Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 22 de junio de 2002
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Cultura
Su novela Apariciones inicia la serie Primero Sueño

Margo Glantz apuesta por el trastocamiento del orden

''La literatura erótica tiende a encasillar a los escritores''

Millet aborda el sexo de manera descarnada, critica

CESAR GÜEMES

La apuesta de Margo Glantz es por la subversión, por el trastocamiento del orden. Y para conseguir ese propósito una de las vías es volver a publicar su novela Apariciones, que inaugura la serie de literatura erótica Primero Sueño, de Alfaguara y la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Desde luego, la autora de libros tan disímbolos como La lengua en la mano o Las genealogías, no desea que se le encasille en un género que, por cierto, no piensa repetir:

''En principio no tenía deseos de que me incluyeran en una colección de literatura erótica porque eso tiende al encasillamiento de los autores. La literatura es literatura y basta. Sin embargo me parece importante que se haga esta serie porque existen pocos ejemplos de este tipo de trabajos en el país. En el pasado tuvimos la colección Los brazos de Lucas, de Premiá, que incluía la gran tradición francesa del género pero con pocos textos de escritores latinoamericanos. En cambio nuestra serie inicia en México y da a conocer escritos de una argentina y una mexicana.

''Los libros del género no son de gran consumo. Cualquiera pensaría que la literatura erótica va directo el público masivo, no es así. En su momento me comentaba Fernando Tola que era uno de los géneros que menos se vendían. La lectura y la venta de estas colecciones, entonces, se da a lo largo de los años a un paso continuo, nada más. Respecto de la inclusión de mi novela en este catálogo, creo que es bueno para el libro porque luego de dos ediciones en las que había dado cuenta de 4 mil ejemplares más o menos, ya era difícil que reapareciera y remontara."

-En Apariciones finalmente hay carnalidad, no está fuera de contexto aun cuando no se le encasille.

-Tenía dudas de su aparición en la serie muy al principio, pero advertí que era importante incluir la novela. Digamos que aparece no como novedad sino como renovación de la novedad. Y debo decir que es muy generoso que sea mi libro el que inicie la colección. Lo importante es no caer en el compartimento, en la separación. Justamente hablando de sexualidad, decía Foucault que cuando la homosexualidad fue confrontada por el mundo heterosexual, el homosexual se convirtió en una especie nueva, lo cual es completamente negativo; es una manera de darle cabida social pero en forma vergonzante. Eso pasa con la literatura erótica hecha por mujeres, se le aparta del resto de la producción narrativa sin derecho alguno.

Moda y sexualidad abierta

-¿Qué tanto ha variado su manera de entender las relaciones de pareja entre 1995 y ahora que se vuelve a publicar?

-Mi acercamiento al género no ha cambiado, pero sé que no volvería a hacer otra novela similar. Tan sólo la releí para limpiarla de erratas. Estoy cambiando, en todo caso, respecto de cómo se puede ver la novela erótica en la actualidad a partir de textos teóricos y algunas novelas. Por ejemplo, he vuelto a Bataille, a Foucault y sobre todo El sexo y el terror, un libro extraordinario de Pascal Quignard poco estudiado en México. Leyendo a Quignard podemos entender cómo cambió la sexualidad en Roma y su influencia en el cristianismo, influencia que continuamos sufriendo aunque está a punto de terminarse.

''He pensado mucho, por ejemplo, en La vida sexual de Catherine Millet, libro que es poco literario, no me gusta, pero quizá replantea la forma de entender el erotismo en el siglo XXI. Si uno se enfrenta a las formas de entenderlo en Estados Unidos, ve que se acercan a la sexualidad con flagrancia y violencia. En los rascacielos de Nueva York pueden verse fotografías inmensas de una top model anunciando lencería de Victoria's Secret, en donde lo que menos existe es el tal 'secret'. Lo mismo pasa con los anuncios de Versace. Entonces, las modelos están con las piernas abiertas o tendidas en una cama, una iconografía propia de la prostitución del pasado. O sea que la moda recuperó la imagen de la prostituta para su discurso de sexualidad abierta. Eso es muy interesante porque coincide con lo que en México vemos en los talk-shows o en Big brother.

''Catherine Millet, autora del libro que lleva su nombre, se inserta en este camino. La primera lectura del libro me molestó, no es literario, es una mera exhibición publicitaria, en donde no hay ninguna posibilidad amorosa sino el sexo en su más descarnada concepción."

Incomodidad para subvertir

-No hay misterio, no hay literatura.

-Y no están claros los mecanismos del poder de los que hablaba Foucault, porque están infiltrados de forma tal que el espacio de subversión tan propio de la sexualidad puede dejar de serlo.

-Apariciones puede recuperar esa capacidad subversiva.

-Lo intento, lo anhelo. Creo que se logra. Sé que el libro provoca incomodidad, uno de los elementos de la subversión. Las monjas, como las que aparecen en mi novela, aman a un ser que no existe, a un esposo muerto. Entonces necesitan de la representación física de Cristo, que lo mismo puede ser una pintura que una escultura. Eso se vuelve fetiche y por eso se flagelan de manera violenta y complementan la necesidad carnal montándose sobre la escultura. De esa forma se crucifica el personaje con Cristo y se funde con él. Esto es algo que sucede y que ya narrado es subversivo.

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