Su novela Apariciones inicia la serie
Primero Sueño
Margo Glantz apuesta por el trastocamiento del orden
''La literatura erótica tiende a encasillar a
los escritores''
Millet aborda el sexo de manera descarnada, critica
CESAR GÜEMES
La apuesta de Margo Glantz es por la subversión,
por el trastocamiento del orden. Y para conseguir ese propósito
una de las vías es volver a publicar su novela Apariciones,
que inaugura la serie de literatura erótica Primero Sueño,
de Alfaguara y la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Desde
luego, la autora de libros tan disímbolos como La lengua en la
mano o Las genealogías, no desea que se le encasille
en un género que, por cierto, no piensa repetir:
''En principio no tenía deseos de que me incluyeran
en una colección de literatura erótica porque eso tiende
al encasillamiento de los autores. La literatura es literatura y basta.
Sin embargo me parece importante que se haga esta serie porque existen
pocos ejemplos de este tipo de trabajos en el país. En el pasado
tuvimos la colección Los brazos de Lucas, de Premiá, que
incluía la gran tradición francesa del género pero
con pocos textos de escritores latinoamericanos. En cambio nuestra serie
inicia en México y da a conocer escritos de una argentina y una
mexicana.
''Los libros del género no son de gran consumo.
Cualquiera pensaría que la literatura erótica va directo
el público masivo, no es así. En su momento me comentaba
Fernando Tola que era uno de los géneros que menos se vendían.
La lectura y la venta de estas colecciones, entonces, se da a lo largo
de los años a un paso continuo, nada más. Respecto de la
inclusión de mi novela en este catálogo, creo que es bueno
para el libro porque luego de dos ediciones en las que había dado
cuenta de 4 mil ejemplares más o menos, ya era difícil que
reapareciera y remontara."
-En Apariciones finalmente hay carnalidad, no está
fuera de contexto aun cuando no se le encasille.
-Tenía dudas de su aparición en la serie
muy al principio, pero advertí que era importante incluir la novela.
Digamos que aparece no como novedad sino como renovación de la novedad.
Y debo decir que es muy generoso que sea mi libro el que inicie la colección.
Lo importante es no caer en el compartimento, en la separación.
Justamente hablando de sexualidad, decía Foucault que cuando la
homosexualidad fue confrontada por el mundo heterosexual, el homosexual
se convirtió en una especie nueva, lo cual es completamente negativo;
es una manera de darle cabida social pero en forma vergonzante. Eso pasa
con la literatura erótica hecha por mujeres, se le aparta del resto
de la producción narrativa sin derecho alguno.
Moda y sexualidad abierta
-¿Qué tanto ha variado su manera de entender
las relaciones de pareja entre 1995 y ahora que se vuelve a publicar?
-Mi acercamiento al género no ha cambiado, pero
sé que no volvería a hacer otra novela similar. Tan sólo
la releí para limpiarla de erratas. Estoy cambiando, en todo caso,
respecto de cómo se puede ver la novela erótica en la actualidad
a partir de textos teóricos y algunas novelas. Por ejemplo, he vuelto
a Bataille, a Foucault y sobre todo El sexo y el terror, un libro
extraordinario de Pascal Quignard poco estudiado en México. Leyendo
a Quignard podemos entender cómo cambió la sexualidad en
Roma y su influencia en el cristianismo, influencia que continuamos sufriendo
aunque está a punto de terminarse.
''He pensado mucho, por ejemplo, en La vida sexual
de Catherine Millet, libro que es poco literario, no me gusta, pero
quizá replantea la forma de entender el erotismo en el siglo XXI.
Si uno se enfrenta a las formas de entenderlo en Estados Unidos, ve que
se acercan a la sexualidad con flagrancia y violencia. En los rascacielos
de Nueva York pueden verse fotografías inmensas de una top model
anunciando lencería de Victoria's Secret, en donde lo que menos
existe es el tal 'secret'. Lo mismo pasa con los anuncios de Versace. Entonces,
las modelos están con las piernas abiertas o tendidas en una cama,
una iconografía propia de la prostitución del pasado. O sea
que la moda recuperó la imagen de la prostituta para su discurso
de sexualidad abierta. Eso es muy interesante porque coincide con lo que
en México vemos en los talk-shows o en Big brother.
''Catherine Millet, autora del libro que lleva su nombre,
se inserta en este camino. La primera lectura del libro me molestó,
no es literario, es una mera exhibición publicitaria, en donde no
hay ninguna posibilidad amorosa sino el sexo en su más descarnada
concepción."
Incomodidad para subvertir
-No hay misterio, no hay literatura.
-Y no están claros los mecanismos del poder de
los que hablaba Foucault, porque están infiltrados de forma tal
que el espacio de subversión tan propio de la sexualidad puede dejar
de serlo.
-Apariciones puede recuperar esa capacidad subversiva.
-Lo intento, lo anhelo. Creo que se logra. Sé que
el libro provoca incomodidad, uno de los elementos de la subversión.
Las monjas, como las que aparecen en mi novela, aman a un ser que no existe,
a un esposo muerto. Entonces necesitan de la representación física
de Cristo, que lo mismo puede ser una pintura que una escultura. Eso se
vuelve fetiche y por eso se flagelan de manera violenta y complementan
la necesidad carnal montándose sobre la escultura. De esa forma
se crucifica el personaje con Cristo y se funde con él. Esto es
algo que sucede y que ya narrado es subversivo.