Compact Jazz
FIGURA SEMINAL PARA la música del siglo XX en general
y del jazz en particular, Edward Kennedy Duke Ellington (Washington,
1899-1974) anduvo de arriba para abajo toda la vida; no paraba, ni de componer,
ni de tocar, ni de viajar al frente de grandes bandas o de pequeños
grupos. Hiperprolífico, su legado resulta insuperable, abarcando
un total de 55 años de producción ininterrumpida que se ha
traducido en un sin fin de estandars, de donde todo mundo abreva en la
actualidad.
EN
ESTE 2002, la Verve Music lanza un enésimo álbum recopilatorio
del Duque, con la particularidad éste de concentrar las atmósferas
de seis décadas, con temas tan antiquérrimos como el East
St. Louis toodle-o, grabado en 1926 con la Kentucky Club Orchestra,
incluyendo banjo, tuba y acetato original (con scratch) de 78 revoluciones
por minuto; pasando por los años 60 con Self-portarait (Coleman
Hawkins en el sax tenor) y la inmortal In a sentimental mood (John
Coltrane también en sax tenor); hasta llegar a los 70, con Sophisticated
lady y Satin doll.
ADEMAS DE RECORRER buena parte de la historia del jazz
con el piano y las imágenes de Duke Ellington, este disco
nos muestra con detalle el devenir tecnológico de los estudios de
grabación. (Duke Ellington - Finest Hour- Universal
Music, 2002)
OTRO CLASICO DE todos los tiempos es Sonny Rollins (Nueva
York, 1930), y no precisamente por innovar o revolucionar los conceptos
establecidos, sino por confeccionar y perpetrar un sonido propio y poderoso
en medio de los cartabones del bebop y el hard bop. Actualmente, Rollins
continúa activo, deslumbrante, sorprendiéndonos una y otra
vez con sus fraseos asimétricos en el sax tenor (y ocasionalmente
el soprano), con una infinita descarga de imágenes que van de lo
sofisticado a los flirteos con la disonancia.
HACE UNAS SEMANAS apareció en México un
cd donde Ken Druker hace una selección de temas interpretados por
este digno sobreviviente del bop. Se trata de 11 tracks grabados
entre los años 50 y 60, donde Sonny Rollins recrea estandars de
Richard Rodgers (Manhattan, We kiss in a shadow, You are too beautiful)
o George Gershwin (Who cares?), imprimiendo su personalísimo
sello en cada uno de ellos. Pero también están On the
sunny side of the street, donde Dizzy Gillespie interviene con su voz
y su trompeta, o la multicitada Body and soul, tan recurrente en
los programas de los jazzistas mexicanos.
ESTE ES UN disco excepcional, altamente recomendable,
con el único "pero" de haber incluido solamente dos composiciones
de Rollins: Doxy y Alfie's theme differently, siendo que
en su haber hay verdaderas obras de arte, como Airegin, por mencionar
sólo una de sus catedrales. Para el año entrante, Music Frontiers
tiene planeado traer al maestro a la ciudad de México. Vamos a ver.
(Sonny Rollins ?Finest Hour? Universal Music, 2002).